viernes, 23 de mayo de 2008

La Ciudad del Cabo




Las noticias de prensa son muy escuetas:
En la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, turbas xenófobas atacan a emigrantes somalíes y zimbabuenses. Tiendas quemadas y saqueadas.
Las agresiones de masas contra minorías a lo largo de la historia siempre han aparecido como acontecimientos sorpresivos. Como si los movimientos de masas estuvieran motivados por reacciones emocionales que escapasen a la racionalidad del comportamiento social del hombre con respecto a la colectividad. Ir de la irracionalidad hasta el crimen. Un asalto a la razón, que posibilita la existencia de la comunidad de los individuos en la sociedad.
La humanización y deshumanización son efectos de la sociedad en su conjunto. Los actos de los individuos y de las masas sociales son intencionales con respecto a la sociedad en su totalidad. Obedecen a impulsos tanto económicos como ideológicos en el extremo sin sentido del orden social. La ideología se sobrepone y cubre las desigualdades de la organización económica, que hace de la existencia individual cantidades de trabajo vendibles por una cantidad de dinero, salario convertible en valores de uso que reponen las energías gastadas en el proceso de trabajo. Se diría que la sociedad produce, se desgasta y consume, en función de los procesos de trabajo.
Pero el individuo, en el mercado de trabajo, puede ser alguien sin capacidad de aplicar sus energías para obtener un salario. Es un parado. Alguien que espera adquirir un salario.
Una crisis social tiene la máxima expresión en la acumulación progresiva de parados, el cierre de empresas, las subidas de precios, la reducción de la circulación crediticia. El retorno del dinero como medio de compra al dinero como medio de pago. No se pueden pagar las deudas. Los acreedores exigen la conversión de la deuda en dinero. Nadie encuentra dinero: los parados carecen de salario y los empresarios, minoristas y mayoristas, no encuentran dinero de crédito para hacer frente a su posición de deudores. El sistema crediticio vuelve al sistema monetario ya que hay muchos buscadores de dinero como medio de pago. Los precios de las mercancías y los intereses aumentan buscando una mayor conversión de sus valores de uso en precios realizables en dinero.
Los poseedores de mercancías y los poseedores de dinero por un lado y los carentes de salario o de salarios bajos por el otro. Sin duda, una situación social de clase, grupos sociales sin capacidad de salario ni de realización de los precios de las mercancías. Semejante a los grupos sociales en la situación primaria de ricos y pobres y la ideología escapista que sobredetermina esta situación mediante los significados agresivos del racismo y del lenguaje del odio.
Los establecimientos de los poseedores de mercancías son quemados y saqueados. Se destruyen las mercancías como signos de riqueza. Hay decenas de asesinados y una huida masiva de emigrantes atacados: 25.000. Los gritos del guetto acusan a los emigrantes de robarles el trabajo y de fomentar la delincuencia.
La paradoja del siglo XXI, ya no es la propiedad un robo sino el trabajo. Se roba el trabajo. El trabajo se vuelve de una relación social a una cosa.
Las turbas sociales quieren recuperar el salario que les proporciona "la cosa"venta de su trabajo. Pero éste es robado por alguien, ¿quiénes roban el trabajo?. En la historia siempre hay un sujeto-víctima, un sujeto-odio, un sujeto-expiatorio. En la ciudad del Cabo han sido los comerciantes emigrantes, que intermedian el delirio entre la "cosa trabajo robado" y "la cosa delincuencia". Estamos en la irracionalidad de los pobres que padecen el paro, el sida y la soledad absoluta de los desposeídos.
La magia del miedo transforma relaciones sociales de producción, distribución y consumo. Y esta magia del miedo permite gritar que un individuo sin trabajo es un hombre al que se le ha robado el salario. La posibilidad de vender su trabajo. Se diría que el que está desposeído de salario, se le ha robado la sombra de su existencia. La guerra social de pobres sin salarios contra pobres minoristas extranjeros siempre es efecto de la extrema degradación de la miseria mental y material en los guettos del hambre de los países pobres. En la Ciudad del Cabo se da el asalto exterminativo de los desposeídos de "la cosa trabajo" contra los emigrantes que huyen del hambre vendiendo las mercancías baratas de los países industriales. Los pobres de la tierra se matan entre sí, se pierden para siempre en la xenofobia de la miseria.