lunes, 20 de junio de 2016

Una constante histórica: la desigualdad distributiva.


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El alejamiento de los ingresos nominales de los ingresos reales implica el doble efecto del  ciclo inflacionario de precios monetarios monopolistas altos y la sobreexplotación de las fuerzas de trabajo a través del retroceso del mínimo vital de reproducción.
Además, los salarios altos retardan la acumulación de capital, pero también originan una intensificación tecnológica que incrementa diferencias positivas de costes en la sustitución de trabajadores por máquinas.
El incremento inversor  de costes  de capital fijo por disminución  de costes de salarios, ahorra  capital de inversión variable, aumentando ganancias extras y acumulación de capital en forma de reservas. Proceso interno de la producción capitalista  que aumenta la producción y el desarrollo expansivo industrial y de mercado. Sustitución de hombres  por máquinas marca avances de la inversión de capital constante y variable tanto en los centros interiores del sistema central como el sistema periférico. Los sectores de bienes de producción y de consumo aumentan con la acumulación de capital e incrementan bienes de exportación industriales y  de consumo con altos costes tecnológicos, que monetizan  ganancias por el   intercambio desigual de los valores  de bienes primarios y bienes tecnológicos, de transferencias  de la periferia al centro. Se transfieren mayores cantidades de trabajo monetizado por intercambio de la periferia al centro.
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Los salarios bajos aumentan la acumulación de capital y mantienen una relación inversa con las ganancias. Salarios altos ganancias bajas y salarios bajos ganancias altas. Ambas situaciones afectan al mínimo vital de los trabajadores. Mínimo vital que conlleva variables de longevidad y de un nivel creciente o decreciente demográfico. La desigualdad  retributiva del salario vital incide en  la disminución o aumento de la cantidad de población activa que reproduce al sistema económico.
La relación salarios /precios bascula a favor y en contra  de la acumulación de capital. Las ganancias dependen de la inversión y la inversión de las ganancias. Las rupturas en las ganancias son rupturas de la inversión, pero estas rupturas  están también determinadas por las variaciones de los salarios reales vitales y los salarios nominales. Si se abre la brecha entre salarios reales y nominales, las ganancias del capital aumentan y con ellas la acumulación de capital cuyas oportunidades de inversión nueva dependen de la  expansión del capital de inversión en un mercado monopolista.
La pequeña producción mercantil e industrial, con una baja capacidad de inversión de capital, obtiene bajas ganancias de la redistribución de ganancias  inflacionarias, por precios monetarios, en un mercado diferenciado en marcas, y precios monetarios oligopolistas. Estos precios se consiguen mediante un exceso de capacidad productiva sin utilizar y una oferta contraída.
El oligopolio no reutiliza las ganancias para incrementar la productividad, sino para aumentar los gastos improductivos y altas retribuciones monetarias  a directivos y accionistas. Las ganancias no se reutilizan a través de un crecimiento de la productividad  ni a favorecer  una política económica de precios competitivos que favorezcan el crecimiento de bienes de producción  y de bienes de consumo inmediatos y  masivos.
La demanda de mercado creciente interior y exterior está taponada por  una oferta limitada con precios monetarios altos. La  de una oferta limitada a nichos de mercado, una demanda seleccionada por el nivel de ingresos y la jerarquía de clase consumista.
La demanda global se fragmenta  por la diversidad cualitativa de los productos monopolistas y  el nivel de los ingresos de clases social. Los productos no se dirigen a satisfacer demandas globales, sino demandas fragmentadas que produzcan máximas ganancias que igualen ingresos y costes marginales.

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La acumulación creciente del excedente monetario capitalista deriva en una polarización de la desigualdad social en la distribución de la riqueza tanto en valores de uso y masas monetarias.   
Diríamos que la tasa relativa de ganancia está en razón  inversa a la tasa relativa  de salarios .La tasa relativa  creciente de ganancia es la tasa relativa  decreciente de salarios y la tasa  relativa decreciente de ganancia es la tasa relativa  creciente del salario.
Thomas Piketty, en su libro el capital en el siglo XXI , realiza un detallado análisis estadístico de la distribución de los ingresos y la riqueza, desigualdad en la distribución de la riqueza de minorías capitalistas y mayorías asalariadas. La desigualdad creciente entre ricos y pobres lleva inevitablemente a antagonismos  de clases en  una distribución desigual de la riqueza y los ingresos. La ideología económica conservadora interpreta que estos antagonismos de clase y distribución se armonizan por efectos progresivos y de mercado. Durante cien años y múltiples naciones  Piketty se desarrolla estadísticamente  la acumulación desigual de la riqueza en minorías porcentuales  de dominio económico y político.
Inevitablemente  hay un constante intrínseca en el mecanismo capitalista  de distribución de la riqueza favorable a los poseedores  de los medios de producción y dinero y desfavorables a los desposeídos.  No hay capitalismo con una distribución equitativa del producto neto producido y  armonizado por  una retribución basada en la cantidad de trabajo imputada en los precios de producción y distribuida en salarios y ganancias.
 El crecimiento de la acumulación de ganancias en las minorías de dominio es el motor interno de la acumulación de riqueza en un polo social y de pobreza en el otro.
Una permanente desigualdad de enfrentamiento entre trabajadores y capitalistas. Los trabajadores quieren percibir un crecimiento monetario de su aportación a la producción que disminuya la desigualdad de ingresos. El derecho por percibir una retribución equivalente a su aportación al producto de su trabajo es una constante de enfrentamiento social. El enfrentamiento para ser retribuidos conforme a sus aportaciones de cantidades de trabajo imputadas.
La tasa creciente de la ganancia de capital  provoca la disminución de la tasa de salarios. La acumulación de ganancias crecientes se basa  en una degradación de los niveles de vida de los asalariados. La pérdida del poder adquisitivo de los ingresos reales de los asalariados  presupone el estancamiento del consumo y correlativamente la producción y del desempleo.
Se dan en la desigualdad distributiva una coyuntura de decadencia colectiva y enfrentamiento antagónico de clase. La distribución desigual de la riqueza atrasa el desarrollo social. La desigualdad de ricos y pobres se mantiene mediante la utilización de la violencia legal, física, carcelaria e ideológica. Weber afirmó que la violencia es el monopolio del Estado. La  desigualdad de ricos y pobres, mantenida por el poder institucional de mandar y ser obedecido influye en una condición humana degradada. La  coacción sobre el instinto básico de que todo ser vivo quiere mantenerse vivo.
El miedo al hambre y a la muerte  y a la desorganización política  de los dominados son factores económicos de primera magnitud en la distribución de  la riqueza y los ingresos. La máquina de rendimientos decrecientes del capitalismo polariza la riqueza en minorías poseedoras de bienes de uso, dinero y dominio  hegemónico de la ideología dominante, sea religiosa o laica sobre los sometidos a la obediencia pasiva.