jueves, 21 de agosto de 2014

Las regresiones de la sociedad (1).


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¿En qué circunstancias del tiempo de la historia de la sociedad, como una totalidad de complejos intereses contrapuestos, se relacionan contradictoriamente los elementos económicos e ideológicos, que ellos introducirán las relaciones de variables sociales que marcan el campo histórico de actuación de los conflictos sociales de lo nuevo ante lo viejo? La juntura de la expansión del crecimiento económico con su contracción y con ella las deducciones de la  continuidad existencial de la sociedad en los diferentes niveles de sus contradicciones de clase. Se ilustraría este análisis como si se dedujeran las contradicciones de las piezas de un  puzle social, cuya descolocación provocaría conflictos de interpretación y representación de las relaciones sociales como antagonismos de una necesidad de cambio global del orden económico y de poder político, que se arroga una clase social en exclusiva voluntad de mantener el proceso de la historia eterno en su atemporalidad.
La existencia social se vuelve contradictoria ante el movimiento ideológico de continuidad eternitaria. Esto conlleva los movimientos imaginarios de la sociedad,  la manipulación del lenguaje ideológico exotérico y la obsolescencia de las categorías económicas del proceso de continuidad del complejo social. Como si la maquinaria de reproducción colectiva adquiriera  los movimientos imaginarios adversos de contracción del sistema económico y político, a formas primitivas de organización de las necesidades y su satisfacción. Las variables sociales de cohesión mostrarían, a través de la coerción legal y el castigo económico y físico, deformaciones primarias de inhumanidad. Esta implica el control autoritario de las  limitaciones sociales de la reproducción de la sociedad en una totalidad plena y viviente. Como si el autómata cartesiano de la totalidad social irracional se hubiera detenido y adquiriera la parálisis mecánica  de los movimientos de reflejos condicionados de premio y castigo.
Si la reproducción de la sociedad se contrae a regresiones existenciales pretéritas, la sociedad cae a formas de reproducción primaria. La existencia viviente de una sociedad es siempre el movimiento real y actual de las condiciones de permanencia de sus variables socioeconómicas de reproducción. La decadencia de la sociedad  es la consecuencia de los rendimientos decrecientes de estas variables de reproducción. Las insuficiencias categórica de respuestas colectivas racionales para la permanencia material y psicosocial de las secuencias del flujo variable de crecimientos y decrecimientos de la sociedad en momento actual del tiempo de la historia.
Los efectos humanos y técnicos de producción, distribución y circulación del producto total de producción social, se contraen y expresan totalidades improductivas de recursos humanos y materiales no aplicados. Entonces la sociedad industrial y de servicios habría de engancharse a la motricidad de formas primarias de existencia. Por ejemplo, a formas de producción y consumo agrario. La cima más expresiva de las regresiones sociales se da en la formación de masas sociales urbanas y semirrurales desocupadas y semiesclavizadas en el límite vital de permanencia junto a unidades de producción tecnológicas atrasadas para producir un excedente económico creciente. Diríamos entonces de una sociedad decadente.
Las regresiones a niveles de subsistencia de producción y excedente económico están acompañadas de instituciones políticas e ideológicas de alta eficacia de poder reactivo y negativo por denegación de la colectividad por el uso de la violencia legalizada.
Las instituciones políticas reactivas negativas mantienen una permanencia ideológica activa, atemporal a la génesis de las que provienen. Observando el castigo físico y económico de las formas actuales de las  institucionales de poder social, se calibra la eficacia de la duración de dominio de los grupos que las estructuraron y legislaron institucionalmente. Las instituciones de poder reactivo se mantienen inscritas en las regresiones por el nivel insuficiente de reproducción material de la sociedad. La decadencia económica de una sociedad no implica la complementariedad simétrica de  decadencia de las instituciones de poder. La aristocracia renacentista y absolutista del siglo XV y XVI perduró jerárquicamente en las instituciones de poder mucho más allá de las revoluciones sociales del siglo XVIII. Y la introducción de nuevas variables económicas y políticas evolutivas del crecimiento de los excedentes de producción no las sacaron del poder de decidir y gozar a estas minorías. Las jerarquías de poder se incrustan en los nuevos sistemas sociales de distribución y producción. La decadencia jerárquica de poder político  no es un reflejo de la crisis  del sistema económico. La transición de un sistema social a otro arrastra las condiciones ideológicas de permanencia de las minorías de poder. Las ilusiones del imaginario revolucionario transitivo está lleno de las sorpresas de la permanencia de los hábitos conservadores en las nuevas instituciones de poder político. La manzana podrida dura más en la cesta de las manzanas sanas.      
La permanencia de un sistema social jerarquizado se mantiene mientras no haya cumplido y agotado los fines de su eficacia real de dominio. Hasta que su voluntad de poder se vuelva reactiva a la necesidad de reproducir la sociedad progresivamente desde la necesidad real de la igualdad y la distribución de la riqueza. La totalidad de la producción de la existencia de lo humano es un devenir de lo viviente, que se perfecciona a través del conocimiento  de las variables  límites de las condiciones de reproducción histórica.  
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Los efectos económicos e ideológicos de una sociedad dominada por una minoría de dominio produce siempre los esquemas de los avances y regresiones de la sociedad capitalista. En el capitalismo se sufre colectivamente el desarrollo contradictorio del nivel de la producción y la revalorización del capital por las ganancias. Podría darse que haya una  estructura económica ineficiente para permitir el crecimiento acumulativo del capital invertido. La continua capacidad de generar ganancias de capital a través de los salarios se contrae en la crisis social. El consumo capitalista y la inversión de capital acumulado por el excedente generado en la reproducción se paraliza por insuficiencia de la inversión De manera que si las ganancias ahorradas y acumuladas se desigualan con la inversión de capital en bienes de producción y en  bienes inmediatos al consumo, las ganancias decrecen y hay desproporcionalidad de capital en los sectores industriales. Los precios y las ganancias con respecto a los bienes de producción decrecen mientras crecen los precios y las ganancias en el sector industrial de bienes de consumo. Superproducción de bienes de producción subconsumo de bienes de consumo. Desproporcionalidad  de la coyuntura económica que  entra en la crisis de decrecimiento de la inversión. La inversión no se iguala a las ganancias. Los beneficios decrecen con los aumentos de los salarios nominales decrecientes. De manera que hay una relación inversa de ganancias y salarios. La inversión capitalista decrece con salarios altos y pérdida en las ganancias. La inversión capitalista impone un mínimo vital en el valor de los salarios para obtener un máximo de ganancias. Las ganancias altas y acumuladas imponen  decrecientes  salarios reales  con oportunidades de inversión del capital.
Si la inversión en bienes de producción es mayor que la producción de bienes de consumo, se producirá una desproporción de los incrementos de los bienes de producción sobre los crecimientos menores de los bienes de consumo. La consecuencia de este desequilibrio será la superproducción de bienes de producción y el subconsumo de bienes de consumo directo dependientes de los ingresos reales. Los dos sectores industriales de la producción se desajustan conllevando el derrumbe del sistema económico real  y el decrecimiento  de la tasa uniforme  de ganancia del capital. Si los  capitalistas dejan de invertir y sólo ahorran, los asalariados se ven arrastrados al subconsumo por falta de producción y el crecimiento del paro.
Si la tasa de ganancias decrece, la inversión capitalista decrece. La falta de acumulación de capital, y por consiguiente el decrecimiento de la inversión, produce un estancamiento de la aplicación de los recursos económicos de inversión a la producción. El excedente económico acumulativo de las ganancias irá decayendo con la caída de la tasa de ganancias. Este efecto del subconsumo de bienes de inversión y bienes de consumo inmediato  no se corrige con una política económica expansiva de crédito barato si el aumento del consumo va acompañado del endeudamiento exterior. No se puede aumentar el consumo productivo de los sectores industriales, sino no hay  inversión de capital y ganancias crecientes acumuladas.
Este proceso de contracción diríamos que pondrá en marcha efectos económicos de reproducción regresiva a formaciones sociales anteriores al modelo capitalista. La decadencia de un sistema social es un proceso regresivo de la producción actual a procesos de producción y subconsumo imbricados en modelos primarios de subsistencias. La sociedad en su conjunto retrocede a formas de  subdesarrollo.
El subconsumo involuntario, por el decrecimiento de la tasa de ganancias del capital y la distribución decreciente de los ingresos reales salariales, en amplias capas sociales empobrecidas, conlleva la ineficiencia del crecimiento de las ganancias de inversión de capital contante sobre los salarios. La inversión de capital se detiene y con ella el decrecimiento de los efectos sociales de la existencia de la comunidad. No hay producción de ganancias capitalistas sin inversión de capital creciente, pero una inversión desproporcionada al consumo lleva el decrecimiento de la tasas de ganancias medias. La sociedad capitalista recibe el revés de la carencia de ganancias por exceso de inversión de capital en bienes de producción  y en decrecimiento de la inversión en bienes de consumo. La relación de la tasa de variación de bienes de producción es mayor que la variación de crecimiento de los bienes de consumo. Hay desproporcionalidad de los dos sectores y con ellos el inicio de la superproducción y el subconsumo conjuntos. Se provoca el derrumbe de la producción, las ganancias, los salarios y el crecimiento de masas sociales sin trabajo.
La sociedad entra en formación regresiva existencial. La avenida del tiempo de la historia se llena de masas sociales que buscan sobrevivir en el laberinto de la  subsistencia. Se abre la pregunta clave de la temporalidad de la historia: ¿ revolución o contra revolución?.