viernes, 30 de enero de 2009

Michael Bloomberg:el altruismo.

El filántropo obra por el bien de la humanidad. Desde los grandes magnates industriales del siglo XIX norteamericano, ha habido una tendencia cultural, en la alta burguesía industrial y financiera, a las fundaciones de instituciones filantrópicas Hay una persistente actitud de la plutocracia, que alcanza alta longevidad, donde las acumulaciones monetaria adquieren una función decreciente marginalistas. La estima de la acumulación monetaria decrece con la cantidad. La satisfacción del dinero como expresión de la riqueza universal se satura en la marginalidad máxima de su uso. Las masas monetarias pueden adquirir el valor del prestigio social en sus fines altruistas. Aunque ya los hacendistas españoles del XVII, mercantilistas, criticaban el mal uso del oro y la plata con finalidades caritativas a los pedigüeños. Criticaban las instituciones religiosas de caridad, puesto que con ellas, el dinero malgastado perdía la facultad de producir riqueza. Se dispersaban recursos económicos y no se aplicaban a producir para que se sostuvieran las diferentes clases del reino. La filantropía usa la marginalidad decreciente del dinero. Necesariamente renueva su visión del mundo con su generosidad. El poder del dinero es siempre social. La pregunta sería, ¿por qué hay seres humanos que dependen de la filantropía, de la religiosidad de los donantes, y no pueden por ellos mismos salir de su pobreza? ¿Por qué están situados en grupos sociales de riesgo extremo?. Los pobres no tienen ni bienes ni dinero. Millones de ellos viven en las calles, los sin techo, otros rebuscan en los basureros de las grandes ciudades del mundo rico, o esperan la oportunidad del crecimiento del empleo. Sobre todo esperan en su desesperanza. John Maynard Keynes sostenía que existe pleno empleo cuando toda la persona que quiere encontrarlo lo halla. El trabajo es una categoría económica- jurídica, mediante la cual alguien vende una cosa suya, cantidad periódica de su existencia, por un precio, salario-precio. Este precio le permite el intercambio de sus necesidades por cosas de uso. La pobreza y la enfermedad es una categoría económica vuelta de revés al empleo y al precio-salario. El desempleo es la imposibilidad de conseguir un salario vendiendo una cantidad de trabajo. El desempleado carece de demanda para trabajar. Está es su esencia: una existencia desocupada. Está fuera de la existencia social y sólo puede subsistir de las instituciones de caridad y de las relaciones familiares. La pobreza depende del aumento o disminución de los subsidios públicos. En la contracción y expansión del déficit público, en el incremento o decremento de las inversiones privadas, están las relaciones de supervivencia de los vendedores de trabajo-precio. Los marginados del sistema de protección social, individual y grupal, nacional o internacional, se acercan a las hambrunas y a las enfermedades epidérmicas con el límite extintivo de la muerte universal de la carencia. Pese a la crisis del 2008 y del 2009, hay quien aún entrega cheques altruistas para sostener la caridad. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, un multimillonario que cuenta con una fortuna estimada de 16.000 millones de euros (datos anteriores a la recesión), es el hombre que individualmente ha donado más dinero a lo largo del pasado año en Estados Unidos. Michael Blomberg, nace el 13-02 de 1942, es el alcalde de una macro- urbe del mundo: La ciudad de New York. La mayoría de los millonarios reparten su dinero a través de fundaciones o incluso crean las suyas propias para gestionar y controlar mejor en qué gastarse los fondos. Pero el alcalde Bloomberg no tuvo reparos el pasado año en firmar 1.200 cheques con los que repartió sus millones entre organizaciones dedicadas a las artes, la educación o la lucha contra el cáncer. La pobreza se extiende en todos los ámbitos sociales. Ya no es una categoría económica entre trabajo y capital, entre paro y pleno empleo, sino un estado de sitio, asediado por la peste de la necesidad de la pobreza globalizada. En el 2007, un año antes del desencadenamiento de la mayor crisis del sistema financiero capitalista, Bloomberg había repartido 205 millones. Dice Bloomberg: “Al ver el giro que estaba tomando la economía sentí, que, era el momento adecuado, siendo alguien que ha tenido tanta suerte a lo largo de la vida, di un paso para devolverle a la sociedad incluso más dinero". Ha asegurado el alcalde de Nueva York en un comunicado. "No creo que sólo sea una responsabilidad, sino también un privilegio". La suerte en los negocios es un factor electivo en la ética calvinista de la predestinación. La presencia de la crisis le advierte a Bloomberg que puede comparar la desdicha humana con su propia suerte. Quiere dar un paso al frente de la generosidad y se siente como un privilegiado en la economía neoliberal, que es capaz de entregar 2o5 millones de su fortuna de 12.000 millones.
En estos tiempos de crisis financiera, del frío enero del 2009, donde los marginados se esconden de la muerte en los túneles del metro y en los comedores de pobres, la actitud de los gobiernos es la actual con fines filantrópicos, con los marginados y parados de las empresas descapitalizadas y endeudadas, de los pequeños empresarios, de atención social a los grupos de riesgo. Pero sobre el sistema financiero se alza la compensación de pérdidas por la depreciación de activos financieros. El dinero bancario no se convierte en dinero de préstamo. Las inversiones de capital estatal mantienen el valor real de las inversiones en activos económicos-financieros depreciados. Cuando el dinero de préstamo desaparece y el trabajador debe atenerse al salario real, entonces se contraen la demanda y el empleo. La filantropía es un acto altruista sin expresión en las categorías económicas. Es muy antiguo en la teoría económico- moral de que el ser humano es un recurso utilizable en la prosperidad de las ganancias y desechable en la crisis.
Las Workhouse del siglo XIX, la mezcla de enfermos mentales y locos en los hospitales generales, las salas de urgencias, ocultan la inhumanidad de un sistema económico, donde el individuo es un medio para un fin económico. La filantropía se queda en la caridad de la conciencia bienhechora.

martes, 27 de enero de 2009

Debbie Purdey: elegir la muerte.

El hombre está en la ideología y en la existencia. Vive sus experiencias vitales ideológicamente. La muerte es la gran experiencia del ser humano, ante la idealidad de su existencia. El individuo siempre está en el riesgo de elegir. En el compromiso de establecer la relación entre su conciencia y el mundo. El mundo de los otros y el suyo propio que lo obliga a decidir sobre su libertad y la comprensión de la vida de los otros. No se está en el mundo como una cosa, sino en el peligro de dejar de ser libre y volverse inauténtico. Pero hay un acto que lo enfrenta a la libertad absoluta: el hombre se comprende como un ser en la muerte. Un ser hecho de tiempo y en éste haber sido de tiempo está el significado de la muerte. No podemos existir en el ámbito exterior, donde los animales celebran el acto de vivir, donde no están el peligro de recaer en el pensamiento del no ser de la existencia. Pero el hombre tiene que elegir los actos en los que interviene su existencia como un hacerse a través de la voluntad y la libertad de elegir. Al hombre no se le debe imponer un finalismo legal, sino que es libre para atrapar su esencia en su existencia.
Debbie era una mujer de 45 años con esclerosis múltiple que había decido no existir como un acto de autenticidad. Elegir la muerte. Pero el ser humano está condicionado por sus relaciones colectivas. Su autenticidad siempre está comprometida por estar en el mundo de los otros. En el mundo de la carencia y de la creencia.
Debbie decía: "El parlamento rehúye con cobardía hablar de eso. Se trata de una ley que no se ha modificado desde 1961. En 1961, Argelia era una colonia de Francia, nunca se había hecho un trasplante de corazón, Martin Luther King, Malcolm X y John F. Kennedy estaban todos vivos, aún no habían empezado los disturbios de Irlanda del Norte, y creo que la guerra de Vietnam tampoco. Quizás la ley era perfecta para lo que la gente pensaba en 1961, pero las cosas han cambiado. Médicamente, socialmente, culturalmente. La semana que viene tendremos en Estados Unidos o un presidente negro o una mujer vicepresidenta. ¿Cree usted que alguien podría haber imaginado eso hace 50 años? Las cosas no son ahora como en 1961".
Ella hace un discurso de las condiciones que prefigurar la existencia humana en la historia. Estremece recordar que, en 1961, Martin Luther King, Malcolm X y John F. Kennedy estaban todos vivos. Debbie elige tres personajes de la historia que fueron asesinados políticamente en el juego existencial de la conciencia libre y la libertad condicionada.
Pero en su decisión de morir está la necesidad de que no haya castigo para los que le ayuden a morir. "Quiero saber que si mi marido empuja mi silla de ruedas o compra un billete de avión no va a ser procesado. Pero me dicen que lo haga primero y luego ya me dirán si procesan a alguien. Eso es una locura. Está bien que la gente tenga creencias diferentes, códigos morales diferentes, pero creo que deberíamos ser capaces de vivir por nosotros mismos, no por los códigos de los otros. La gente considera inaceptable forzar a otros a tener sus mismas ideas o vivir con su mismo código moral. Es una cuestión de autonomía y de derechos humanos. Tenemos el derecho de ser diferentes ",,
"La razón de que los políticos no estén discutiendo eso es que son cobardes.Creen que lo mejor es mantener el statu quo y no hablar de eso porque los grupos religiosos meten mucho ruido y van a decir que sólo Dios puede acabar la vida y cualquier otra cosa tiene que ser perseguida. Pero, ¿los trasplantes van contra Dios? Tengo muchos amigos que son muy religiosos, de diversas religiones, que me dicen que me apoyan, que intentarían hablar conmigo para convencerme porque sus creencias así les impulsan, pero admiten que al final, la decisión es mía. Está bien que la gente tenga creencias diferentes, códigos morales diferentes, pero creo que deberíamos ser capaces de vivir por nosotros mismos, no por los códigos de los otros.Con la idea del suicidio ocurre lo mismo. La gente puede no estar de acuerdo, pero no creo que tengan derecho a decirme cómo tengo que vivir yo. Hemos tenido un apoyo enorme de quienes tienen ideas diferentes a las nuestras. "
La toma de conciencia del individuo establece, la relación del hombre libre y una decisión que testimonia que la esencia humana de la libertad está al principio de la voluntad, que se eleva por encima de la angustia de la Nada. Decía Albert Camus que el acto filosófico fundamental es el de decidir sin la vida debe ser vivida libremente.

sábado, 24 de enero de 2009

Un sicario:Santiago Meza Flores.

El sicario es un asesino asalariado. Asalariar es entregar una cantidad de dinero por una cantidad de trabajo. Salarium. Lo que se daba a los soldados para que comprarán sal. Los sicarios han formado parte de las conspiraciones políticas y de las represiones contra la humanidad. Atraviesan la astucia de la irracionalidad de la historia, esparciendo el crimen como se echa sal a la tierra para que no dé fruto. Dentro del sicario está el vacío de la ausencia de humanidad. El sicario se cobra su salario entregando al pagador el producto de su terror: el mal absoluto. La visión del mundo actual es la representación de la cotidianidad del terror. La cotidianidad está sujeta a la muerte violenta. No hay ninguna vivencia genérica que ponga el fundamento del mundo en el trasfondo infinito del hombre. Las épocas de crisis expresan un desajuste entre la esperanza del porvenir de la historia colectiva y las minorías que intercambian la huida del mundo mediante las drogas y la deuda del miedo. Es un intercambio entre el vacío del mundo y la huida de la esperanza. Las deudas impagadas por el consumo de drogas se pagan con la muerte del deudor. Los campesinos que deben dinero al latifundista pagan sus deudas con cantidades de trabajo gratuito sin término concluyente. Se apropian de su vida. Carecen de libertad para vivir fuera de la deuda.Los sicarios asesinan saldando las deudas impagadas.
Santiago Meza Flores, confesó haber deshecho en ácido unos 300 cadáveres de personas que mantenían deudas o eran enemigas del narcotraficante Teodoro Eduardo García Simental, alias "El Teo", miembro del cártel de los hermanos Arellano Félix. Un cártel es una entidad económica que persigue el fin común de las ganancias. Detrás del sicario está el pagador.Se forma entre ambos una relación de salario y crimen. En el proceso exterminate del sicario sólo hay fines inhumanos. Las personas que mantenían deudas o eran enemigas del narcotraficante eran cosas destruibles para el sicario. Luego el sicario las disolvía en ácido para que no hubiera testimonios ciertos. Los hornos crematorios de los campos de exterminio nazi tenían también como objetivo hacer desaparecer las víctimas. Las dictaduras latioamericanas, de la década de los setenta y ochenta del siglo XX, eran chupaderos innominados para las víctimas del terror dictatorial. El absoluto del asesinato pretende que el mal carezca de testimonio, que no se revele la trama organizativa del cártel del crimen organizado.

viernes, 23 de enero de 2009

Tene (1955-2008)

El hombre está entretejido de tiempo. Es una luciérnaga que quisiera llenar su existencia con la pequeña luminosidad que entreabra lo invisible en lo visible. El salto paradójico de la materia al espíritu. Pero la esencia de la verdad se nos escapa entre la piel ajada por el tiempo. Más que inautenticidad del hombre en el peligro de su soledad, tal vez seamos la búsqueda incesante de nuestra orfandad. Meditación de nuestro verdadero ser en la soledad del mundo. La muerte nos deja frente a la herocidad de la soledad. No se puede escapar de la conciencia ni del inconsciente. Al igual que los perros abandonados en los días largos de la lluvia y el frío. Poetizó Don Antonio Machado sobre la despedida del hombre en el mundo. "Me encontraréis a bordo, ligero de equipaje, casi desnudo, como los hombres de la mar." Desnudos al tiempo, sin esperas de amor.
Cuando Vico quiere Iluminar al hombre, expone el destino de las sociedades humanas como una sucesión de etapas en un desarrollo espiral: edades de los dioses, el humano, la edad del saber, y la edad de los héroes homéricos que proponen la voluntad de dominio. Cuando la etapa de la Razón Universal introduce la edad de los hombres, culmina el ciclo de la humanidad. Desde este final se reinicia el nuevo proceso, el inicio del proceso nuevo. Modificado y renacido por el progreso de la razón en la historia. La dialéctica de la Razón Universal da a la subjetividad la objetividad de la verdad metafísica. Las leyes de la historia saltan por sobre el abismo del ser en la muerte.
En este año de la gran crisis del 2008, donde las familias pobres meten en sacos de plásticos a sus familiares muertos y los dejan expuestos al enterramiento gratuito de la caridad pública, el desarrollo, en espiral de las etapas de la Razón Universal, queda fijo en la relación de la muerte y la desesperanza.
Cuando muere un hombre joven, aún está en la edad de los dioses. En el estadio divino no hay tiempo para la caída en la historia de la cotidianidad. Si muere, entonces está en la edad de los que no llegaron al tiempo de la degradación de los desesperados. Mi hermano Tene ha muerto, escurriéndose de la dialéctica hegeliana, más cerca de la tragedia del dolor del hombre desnudo en la soledad translucida de las ventanas anónimas.

lunes, 19 de enero de 2009

El final de un tiempo de crueldad.

La despedida del presidente Mr Bush se da en la comprensión definitiva de dos articulaciones estructurales de alta conflictividad social: nacional e internacional.
a) La crisis financiera global.
b) La pobreza de las masas sociales y las guerras de control de la desesperación política.
La crisisis financiera internacional, correlacionada con la crisis del modelo de produccción, se predende resolver introduciendo masas monetarias de dinero de préstamo en la capitalización bancaria y de las empresas, crecimiento de la liquidez bancaria y de los préstamos a familias y pequeñas empresas, mediante unas tasas de interés bajas. Pero se olvida que el dinero necesita tener valor de cambio real, tiene que ser una mercancía con valor, para que se realice el intercambio de equivalentes entre mercancías-salario y dinero. Los asalariados no pueden gastar más de lo que ganan. Su crecimiento del consumo de préstamo se basa en el postulado metafísico de alargar el plazo de pago, en renovaciones constantes de la deuda, hasta llegar a la irrealidad económica: considerando la longevidad media más allá de las condiciones de supervivencia general, que es una función de la variable nivel de consumo. De manera que, el tiempo de reemboso de las deudas podría ser una categoría ontológica-financiera. La axiomática de la recuperación de la crisis, parte de la ideología de que el dinero vale porque circula o carece de valor cuando se estanca en las instituciones financieras. La idea de la recuperación de los déficits estatales mediante los impuestos futuros carece de valor histórico. Nunca ha sucedido. El dinero futuro no corresponde en su valor al dinero presente. Se deprecia anulando el endeudamiento anterior. Nunca, en un sistema fiduciario desarrollado, el dinero retorna con el mismo valor de medio de pago. La ley de los signos es la vaciedad histórica de su significado. ¿Quién pagará la deuda del Estado en sus intervenciones, en la producción, la liquidez y el consumo en una situación de crisis del sistema social?. Nunca los asalaridos, que sólo gastan lo que ganan. Verdaderamente el dinero tendrá un retorno depreciado a los acreedores. Habrá un denivel mayor entre el valor de las mercancías y el valor del dinero. No hay correlación entre el pretérito de las deudas y los precios actuales de las mercancías. El dinero de hoy no es el dinero de mañana. El dinero de hoy incrementar el consumo de medios de producción para las empresas y de medios de supervivencia para los asalariados con salarios ganados.Las deudas, la caída de las tasas de interés de referenciales, la variabilidad de los tipos de cambios internacionales de divisas, sirven para hallar desniveles entre los precios de las exportaciones, los precios de las importaciones, y con ellos disminuir/aumentar la producción de productos en el mercado internacional, junto a la caída de los precios de las materias primas y los salarios de los países periféricos. Las masas monetaria crecientes se deprecian en los precios creciente nacionales e internacionales. El crecimiento del endeudamiento de las clases sociales asalariadas no depende de la liquidez bancaria, sino de sus salarios reales y del margen que éstos proporcionan de ahorro. Más allás de este margen llega la morosidad, la carencia de liquidez de los depósitos bancarios y las pérdidas bancarias por la depreciación de sus inversiones. El exceso de liquidez disminuye la velocidad renta de dinero, la caida de los precios y la falta de inversión en capital de empleo.No se pueden encender los puros con los déficits fiscales, respaldos con el endeudamiento del Estado, ni solucionarse las crisis estructurales del modelo de producción con la esquizofrenia de las masas monetarias fluyentes en deudas impagable.
b)La pobreza de las masas sociales y las guerras de control de la desesperación política.
Normalmente las hambrunas de la sociedad clásica se resolvían mediante el aumento de la emigración y el recrudecimiento penal de los marginados. La pobreza ha estado unida a la represión de los marginados. Actualmente, la desesperación de los pobres de la tierra está unida a las guerras tribales y a la utilización de la tecnología militar genocida. Las crisis económicas preludían las crisis represivas de los desheredados.
De manera, que estos primeros años del siglo XXI, 2000-2008, han traído una crisis social de una magnitud desconocida en cuanto a sus relaciones estructurales. El individuo no puede predecir el futuro, pero si padece el miedo del presente.
De manera, que ahora se puede despedir al Sr. Bush con la frase lapidaria de que la historia será juzgada por la humanidad en una situación de crisis globalizada.

viernes, 9 de enero de 2009

Palestina


El terror de todo ser vivo es el de la muerte. Está ahí, pero no se nos revela con su verdadero ser. La muerte es una acumulación de tiempo degradado. El tiempo nos asedia con las honduras y las superficies de la codidianidad de la memoria histórica. Aún nos queda, la niña de Wietnam que fue quemada por una bomba de napalm. El horror de su desesperación se acurrucó en el corazón de las multitudes. La muertes de civiles, mujeres, niños, mayores, en la guerra de Irak mostró de nuevo, los efectos de la tecnología de guerra sobre las masas de la sociedad civil.

Palestina es la utilización de un ejército del siglo XXI sobre los más pobres de la tierra. Aquellos, cuya única producción es la de los efectos consuntivos de la delgadez extrema, y la mirada brillante y obsesiva de los que encuentran la muerte en su debilidad. La historia es simple, cotidiana: Unos soldados encontraron refugiados a unos niños en un edificio y les dijeron que se quedaran allí. Los niños se quedaron. Desconocían la guerra de los misiles y los bombardeos aéreos, la destrucción de cualquier refugio, también ignoraban la perversión de utilizar la información como estrategia de destrucción.El concepto político-militar del siglo XXI es la utilización de los medios de destrucción masivos sobre las masas sociales indefensas.Los fines bélicos persiguen el criterio de eficiencia/ coste de la tecnología de guerra.
La historia de esta política de medios a fines se ha confirmado en los testimonios de las víctimas, el 4 de enero soldados de infantería israelíes evacuaron a 110 palestinos, la mitad de ellos niños, a un inmueble en Zeitun y les advirtieron de que permanecieran dentro del edificio. Veinticuatro horas más tarde, fuerzas israelíes bombardearon repetidamente el inmueble, matando a aproximadamente treinta personas que se alojaban en él. Los civiles-niños, en las guerras del siglo XXI, son un objetivo de muerte para debilitar la posibilidad de que los niños tomen la memoria de la historia. Ya en la vieja historia de la revolución China, el filósofo Lu Shü pedía que se sacara a los niños de la voracidad de la guerra y de la destrucción de la cultura."Salvad a los niños", fue su grito revolucionario. Con el asesinato de los niños, la sociedad deja de reproducirse o se logra que esta reproducción sea muy lenta demográficamente. Los pobres de la tierra desparecen con las pandemias, las hambrunas y los crímenes internacionales de guerra. Posiblemente, en este final de capitalismo financiero, desaparezcan millones de personas para refundar un nuevo sistema que se abra en lo desconocido de la utopía de la salvación. También, en una réplica autoritaria que se convierta en la eficacia de eliminar la justicia con la exterminación demográfica, cultural y económica de los pueblos del tercer mundo. Padecimiento exterminativo de los parias de la tierra, de los pobres de los campos de refugiados en la frontera de Pakistán o en los campos de refugiados de Palestina.