Giotto (c.1266-1337), pintor italiano del siglo XIV, establece la aparición en un período histórico concreto de un hombre, que toma conciencia de sí mismo y del mundo en la objetivación de su existencia, en las estructuras capitalistas de producción, distribución, intercambio y consumo, y en los niveles del Estado y la Ideología. El Giotto carece de una conciencia ingenua de la realidad social. Su pintura inicia el ciclo pictórico de mostrar un hombre no enajenado en la ideología religiosa. Sus personajes presentan los efectos del cambio político, económico e ideológico transitivo del modo de producción medieval al modo de producción capitalista primitivo. Las relaciones sociales medievales habrán de modificarse y extinguirse para dar entrada a las capitalistas. Unas relaciones sociales nuevas producen un hombre y una colectividad en una periodización histórica diferente. Se extingue el individuo medieval y aparece el individuo prerenacentista. En los cuadros del Giotto, está la sociedad renacentista que ha superado las estructuras del medievalismo. Un modo de reproducción social distinto da lugar a un cambio de conexiones económicas, políticas e ideológicas. Una sociedad de valores absolutos ahistóricos es ideológica. Funciona a nivel de represiones imaginarias.
El Giotto presenta al grupo social dominante de la burguesía florentina, simulado en la memoria intencional de teoría y prácticas religiosas cristianas. La cotidianidad prerenacentista del siglo XIV se adosa a los ciclos religiosos del cristianismo. En la sociedad florentina, las prácticas económicas y las prácticas políticas e ideológicas están imbricadas en conjuntos sociales progresivos y regresivos. La estructura económica no es autónoma con respecto a la estructura del Estado. Los intereses económicos se confunden con los intereses políticos. Las luchas sociales económicas son a su vez luchas sociales políticas. La estructura económica padece los efectos reguladores de la estructura política. La estructura gremial se legaliza en los efectos que provoca el Estado con dirección hegemónica, pero la estructura gremial es el fundamento del Estado. A través de los gremios, la república oligárquica florentina se divide en clases sociales jerarquizadas en gremios mayores y gremios menores. Los trabajadores que están fuera de los gremios carecen de derechos políticos y por tanto de la efectividad repercutiva jurídica en las relaciones de producción. No son una fuerza social y económica efectiva, sino los soportes del modo de producción capitalista primitivo. Analógicamente en el cuadro, los soportes agremiales serían la imagen "del hombre cortado" del cuadro del Giotto.
Los gremios mayores y menores configuran el bloque político dominante y de ellos saldrá la fracción hegemónica en las funciones del Estado. Las luchas sociales del bloque dominante habrán de radicar en las fracciones del bloque dominante, que buscan la hegemonía en la eficacia deliberada de los actos de Estado. Esta eficacia consolida los estatutos de clases sociales, sus prácticas y luchas sociales. Establece los equilibrios articulatorios de las contradicciones y sus efectos en las estructuras económicas, políticas e ideológicas,de la totalidad social. El Estado florentino supera las relaciones sociales de señores y vasallos, estableciendo las relaciones de clase sobre sujetos-políticos y económicos, a través de la propiedad jurídica de los medios de producción, de la capacidad política de presentar sus intereses particulares como intereses generales. Una clase social es dominante si sus intereses particulares se vuelven los intereses de todos. En las funciones del Estado con dirección hegemónica, se determinan los efectos económicos del desarrollo de la producción gremial. Los efectos de lo económico gremial de clase sobre el Estado y la reversión de la práctica política de clase sobre la actividades gremiales serán decisivas. Esta circularidad diferencia al sujeto-clase medieval del sujeto-clase del capitalismo primitivo florentino.
Los hombres reproducen las jerarquías de poder en las relaciones de dominantes y dominados. El individuo del período histórico prerenacentista solapa esta relación real de dominantes y dominados en las causas irreales de la religión. El individuo de la alta burguesía del siglo XIV será el modelo pictórico del Giotto. Los personajes de los ciclos de la vida de Jesucristo, de la Virgen, los Apóstoles y de los Santos, pintados por Giotto, son un pretexto para la realidad y la idealidad del grupo de dominio que ejerce el poder económico, político e ideológico. La obra de arte del Giotto es un pórtico de la sociedad del capitalismo gremial. El Giotto muestra lo real en las escenificaciones de los ciclos religiosos. En las representaciones pictóricas de Giotto, están las relaciones sociales renacentistas. El arte del Giotto se alejó del sentimiento religioso, alegórico, dogmático y didáctico, hacía un naturalismo racionalista en las actividades sociales de la alta burguesía florentina del siglo XIV. De las figuras hieráticas, planas, del estilo gótico y bizantino, el Giotto pasa al naturalismo de las figuras, a través de líneas amplias y redondeadas. En la figuración del capitalismo florentina, el Giotto introduce la cotidianidad burguesa bajo la configuración religiosa. Hay un cuadro del Giotto que ejemplariza las relaciones sociales florentinas. Es el cuadro del Giotto, “El encuentro en la puerta dorada”, en el que está pintado un fragmento de la vida cotidiana florentina. Es una cotidianidad en la simbología cultural racionalizada de la alta burguesía. La coyuntura del momento histórico queda marcado en su esencialidad: el triunfo económico y político de la alta burguesía y su racionalidad ideológica. La narración del Giotto se corresponde a los conflictos racionalizados de las relaciones de clase. El contenido y la forma son los efectos premeditados del grupo social que encarga la obra al artista y en la que él mismo concluye su ideología y prácticas mercantiles.
Un grupo social hegemónico elige la estrategia de sus efectos colectivos, conscientes e inconscientemente, convirtiendo y simulando las prácticas sociales reales con los motivos imaginarios de la religión. El Giotto presenta la realidad social florentina del siglo XIV, dejando entrever las relaciones cotidianas en el filtro de los motivos religiosos. “El encuentro en la puerta dorada” del Giotto expresa la conciliación del momento actual de clase, económico, político y religioso, de la alta burguesía florentina, con la sociedad. El cuadro concreta el efecto simbólico de traducir las prácticas plásticas a las prácticas reales de dominio y subordinación, que configuran las relaciones de clase. El poder social de una clase es la capacidad de que sus intereses objetivos se conviertan en los intereses reales e imaginarios de la sociedad. Este poder tramado se manifiesta también en la práctica real consciente e inconsciente de la obra de arte. Los efectos de las estructuras sociales de dominio se reflejan en los duplicados de las relaciones estructurales imaginarias. La realidad social se duplica en las simulaciones imaginarias. El cuadro de Giotto duplica la realidad en simulación. Los motivos y los personajes se esconden en el nivel religioso, pero a la vez se alejan de lo religioso para acercarse a la visión del mundo y a su práctica por la burguesía florentina. En la representación del cuadro, se da la idealidad de la sociedad florentina del siglo XIV.El trasunto oculto del poder económico y político de la clase social hegemónica.
Los personajes del cuadro se alinean en una diagonal geométrica imaginaria, que va del vértice inferior izquierdo del cuadro a la mitad de la línea vertical, que cierra la superficie lateral derecha. Un puente duplica esta diagonal geométrica y sostiene la corporeidad de las figuras. La arquitectura renacentista marca la entrada a la ciudad y en su frontal prepondera un arco dorado. Sobre el puente, en su pendiente, hay dos grupos de personajes. Fuera de la pendiente hay un personaje cortado por la mitad. Los personajes, salvo el personaje cortado, están vestidos con los ropajes de las clases sociales altas. Son vestidos de la industria téxtil, que materializa la producción de mercancías, y de donde procede la riqueza florentina. Las actitudes de los pesonajes reflejan a los individuos de la clase social dominante. Uno de los grupos está formado por cinco mujeres jóvenes y el otro por un hombre y una mujer. La escenificación de los personajes es naturalista y sus motivos aparentes son religiosos. La escenificación naturalista se sobrepone al ocultamiento religioso. Los personajes escenifican la recepción de un grupo familiar y su afectividad. El grupo de las cinco mujeres observa a un hombre y a una mujer que se abrazan y besan. El “personaje cortado” es un sirviente que acompaña al personaje. El hombre y la mujer, que se abrazan, están rodeados por nimbos místicos. Los nimbos manifiestan el carácter sagrado de los personajes. El motivo religioso del cuadro es la reunión de los padres de la Virgen María, San Joaquín y Santa Ana. El motivo real es la recepción de un rico burgués florentino, que vuelve de un viaje, por sus familiares. La escenificación religiosa es un pretexto para hacer visibles las relaciones sociales del tiempo histórico del Giotto. Éste representa la actitud de sus personajes en una coyuntura social de equilibrio y de crecimiento de la riqueza de la burguesía florentina. Pero lo verdaderamente sorprendente de la obra del Giotto es la sustitución del hombre abstracto del Medievo por el hombre concreto del capitalismo florentino. Es un salto desde la enajenación de la realidad religiosa abstracta a la sociedad concreta. Del individuo social imaginario al individuo social político y económico.”El encuentro en la puerta dorada” es la representación de los individuos en la historia actual y su alejamiento de las sociedades de salvación imaginaria. De la enajenación del modo de producción medieval, al fetichismo de la mercancía, del dinero, del capital, del salario, de las relaciones reales de la reproducción por las clases sociales florentinas.
El Giotto presenta al grupo social dominante de la burguesía florentina, simulado en la memoria intencional de teoría y prácticas religiosas cristianas. La cotidianidad prerenacentista del siglo XIV se adosa a los ciclos religiosos del cristianismo. En la sociedad florentina, las prácticas económicas y las prácticas políticas e ideológicas están imbricadas en conjuntos sociales progresivos y regresivos. La estructura económica no es autónoma con respecto a la estructura del Estado. Los intereses económicos se confunden con los intereses políticos. Las luchas sociales económicas son a su vez luchas sociales políticas. La estructura económica padece los efectos reguladores de la estructura política. La estructura gremial se legaliza en los efectos que provoca el Estado con dirección hegemónica, pero la estructura gremial es el fundamento del Estado. A través de los gremios, la república oligárquica florentina se divide en clases sociales jerarquizadas en gremios mayores y gremios menores. Los trabajadores que están fuera de los gremios carecen de derechos políticos y por tanto de la efectividad repercutiva jurídica en las relaciones de producción. No son una fuerza social y económica efectiva, sino los soportes del modo de producción capitalista primitivo. Analógicamente en el cuadro, los soportes agremiales serían la imagen "del hombre cortado" del cuadro del Giotto.
Los gremios mayores y menores configuran el bloque político dominante y de ellos saldrá la fracción hegemónica en las funciones del Estado. Las luchas sociales del bloque dominante habrán de radicar en las fracciones del bloque dominante, que buscan la hegemonía en la eficacia deliberada de los actos de Estado. Esta eficacia consolida los estatutos de clases sociales, sus prácticas y luchas sociales. Establece los equilibrios articulatorios de las contradicciones y sus efectos en las estructuras económicas, políticas e ideológicas,de la totalidad social. El Estado florentino supera las relaciones sociales de señores y vasallos, estableciendo las relaciones de clase sobre sujetos-políticos y económicos, a través de la propiedad jurídica de los medios de producción, de la capacidad política de presentar sus intereses particulares como intereses generales. Una clase social es dominante si sus intereses particulares se vuelven los intereses de todos. En las funciones del Estado con dirección hegemónica, se determinan los efectos económicos del desarrollo de la producción gremial. Los efectos de lo económico gremial de clase sobre el Estado y la reversión de la práctica política de clase sobre la actividades gremiales serán decisivas. Esta circularidad diferencia al sujeto-clase medieval del sujeto-clase del capitalismo primitivo florentino.
Los hombres reproducen las jerarquías de poder en las relaciones de dominantes y dominados. El individuo del período histórico prerenacentista solapa esta relación real de dominantes y dominados en las causas irreales de la religión. El individuo de la alta burguesía del siglo XIV será el modelo pictórico del Giotto. Los personajes de los ciclos de la vida de Jesucristo, de la Virgen, los Apóstoles y de los Santos, pintados por Giotto, son un pretexto para la realidad y la idealidad del grupo de dominio que ejerce el poder económico, político e ideológico. La obra de arte del Giotto es un pórtico de la sociedad del capitalismo gremial. El Giotto muestra lo real en las escenificaciones de los ciclos religiosos. En las representaciones pictóricas de Giotto, están las relaciones sociales renacentistas. El arte del Giotto se alejó del sentimiento religioso, alegórico, dogmático y didáctico, hacía un naturalismo racionalista en las actividades sociales de la alta burguesía florentina del siglo XIV. De las figuras hieráticas, planas, del estilo gótico y bizantino, el Giotto pasa al naturalismo de las figuras, a través de líneas amplias y redondeadas. En la figuración del capitalismo florentina, el Giotto introduce la cotidianidad burguesa bajo la configuración religiosa. Hay un cuadro del Giotto que ejemplariza las relaciones sociales florentinas. Es el cuadro del Giotto, “El encuentro en la puerta dorada”, en el que está pintado un fragmento de la vida cotidiana florentina. Es una cotidianidad en la simbología cultural racionalizada de la alta burguesía. La coyuntura del momento histórico queda marcado en su esencialidad: el triunfo económico y político de la alta burguesía y su racionalidad ideológica. La narración del Giotto se corresponde a los conflictos racionalizados de las relaciones de clase. El contenido y la forma son los efectos premeditados del grupo social que encarga la obra al artista y en la que él mismo concluye su ideología y prácticas mercantiles.
Un grupo social hegemónico elige la estrategia de sus efectos colectivos, conscientes e inconscientemente, convirtiendo y simulando las prácticas sociales reales con los motivos imaginarios de la religión. El Giotto presenta la realidad social florentina del siglo XIV, dejando entrever las relaciones cotidianas en el filtro de los motivos religiosos. “El encuentro en la puerta dorada” del Giotto expresa la conciliación del momento actual de clase, económico, político y religioso, de la alta burguesía florentina, con la sociedad. El cuadro concreta el efecto simbólico de traducir las prácticas plásticas a las prácticas reales de dominio y subordinación, que configuran las relaciones de clase. El poder social de una clase es la capacidad de que sus intereses objetivos se conviertan en los intereses reales e imaginarios de la sociedad. Este poder tramado se manifiesta también en la práctica real consciente e inconsciente de la obra de arte. Los efectos de las estructuras sociales de dominio se reflejan en los duplicados de las relaciones estructurales imaginarias. La realidad social se duplica en las simulaciones imaginarias. El cuadro de Giotto duplica la realidad en simulación. Los motivos y los personajes se esconden en el nivel religioso, pero a la vez se alejan de lo religioso para acercarse a la visión del mundo y a su práctica por la burguesía florentina. En la representación del cuadro, se da la idealidad de la sociedad florentina del siglo XIV.El trasunto oculto del poder económico y político de la clase social hegemónica.
Los personajes del cuadro se alinean en una diagonal geométrica imaginaria, que va del vértice inferior izquierdo del cuadro a la mitad de la línea vertical, que cierra la superficie lateral derecha. Un puente duplica esta diagonal geométrica y sostiene la corporeidad de las figuras. La arquitectura renacentista marca la entrada a la ciudad y en su frontal prepondera un arco dorado. Sobre el puente, en su pendiente, hay dos grupos de personajes. Fuera de la pendiente hay un personaje cortado por la mitad. Los personajes, salvo el personaje cortado, están vestidos con los ropajes de las clases sociales altas. Son vestidos de la industria téxtil, que materializa la producción de mercancías, y de donde procede la riqueza florentina. Las actitudes de los pesonajes reflejan a los individuos de la clase social dominante. Uno de los grupos está formado por cinco mujeres jóvenes y el otro por un hombre y una mujer. La escenificación de los personajes es naturalista y sus motivos aparentes son religiosos. La escenificación naturalista se sobrepone al ocultamiento religioso. Los personajes escenifican la recepción de un grupo familiar y su afectividad. El grupo de las cinco mujeres observa a un hombre y a una mujer que se abrazan y besan. El “personaje cortado” es un sirviente que acompaña al personaje. El hombre y la mujer, que se abrazan, están rodeados por nimbos místicos. Los nimbos manifiestan el carácter sagrado de los personajes. El motivo religioso del cuadro es la reunión de los padres de la Virgen María, San Joaquín y Santa Ana. El motivo real es la recepción de un rico burgués florentino, que vuelve de un viaje, por sus familiares. La escenificación religiosa es un pretexto para hacer visibles las relaciones sociales del tiempo histórico del Giotto. Éste representa la actitud de sus personajes en una coyuntura social de equilibrio y de crecimiento de la riqueza de la burguesía florentina. Pero lo verdaderamente sorprendente de la obra del Giotto es la sustitución del hombre abstracto del Medievo por el hombre concreto del capitalismo florentino. Es un salto desde la enajenación de la realidad religiosa abstracta a la sociedad concreta. Del individuo social imaginario al individuo social político y económico.”El encuentro en la puerta dorada” es la representación de los individuos en la historia actual y su alejamiento de las sociedades de salvación imaginaria. De la enajenación del modo de producción medieval, al fetichismo de la mercancía, del dinero, del capital, del salario, de las relaciones reales de la reproducción por las clases sociales florentinas.
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