Hay un rasgo de escepticismo en Kafka, consciente o inconsciente, proveniente de las contradicciones conexionadas a época de extremado rigor represivo, en las instituciones políticas y religiosas. Del absoluto del poder sobre el individuo.
Franz Kafka establece la solución laboral imaginaria, de su personaje Karl, pensando en los estancamientos económicos de1873 a 1890, de 1894 a 1914.
Franz Kafka, en su novela América, establece irónicamente la premisa de una categoría económica ilógica: la de una demanda infinita empresarial de trabajo. Todo el que busca trabajo lo encuentra en el gran teatro integral de Oklahoma. Cuando Franz Kafka detiene la continuidad de su novela América, en el capítulo VIII, su personaje Karl Rossmann está abandonado a la mendicidad. Después de las desventuras convivenciales con Robinsón, Delamarde y Brunelda.Todos ellos estaban en los círculos de la necesidad, y la escasez, de los abandonados, repetidos y enmascarados en la picaresca. En los acontecimientos a las deformaciones psíquicas del suicidio y el desengaño del asilo. Estos hechos acorralaban a Karl hasta su expulsión laboral del hotel Occidental y la convivencia con los pícaros. Las tortuosas relaciones de amistad de Karl con los picaros, síntomas existenciales del individuo atrapado a una historia real de poseedores y desposeídos, en los imaginarios de la felicidad y las caídas en en los arcaísmos de la fortuna, desvaríos de la enfermedad mental. Karl se inicia en la experiencia de un mercado de trabajo saturado y un deambular por la oferta y demanda de trabajo, entre masas de trabajadores sin empleo.
Entonces Franz Kafka abre la imaginaria solución para Karl: la demanda infinita del mercado irreal de trabajo.
Franz Kafka lleva a Karl Rossmann al hallazgo de lo extraordinario, introduciendo en la narración de la novela lo insólito de las relaciones sociales de producción
“Al doblar una esquina Karl se tropezó con la siguiente inscripción: ¡En el hipódromo de de Clayton hoy se contratará, desde las seis de la mañana hasta la medianoche, el personal para el teatro de Oklahoma! ¡El gran teatro de Oklahoma os llama! ¡ Y llama sólo hoy, sólo una vez! ¡El que pierda ahora la ocasión, la perderá para siempre! ¡El que piense en su porvenir es de los nuestros! ¡Todos serán bienvenidos! ¡Este es el Teatro que está en condiciones de dar empleo a cualquiera! ¡Todos tendrán su puesto! ¡Felicitamos de antemano a todo el que se decida! ¡Pero apresuraos a fin de que seáis atendidos antes de medianoche! ¡A las doce cerramos todo y ya no volveremos abrir! ¡Maldito sea quien no nos crea! ¡Adelante Clayton! El Teatro de Oklahoma contratará a todo el que se decida. Entrega el porvenir a los que carecen de él, pero llama sólo una vez. No hay posibilidad de dudar. La duda separa al individuo del empleo. ¡Maldito sea quien no nos crea! Había mucha gente mirando aquel cartel, pero no provocaba demasiado interés. ¡Había tantos carteles; ya nadie creía lo que leía en los carteles. (…) En principio tenía un grave defecto: no decía ni una sola palabra acerca de la paga. Por poco importante que hubiera sido, el cartel debió mencionarla sin duda; no habría dejado de ser el elemento más tentador. Nadie quería ser artista y, en cambio, todo el mundo quería que le pagarán por su trabajo.”
La demanda infinita de trabajo sin salario: los trabajadores viviendo del aire.
Franz Kafka establece la solución laboral imaginaria, de su personaje Karl, pensando en los estancamientos económicos de1873 a 1890, de 1894 a 1914.
Franz Kafka, en su novela América, establece irónicamente la premisa de una categoría económica ilógica: la de una demanda infinita empresarial de trabajo. Todo el que busca trabajo lo encuentra en el gran teatro integral de Oklahoma. Cuando Franz Kafka detiene la continuidad de su novela América, en el capítulo VIII, su personaje Karl Rossmann está abandonado a la mendicidad. Después de las desventuras convivenciales con Robinsón, Delamarde y Brunelda.Todos ellos estaban en los círculos de la necesidad, y la escasez, de los abandonados, repetidos y enmascarados en la picaresca. En los acontecimientos a las deformaciones psíquicas del suicidio y el desengaño del asilo. Estos hechos acorralaban a Karl hasta su expulsión laboral del hotel Occidental y la convivencia con los pícaros. Las tortuosas relaciones de amistad de Karl con los picaros, síntomas existenciales del individuo atrapado a una historia real de poseedores y desposeídos, en los imaginarios de la felicidad y las caídas en en los arcaísmos de la fortuna, desvaríos de la enfermedad mental. Karl se inicia en la experiencia de un mercado de trabajo saturado y un deambular por la oferta y demanda de trabajo, entre masas de trabajadores sin empleo.
Entonces Franz Kafka abre la imaginaria solución para Karl: la demanda infinita del mercado irreal de trabajo.
Franz Kafka lleva a Karl Rossmann al hallazgo de lo extraordinario, introduciendo en la narración de la novela lo insólito de las relaciones sociales de producción
“Al doblar una esquina Karl se tropezó con la siguiente inscripción: ¡En el hipódromo de de Clayton hoy se contratará, desde las seis de la mañana hasta la medianoche, el personal para el teatro de Oklahoma! ¡El gran teatro de Oklahoma os llama! ¡ Y llama sólo hoy, sólo una vez! ¡El que pierda ahora la ocasión, la perderá para siempre! ¡El que piense en su porvenir es de los nuestros! ¡Todos serán bienvenidos! ¡Este es el Teatro que está en condiciones de dar empleo a cualquiera! ¡Todos tendrán su puesto! ¡Felicitamos de antemano a todo el que se decida! ¡Pero apresuraos a fin de que seáis atendidos antes de medianoche! ¡A las doce cerramos todo y ya no volveremos abrir! ¡Maldito sea quien no nos crea! ¡Adelante Clayton! El Teatro de Oklahoma contratará a todo el que se decida. Entrega el porvenir a los que carecen de él, pero llama sólo una vez. No hay posibilidad de dudar. La duda separa al individuo del empleo. ¡Maldito sea quien no nos crea! Había mucha gente mirando aquel cartel, pero no provocaba demasiado interés. ¡Había tantos carteles; ya nadie creía lo que leía en los carteles. (…) En principio tenía un grave defecto: no decía ni una sola palabra acerca de la paga. Por poco importante que hubiera sido, el cartel debió mencionarla sin duda; no habría dejado de ser el elemento más tentador. Nadie quería ser artista y, en cambio, todo el mundo quería que le pagarán por su trabajo.”
La demanda infinita de trabajo sin salario: los trabajadores viviendo del aire.
Franz Kafka introduce la realidad en la forma existencial de seres olvidados de sí mismos. “Sin embargo, el cartel significaba una gran tentación. Todos serán bienvenidos, decía. Todos de manera que él también. No sería recordado todo lo que hasta aquel momento, nadie le reprocharía ahora lo que había hecho, nadie se lo reprocharía! Allí podría él presentarse y pedir un trabajo que no era ninguna vergüenza, sino al contrario, uno era invitado públicamente a tomarlo! ¡Allí estaba la promesa de que también a él se le ampararía.” La promesa de que todo hombre será amparado contra el mal es una promesa ideológica de la presencia en la historia de las soluciones imaginarias.
Cuando bajó en la estación de Clayton, escuchó el sonido de muchas trompetas. Era un sonido confuso, las trompetas no estaban afinadas, una con otra, y las tocaban precipitadamente. (…) ¡Y no entendía cómo podía hacer tales inversiones una empresa con el solo fin de contratar el personal!
Delante de la entrada del hipódromo se había levantado una tarima, larga y baja, sobre la cual centenares de mujeres- vestidas de ángeles, con ropas blancas y grandes alas a la espalda tocaban largas y brillantes trompetas doradas. (…) Las figuras de las mujeres parecían gigantescas y sólo sus menudas cabezas disminuían un tanto aquella sensación de grandeza.” En la descripción de estas mujeres- reclamo, Franz Kafka utiliza una ironía degradante para comunicar al lector lo inverosímil de la representación coral. (…)”!Pero exclamó Karl, ¿el teatro de Oklahoma tiene ingresos tan grandes como para solventar tales secciones de propaganda!” Franz Kafka se pregunta sobre la cantidad de ingresos monetarios que sirvan para cubrir los costes de propaganda. La pregunta de Kafka es un guiño al lector para que se percate del juego de literatura e imaginación. Desde la novelística cervantina, el autor incita al lector a leer el texto bajo la sospecha de la realidad que hay detrás de lo imaginario. Es la literatura de la sospecha.
“Karl se entregó a su contratación laboral con la ingenuidad de quien quiere hacerse de un trabajo respetable en el encuentro de la fortuna. Estaba feliz; era verdad que si aceptaba el ofrecimiento se le trasladaba del gremio de los actores y se le ponía entre los obreros técnicos, pero creía que se desenvolvería mejor en este tipo de trabajo. Por lo demás, y se repetía esto continuamente, en su trabajo, en su caso no se trataba tanto del tipo de trabajo que le dieran sino en general en alguna parte permanentemente. (…)Ya que se hizo necesario correr de prisa hacia la estación. Pero esto tampoco fue difícil, pues Karl lo advirtió sólo recién. Nadie llevaba pieza alguna de equipaje; el único equipaje era en realidad, el cochecito de niño de la mujer, que a la cabeza de la compañía y conducido por el padre, daba saltos como un barco sin timón. ¡Qué clase de gente desposeída, sospechosa, se había reunido allí; y se la recibía y atendida sin embargo tan magníficamente.(…) Cuando llegaron a la estación ya estaba el tren dispuesto. ( …) El viaje duró tres días y dos noches. (…) El primer día cruzaron amplias montañas. Moles de piedra de un negro azulado, se acercaban en cuñas hasta el mismo tren; se asomaba uno por la ventanilla y buscaba inútilmente las cumbres, allí se abrían valles oscuros, angostos, desgarrado, y uno indicaba con el dedo la dirección en que se perdían; allí venían anchos ríos corrientosos que deprisa se precipitaban en forma de grandes olas, sobre el quebrado cauce y, arrastrando en su seno mil olitas espumosa, se volcaba bajo los puentes que el tren se cruzaba, tan cerca, que el rostro se estremecía al hálito tibio de su frescura “
Franz Kafka, al igual que los místicos, propone en su poesía una conciliación de los seres humanos con una historia que se abra sobre la dignidad y santidad del hombre. Es difícil no evocar la mística de Franz Kafka ante estos dos versos suyos:
“Se volcaba bajo los puentes que el tren se cruzaba, tan cerca, / que el rostro se estremecía al hálito tibio de su frescura.” Una bella estrofa dística para los desposeídos de la tierra.
Franz Kafka conocía las teorías de Charles Fourier que abogaban por el cooperativismo social. Charles Fourier expuso un sistema social utópico basado en los falansterios, a partir de los cuales la comunidad se organizaría de modo cooperativo para distanciarse del inhumanismo capitalista. Pero al conocimiento místico y utópico hay que empujarlos, en la experiencia del plano inclinado de la memoria de la historia.
El empresario estadounidense P.T. Barnum creó "El mayor espectáculo del mundo" en 1871. Diez años después fundó, con James Anthony Bailey, el primer circo. Hay un cuadro pintado por Robert Lindneux, “La caravana de las lágrimas”, que refleja la emigración forzada de los indios norteamericanos, entre 1831 y 1835, desde el este de Estados Unidos al Territorio Indio, a Oklahoma. Entre las tribus que hicieron el viaje a pie estaban los cherokee, los creek, los choctaw y los chickasaw. En este movimiento migratorio los más débiles murieron, durante este largo y duro viaje. Oklahoma en sus orígenes estaba habitada por distintos pueblos indios como los cherokee, chickasaw, choctaw, creek y seminolas. En 1889 la zona fue abierta y tuvo lugar una famosa carrera para la ocupación de las tierras. El gran teatro integral de Oklahoma. Tal vez Franz Kafka conocía estas historias y las llevó a la experiencia de Karl, junto a su desaparición en el Teatro de Oklahoma.
Cuando bajó en la estación de Clayton, escuchó el sonido de muchas trompetas. Era un sonido confuso, las trompetas no estaban afinadas, una con otra, y las tocaban precipitadamente. (…) ¡Y no entendía cómo podía hacer tales inversiones una empresa con el solo fin de contratar el personal!
Delante de la entrada del hipódromo se había levantado una tarima, larga y baja, sobre la cual centenares de mujeres- vestidas de ángeles, con ropas blancas y grandes alas a la espalda tocaban largas y brillantes trompetas doradas. (…) Las figuras de las mujeres parecían gigantescas y sólo sus menudas cabezas disminuían un tanto aquella sensación de grandeza.” En la descripción de estas mujeres- reclamo, Franz Kafka utiliza una ironía degradante para comunicar al lector lo inverosímil de la representación coral. (…)”!Pero exclamó Karl, ¿el teatro de Oklahoma tiene ingresos tan grandes como para solventar tales secciones de propaganda!” Franz Kafka se pregunta sobre la cantidad de ingresos monetarios que sirvan para cubrir los costes de propaganda. La pregunta de Kafka es un guiño al lector para que se percate del juego de literatura e imaginación. Desde la novelística cervantina, el autor incita al lector a leer el texto bajo la sospecha de la realidad que hay detrás de lo imaginario. Es la literatura de la sospecha.
“Karl se entregó a su contratación laboral con la ingenuidad de quien quiere hacerse de un trabajo respetable en el encuentro de la fortuna. Estaba feliz; era verdad que si aceptaba el ofrecimiento se le trasladaba del gremio de los actores y se le ponía entre los obreros técnicos, pero creía que se desenvolvería mejor en este tipo de trabajo. Por lo demás, y se repetía esto continuamente, en su trabajo, en su caso no se trataba tanto del tipo de trabajo que le dieran sino en general en alguna parte permanentemente. (…)Ya que se hizo necesario correr de prisa hacia la estación. Pero esto tampoco fue difícil, pues Karl lo advirtió sólo recién. Nadie llevaba pieza alguna de equipaje; el único equipaje era en realidad, el cochecito de niño de la mujer, que a la cabeza de la compañía y conducido por el padre, daba saltos como un barco sin timón. ¡Qué clase de gente desposeída, sospechosa, se había reunido allí; y se la recibía y atendida sin embargo tan magníficamente.(…) Cuando llegaron a la estación ya estaba el tren dispuesto. ( …) El viaje duró tres días y dos noches. (…) El primer día cruzaron amplias montañas. Moles de piedra de un negro azulado, se acercaban en cuñas hasta el mismo tren; se asomaba uno por la ventanilla y buscaba inútilmente las cumbres, allí se abrían valles oscuros, angostos, desgarrado, y uno indicaba con el dedo la dirección en que se perdían; allí venían anchos ríos corrientosos que deprisa se precipitaban en forma de grandes olas, sobre el quebrado cauce y, arrastrando en su seno mil olitas espumosa, se volcaba bajo los puentes que el tren se cruzaba, tan cerca, que el rostro se estremecía al hálito tibio de su frescura “
Franz Kafka, al igual que los místicos, propone en su poesía una conciliación de los seres humanos con una historia que se abra sobre la dignidad y santidad del hombre. Es difícil no evocar la mística de Franz Kafka ante estos dos versos suyos:
“Se volcaba bajo los puentes que el tren se cruzaba, tan cerca, / que el rostro se estremecía al hálito tibio de su frescura.” Una bella estrofa dística para los desposeídos de la tierra.
Franz Kafka conocía las teorías de Charles Fourier que abogaban por el cooperativismo social. Charles Fourier expuso un sistema social utópico basado en los falansterios, a partir de los cuales la comunidad se organizaría de modo cooperativo para distanciarse del inhumanismo capitalista. Pero al conocimiento místico y utópico hay que empujarlos, en la experiencia del plano inclinado de la memoria de la historia.
El empresario estadounidense P.T. Barnum creó "El mayor espectáculo del mundo" en 1871. Diez años después fundó, con James Anthony Bailey, el primer circo. Hay un cuadro pintado por Robert Lindneux, “La caravana de las lágrimas”, que refleja la emigración forzada de los indios norteamericanos, entre 1831 y 1835, desde el este de Estados Unidos al Territorio Indio, a Oklahoma. Entre las tribus que hicieron el viaje a pie estaban los cherokee, los creek, los choctaw y los chickasaw. En este movimiento migratorio los más débiles murieron, durante este largo y duro viaje. Oklahoma en sus orígenes estaba habitada por distintos pueblos indios como los cherokee, chickasaw, choctaw, creek y seminolas. En 1889 la zona fue abierta y tuvo lugar una famosa carrera para la ocupación de las tierras. El gran teatro integral de Oklahoma. Tal vez Franz Kafka conocía estas historias y las llevó a la experiencia de Karl, junto a su desaparición en el Teatro de Oklahoma.
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