1
La abolición de la servidumbre y el Rescate de las tierras habrían de significar el derrumbe lento del sistema económico tributario ruso. En las comunidades aldeanas, dominadas por un Estado personificado por un déspota, el trabajo excedente adoptaba la forma de tributos o de trabajo colectivo, que reproducía la gloria de la Unidad Estatal personificada en un ritual y una práctica idolátricos.
El excedente económico se generaba en cientos de miles de aldeas agrarias, que iban a desparecer por los efectos que provocaron la emancipación de los siervos- campesinos y las emigraciones subsiguientes internas y externas de colonización de tierras salvajes y las que sirvieron para la población de ciudades industriales y mineras
A la vez que el modo de producción zarista se modificaba también lo harían su estructura política, imaginaria y religiosa. La precariedad de permanecer en el mundo incita la imperiosa necesidad del individuo de encontrar nuevas marcas conscientes e inconscientes de su identidad. Le resultaba necesaria una identificación mimética en un espacio social y en una temporalidad generacional en el curso colectivo. El individuo no se puede manifestar sin el concurso de los otros. El hombre sin la solidaridad del hombre es polvo en el viento. La solidaridad es un acto de comprensión y sentimiento imperativo de darle sentido finalista a la vida de la colectividad. El capitalismo es un sistema social estrictamente individualista. Su finalismo es la mercancía y no el hombre. La colectividad no proviene de la solidaridad, sino del aislamiento económico coercitivo de la producción y la ganancia. Es un sistema sin solaridad, a pesar de la parafernalia del lenguaje político y pseudocientífico. El fetichismo invierte las relaciones sociales en relaciones de cosas. Su esencia está en las cosas y no en los individuos. No tiene memoria para lo humano, sino memoria del intercambio competitivo, que se imbuye en la estrategia de la astucia y la predestinación.
En la Rusia, que el siglo XIX era un país predominantemente agrícola, el excedente de la producción sobre el consumo había de proporcionarlo el campesinado. Para hacer máximo el excedente había que comprimir el consumo campesino. Para disminuir el consumo había que utilizar las analogías de las relaciones sociales constrictivas imaginarias. El excedente se logró a través de los pagos de redención de las tierras distribuidas en 1861 y con las severas cargas impositivas que obligaban a comercializar toda la parte de la producción que no era estrictamente necesaria para el consumo familiar. En la industria, los productos agrarios podían tener altos precios gracias al arancel proteccionista. La comercialización del excedente campesino volvió los productos de uso en mercancías con precios monetarios. Los valores de uso del trabajo se volvieron equivalentes particulares del valor universal del dinero. Se impusieron los fetichismos del dinero en lugar de las relaciones convivenciales de la aldea. El dinero sustituyó las relaciones humanas. La materialización monetaria de los intereses objetivos específicos de la clase dominante se absolutizaron y divinizaron. Las formas de concebir el mundo y al hombre se fetichizaron, transformando la sociedad real de producción en una sociedad de transacciones monetarias. El sistema de dominio social actuaba en las formas de explotación directa del campesinado, pero las ocultaba en la equivalencia abstracta universal del dinero. La realidad social del trabajo se volvía opaca a la relación del trabajo concreto con las mercancías que aparecían en el mercado con precio monetario. La relación del trabajo de uso concreto se volvía fantasmagórica en el intercambio monetario. El salario esconde la jornada de trabajo.
2
La transformación rusa de la producción provino de las importaciones de equipo y maquinaria ferroviaria, que exigieron una cantidad creciente de exportaciones y deudas internacionales. El pago de las importaciones obligó a vender los cereales obtenidos de los excedentes que eran parte esencial del consumo de alimentos. Los alimentos excedentarios provenían del canon que los campesinos tuvieron que pagar anualmente por la emancipación. Las deudas internacionales se pagaban con la reducción del consumo de la población.
Después de la emancipación del campesinado, la situación agrícola empeoró y las malas cosechas incidieron en una población que se había visto crecientemente empobrecida por las exigencias estatales. El hambre se extendió por el país. Sin reservas para asegurar la próxima cosecha y el consumo diario, los campesinos no podían atender el excedente de producción para la exportación, ni las obligaciones fiscales. La llegada de capitales extranjeros comenzó a bajar debido a la menor credibilidad de la devolución de las deudas internacionales con las exportaciones y la perspectiva política de deterioro de la política internacional ante la situación interior rusa. El Estado disminuyó la demanda de inversión del sector público y esto traería la consecuencia inmediata de un descenso de toda actividad industrial. La insuficiencia de consumo interior y su proteccionismo hacía que la industria rusa no fuera competitiva o que sustituyera las que habían sido financiadas por el Estado. Se derrumbaba la correspondencia de excedente y las importaciones de capital internacional.
3
La estructura económica está sobredeterminada por el nivel político y el nivel religioso. Las relaciones económicas se viven dentro de la ideología. Las experiencias reales de la sociedad se viven como experiencias imaginarias. El ser humano se separa de sí mismo para ser un objeto para otro irreal. Se vuelve un ser que acepta el dominio ajeno como suyo propio. Vive imaginariamente sus relaciones prácticas.
Para fijar la sobredeterminación eficaz de lo imaginario sobre lo real Dostoievski fijó las relaciones de culpa y el castigo como cinética de la degradación de la aldea rusa. Un miedo general, por parte de las clases medias urbanas y rurales, se contagió en una epidemia de inseguridad. La liberación de la servidumbre de millones de campesinos, las inmigraciones de los campesinos a las ciudades industriales y a Siberia, trajeron el debilitamiento del imaginario religiosos ante el debilitamiento de la comunidad aldeana y la liberación de fuerzas sociales ideológicas que conexionaban la opresión colectiva a la desigualdad económica de clase de la sociedad zarista. Los individuos descubrían detrás de la piel de la ideología su propia piel resquebrajada por la pobreza y el servilismo.
El ferrocarril resultó decisivo en la distribución de la población fuera de las aldeas tradicionales. En 1914 había ya cerca de 70.000 kilómetros de tendido de vía. La desigual distribución de la industria que estaban localizadas de modo exclusivo en la Rusia europea, San Petersburgo, Moscú e Ivánovo, unidas a las minas de carbón de Ucrania y el petróleo de Bakú, concentró grandes masas de población que descubrían la explotación económica y la organización de la resistencia política. La defensa de los derechos económicos de clase explotada se iba transformando en conciencia política revolucionaria.
Las masas sociales captaban que se había montado un sistema de distribución de la renta que protegía a los empresarios industriales y a un Estado que utilizaba la financiación internacional y localizaba la inversión en los sectores que consideraba preferentes. Los campesinos se fueron integrando en grandes centros industriales siderometalúrgicos con rígidos sistemas de vigilancia de capataces y parapoliciales. El sistema de vigilancia exigía una estructura de partido político revolucionaria. El sistema de trabaja intenso y vigilado obligaba a desarrollar nuevos sistemas de identificaciones políticas y sindicales destinadas a defender los derechos esenciales de los trabajadores.
Se descubría que la economía rusa había sido incapaz de generar unos salarios que cubrieran las necesidades básicas. Los trabajadores estaban abandonados a la violencia económica y física. Mientras los subsidios estatales eran para los ferrocarriles y la industria siderúrgica- militar y extractivas, conectadas a la industria de bienes de equipo, el individuo gastaba su fuerza de trabajo para que creciera la acumulación de capital.El sistema de capitales extranjeros se amparaba en la solidez del rublo y los altos beneficios de los derechos arancelarios y demandas estatales que inducían un flujo alto de capitales. Las potencias imperialistas necesitaban el mercado ruso para exportar un capital que compraba de retorno sus excesos de producción. Las deudas internacionales exportan bienes de capital e importan bienes básicos con valor de intercambio desigual.
El factor valor- ganancia de la economía capitalista introducía en la escena social la sobredeterminación eficaz de lo imaginario sobre lo real. Dostoievski fijó las relaciones de culpa y el castigo como cinética de la degradación de la aldea rusa imaginaria y los razonamientos literarios de vuelta a una aldea de relaciones de bondad natural.
4
La política del Estado zarista se basaba en un permanente conflicto militar para que la estructura económica y la organización social quedasen supeditadas a los intereses militares y administrativos del Estado zarista. La política de expansionismo militar causaba un incesante esfuerzo tributario de los campesinos, con cortos períodos de crecimiento económico por el gasto militar y largos períodos de depresión económica, que exigían apropiaciones de la producción mediante elevadas cargas tributarias que originaba una población depauperada. Ante estas condiciones opresivas era necesario escapar por insumisión a las exigencias de la fe al emperador y a la iglesia ortodoxa.
A una mayor pobreza material de la población rusa, la iglesia ortodoxa imponía mayor enajenación religiosa y divinización del poder zarista. Cuanta mayor era la pobreza más imaginarias se volvían las relaciones de salvación fantasmagórica del individuo.
La Comunidad Mística varía inversamente con la pobreza de la población hasta un máximo de “Todos somos culpables de todo y por todos.” En esta situación de ataraxia, la dominación del déspota se fundamentaba en la teocracia. La iglesia ortodoxa legitimaba la unidad del Estado y las clases dominantes y el dominio de la ignorancia de las clases dominadas. La Unidad política del Estado se convertía en una religión de Estado. La comunidad religiosa ortodoxa al convertir a todos en culpables obtenía privilegios económicos y fortalecía su poder social y cultural.El Estado zarista articulaba las clases sociales dominantes para que realizasen sus intereses objetivos específicos. El Estado zarista era un aparato político central, militar y burocrático, que ejercía el control de los equilibrios y desequilibrios políticos, económicos e ideológicos de las luchas de clases sociales.
5
El autócrata absolutizaba y fetichizaba el poder del Estado a través de los centros de poder, que recaían en categorías burocráticas ligadas a la nobleza cortesana. El aparato burocrático del Estado se ligaba a los intereses de fortalecimiento de los mecanismos administrativos, tributarios, coercitivos y militares, cuya finalidad era la formación del Leviatán imperial. El pensamiento histórico y moral de Dostoievski sirve para explicar la incidencia de la superestructura ideológica del zarismo en la estructura económica de los inicios del capitalismo en Rusia. El retorno al pueblo mitificado era una identidad imaginaria que iba introduciendo el zarismo involucionista político y reformista económico destrabando la servidumbre y liberando las fuerzas sociales de la revolución.
Dostoievski piensa que la destrucción medieval de la propiedad de la tierra impondrá tal desorden, que Rusia exigirá que retorne la comunidad eslava de la solidaridad. La solución al caos de las instituciones de poder ruso se resolvía por la exaltación del espiritualismo kropotkiano y tolstoiano del apoyo mutuo y el reparto del pan de los pobres. El pan de los pobres y las comunidades de siervos servían para teorizar e impulsar una praxis espiritual de convenios, ajustes y apaciguamientos de las luchas de poder para conseguir los intereses materiales de clase.
Era la comunidad sin historia para que no hubiera enfrentamientos sociales y que los hombres estuvieran fuera de las contradicciones de una sociedad dividida en clases. Dostoievski quiere que sus personajes estén en el desorden de la pasión de vivir, pero abriendo la solución espiritual de la redención ante la colectividad eslava y no ante el materialismo de la sociedad Occidental Europea. La religiosidad pasional y el arrepentimiento ante las injusticias a la comunidad de los pobres y los esperanzados.
Pero el Estado zarista da unidad de cohesión a las instituciones políticas nobiliarias y las clases dominantes por ser factores de equilibrio de clase en las luchas económicas. El Estado Zarista estaba incrustado en la estructura económica y formaba el factor determinante de la continuidad histórica del sistema en relación básica de la producción y la distribución del excedente. La iglesia ortodoxa consumía parte del excedente económico de los siervos y la religión se convertía en religión de Estado. La alianza del aparato burocrático, la iglesia y nobleza constituían las clases soportes del Estado Zarista. La política militar se convertía en el interés prioritario del Estado para garantizar la unidad nacional, la expansión imperial, la seguridad territorial y la represión social. La burocracia controlaba el aparato estatal en el ejercicio de sus funciones administrativa, represiva, tributaria y militar. Las relaciones sociales dominantes son estamentales para la política Unitaria del Estado Zarista. La formación económica rusa es la de un una sociedad tributaria y dependiente de la aristocracia. La extracción del excedente económico tributario se definía por mecanismo sociales represivos políticos e ideológicos. Estos mecanismos sociales se apropiaban y distribuían el excedente en posición de clase social. La función ideológica era para legitimar el control del excedente por una minoría aristocrática y burocrática. La legitimidad no provenía de un asentimiento de los dominados, sino del uso de la violencia y del mundo imaginario de la religión. En el precapitalismo el excedente quedaba retenido y estancado en su valor de uso por falta de un mercado de consumo y monetario que transformara los valores de uso en valores de cambio. El excedente económico capitalista requiere su conversión en dinero para expandir el mercado industrial, comercial y financiero. La religión del dinero destruía a comunidad de la aldea rusa.
La sexualidad y el ser de los personajes de Dostoievski se refugian en poliedros del crimen y la redención divina. Están sujetos a la predestinación. La culpabilidad de ellos se vuelve homogénea al fatalismo del Ser culpable de todo y por todos. La revolución social de 1905 a 1914 será la respuesta real política a la fatalidad mística del derrumbe zarista.
La abolición de la servidumbre y el Rescate de las tierras habrían de significar el derrumbe lento del sistema económico tributario ruso. En las comunidades aldeanas, dominadas por un Estado personificado por un déspota, el trabajo excedente adoptaba la forma de tributos o de trabajo colectivo, que reproducía la gloria de la Unidad Estatal personificada en un ritual y una práctica idolátricos.
El excedente económico se generaba en cientos de miles de aldeas agrarias, que iban a desparecer por los efectos que provocaron la emancipación de los siervos- campesinos y las emigraciones subsiguientes internas y externas de colonización de tierras salvajes y las que sirvieron para la población de ciudades industriales y mineras
A la vez que el modo de producción zarista se modificaba también lo harían su estructura política, imaginaria y religiosa. La precariedad de permanecer en el mundo incita la imperiosa necesidad del individuo de encontrar nuevas marcas conscientes e inconscientes de su identidad. Le resultaba necesaria una identificación mimética en un espacio social y en una temporalidad generacional en el curso colectivo. El individuo no se puede manifestar sin el concurso de los otros. El hombre sin la solidaridad del hombre es polvo en el viento. La solidaridad es un acto de comprensión y sentimiento imperativo de darle sentido finalista a la vida de la colectividad. El capitalismo es un sistema social estrictamente individualista. Su finalismo es la mercancía y no el hombre. La colectividad no proviene de la solidaridad, sino del aislamiento económico coercitivo de la producción y la ganancia. Es un sistema sin solaridad, a pesar de la parafernalia del lenguaje político y pseudocientífico. El fetichismo invierte las relaciones sociales en relaciones de cosas. Su esencia está en las cosas y no en los individuos. No tiene memoria para lo humano, sino memoria del intercambio competitivo, que se imbuye en la estrategia de la astucia y la predestinación.
En la Rusia, que el siglo XIX era un país predominantemente agrícola, el excedente de la producción sobre el consumo había de proporcionarlo el campesinado. Para hacer máximo el excedente había que comprimir el consumo campesino. Para disminuir el consumo había que utilizar las analogías de las relaciones sociales constrictivas imaginarias. El excedente se logró a través de los pagos de redención de las tierras distribuidas en 1861 y con las severas cargas impositivas que obligaban a comercializar toda la parte de la producción que no era estrictamente necesaria para el consumo familiar. En la industria, los productos agrarios podían tener altos precios gracias al arancel proteccionista. La comercialización del excedente campesino volvió los productos de uso en mercancías con precios monetarios. Los valores de uso del trabajo se volvieron equivalentes particulares del valor universal del dinero. Se impusieron los fetichismos del dinero en lugar de las relaciones convivenciales de la aldea. El dinero sustituyó las relaciones humanas. La materialización monetaria de los intereses objetivos específicos de la clase dominante se absolutizaron y divinizaron. Las formas de concebir el mundo y al hombre se fetichizaron, transformando la sociedad real de producción en una sociedad de transacciones monetarias. El sistema de dominio social actuaba en las formas de explotación directa del campesinado, pero las ocultaba en la equivalencia abstracta universal del dinero. La realidad social del trabajo se volvía opaca a la relación del trabajo concreto con las mercancías que aparecían en el mercado con precio monetario. La relación del trabajo de uso concreto se volvía fantasmagórica en el intercambio monetario. El salario esconde la jornada de trabajo.
2
La transformación rusa de la producción provino de las importaciones de equipo y maquinaria ferroviaria, que exigieron una cantidad creciente de exportaciones y deudas internacionales. El pago de las importaciones obligó a vender los cereales obtenidos de los excedentes que eran parte esencial del consumo de alimentos. Los alimentos excedentarios provenían del canon que los campesinos tuvieron que pagar anualmente por la emancipación. Las deudas internacionales se pagaban con la reducción del consumo de la población.
Después de la emancipación del campesinado, la situación agrícola empeoró y las malas cosechas incidieron en una población que se había visto crecientemente empobrecida por las exigencias estatales. El hambre se extendió por el país. Sin reservas para asegurar la próxima cosecha y el consumo diario, los campesinos no podían atender el excedente de producción para la exportación, ni las obligaciones fiscales. La llegada de capitales extranjeros comenzó a bajar debido a la menor credibilidad de la devolución de las deudas internacionales con las exportaciones y la perspectiva política de deterioro de la política internacional ante la situación interior rusa. El Estado disminuyó la demanda de inversión del sector público y esto traería la consecuencia inmediata de un descenso de toda actividad industrial. La insuficiencia de consumo interior y su proteccionismo hacía que la industria rusa no fuera competitiva o que sustituyera las que habían sido financiadas por el Estado. Se derrumbaba la correspondencia de excedente y las importaciones de capital internacional.
3
La estructura económica está sobredeterminada por el nivel político y el nivel religioso. Las relaciones económicas se viven dentro de la ideología. Las experiencias reales de la sociedad se viven como experiencias imaginarias. El ser humano se separa de sí mismo para ser un objeto para otro irreal. Se vuelve un ser que acepta el dominio ajeno como suyo propio. Vive imaginariamente sus relaciones prácticas.
Para fijar la sobredeterminación eficaz de lo imaginario sobre lo real Dostoievski fijó las relaciones de culpa y el castigo como cinética de la degradación de la aldea rusa. Un miedo general, por parte de las clases medias urbanas y rurales, se contagió en una epidemia de inseguridad. La liberación de la servidumbre de millones de campesinos, las inmigraciones de los campesinos a las ciudades industriales y a Siberia, trajeron el debilitamiento del imaginario religiosos ante el debilitamiento de la comunidad aldeana y la liberación de fuerzas sociales ideológicas que conexionaban la opresión colectiva a la desigualdad económica de clase de la sociedad zarista. Los individuos descubrían detrás de la piel de la ideología su propia piel resquebrajada por la pobreza y el servilismo.
El ferrocarril resultó decisivo en la distribución de la población fuera de las aldeas tradicionales. En 1914 había ya cerca de 70.000 kilómetros de tendido de vía. La desigual distribución de la industria que estaban localizadas de modo exclusivo en la Rusia europea, San Petersburgo, Moscú e Ivánovo, unidas a las minas de carbón de Ucrania y el petróleo de Bakú, concentró grandes masas de población que descubrían la explotación económica y la organización de la resistencia política. La defensa de los derechos económicos de clase explotada se iba transformando en conciencia política revolucionaria.
Las masas sociales captaban que se había montado un sistema de distribución de la renta que protegía a los empresarios industriales y a un Estado que utilizaba la financiación internacional y localizaba la inversión en los sectores que consideraba preferentes. Los campesinos se fueron integrando en grandes centros industriales siderometalúrgicos con rígidos sistemas de vigilancia de capataces y parapoliciales. El sistema de vigilancia exigía una estructura de partido político revolucionaria. El sistema de trabaja intenso y vigilado obligaba a desarrollar nuevos sistemas de identificaciones políticas y sindicales destinadas a defender los derechos esenciales de los trabajadores.
Se descubría que la economía rusa había sido incapaz de generar unos salarios que cubrieran las necesidades básicas. Los trabajadores estaban abandonados a la violencia económica y física. Mientras los subsidios estatales eran para los ferrocarriles y la industria siderúrgica- militar y extractivas, conectadas a la industria de bienes de equipo, el individuo gastaba su fuerza de trabajo para que creciera la acumulación de capital.El sistema de capitales extranjeros se amparaba en la solidez del rublo y los altos beneficios de los derechos arancelarios y demandas estatales que inducían un flujo alto de capitales. Las potencias imperialistas necesitaban el mercado ruso para exportar un capital que compraba de retorno sus excesos de producción. Las deudas internacionales exportan bienes de capital e importan bienes básicos con valor de intercambio desigual.
El factor valor- ganancia de la economía capitalista introducía en la escena social la sobredeterminación eficaz de lo imaginario sobre lo real. Dostoievski fijó las relaciones de culpa y el castigo como cinética de la degradación de la aldea rusa imaginaria y los razonamientos literarios de vuelta a una aldea de relaciones de bondad natural.
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La política del Estado zarista se basaba en un permanente conflicto militar para que la estructura económica y la organización social quedasen supeditadas a los intereses militares y administrativos del Estado zarista. La política de expansionismo militar causaba un incesante esfuerzo tributario de los campesinos, con cortos períodos de crecimiento económico por el gasto militar y largos períodos de depresión económica, que exigían apropiaciones de la producción mediante elevadas cargas tributarias que originaba una población depauperada. Ante estas condiciones opresivas era necesario escapar por insumisión a las exigencias de la fe al emperador y a la iglesia ortodoxa.
A una mayor pobreza material de la población rusa, la iglesia ortodoxa imponía mayor enajenación religiosa y divinización del poder zarista. Cuanta mayor era la pobreza más imaginarias se volvían las relaciones de salvación fantasmagórica del individuo.
La Comunidad Mística varía inversamente con la pobreza de la población hasta un máximo de “Todos somos culpables de todo y por todos.” En esta situación de ataraxia, la dominación del déspota se fundamentaba en la teocracia. La iglesia ortodoxa legitimaba la unidad del Estado y las clases dominantes y el dominio de la ignorancia de las clases dominadas. La Unidad política del Estado se convertía en una religión de Estado. La comunidad religiosa ortodoxa al convertir a todos en culpables obtenía privilegios económicos y fortalecía su poder social y cultural.El Estado zarista articulaba las clases sociales dominantes para que realizasen sus intereses objetivos específicos. El Estado zarista era un aparato político central, militar y burocrático, que ejercía el control de los equilibrios y desequilibrios políticos, económicos e ideológicos de las luchas de clases sociales.
5
El autócrata absolutizaba y fetichizaba el poder del Estado a través de los centros de poder, que recaían en categorías burocráticas ligadas a la nobleza cortesana. El aparato burocrático del Estado se ligaba a los intereses de fortalecimiento de los mecanismos administrativos, tributarios, coercitivos y militares, cuya finalidad era la formación del Leviatán imperial. El pensamiento histórico y moral de Dostoievski sirve para explicar la incidencia de la superestructura ideológica del zarismo en la estructura económica de los inicios del capitalismo en Rusia. El retorno al pueblo mitificado era una identidad imaginaria que iba introduciendo el zarismo involucionista político y reformista económico destrabando la servidumbre y liberando las fuerzas sociales de la revolución.
Dostoievski piensa que la destrucción medieval de la propiedad de la tierra impondrá tal desorden, que Rusia exigirá que retorne la comunidad eslava de la solidaridad. La solución al caos de las instituciones de poder ruso se resolvía por la exaltación del espiritualismo kropotkiano y tolstoiano del apoyo mutuo y el reparto del pan de los pobres. El pan de los pobres y las comunidades de siervos servían para teorizar e impulsar una praxis espiritual de convenios, ajustes y apaciguamientos de las luchas de poder para conseguir los intereses materiales de clase.
Era la comunidad sin historia para que no hubiera enfrentamientos sociales y que los hombres estuvieran fuera de las contradicciones de una sociedad dividida en clases. Dostoievski quiere que sus personajes estén en el desorden de la pasión de vivir, pero abriendo la solución espiritual de la redención ante la colectividad eslava y no ante el materialismo de la sociedad Occidental Europea. La religiosidad pasional y el arrepentimiento ante las injusticias a la comunidad de los pobres y los esperanzados.
Pero el Estado zarista da unidad de cohesión a las instituciones políticas nobiliarias y las clases dominantes por ser factores de equilibrio de clase en las luchas económicas. El Estado Zarista estaba incrustado en la estructura económica y formaba el factor determinante de la continuidad histórica del sistema en relación básica de la producción y la distribución del excedente. La iglesia ortodoxa consumía parte del excedente económico de los siervos y la religión se convertía en religión de Estado. La alianza del aparato burocrático, la iglesia y nobleza constituían las clases soportes del Estado Zarista. La política militar se convertía en el interés prioritario del Estado para garantizar la unidad nacional, la expansión imperial, la seguridad territorial y la represión social. La burocracia controlaba el aparato estatal en el ejercicio de sus funciones administrativa, represiva, tributaria y militar. Las relaciones sociales dominantes son estamentales para la política Unitaria del Estado Zarista. La formación económica rusa es la de un una sociedad tributaria y dependiente de la aristocracia. La extracción del excedente económico tributario se definía por mecanismo sociales represivos políticos e ideológicos. Estos mecanismos sociales se apropiaban y distribuían el excedente en posición de clase social. La función ideológica era para legitimar el control del excedente por una minoría aristocrática y burocrática. La legitimidad no provenía de un asentimiento de los dominados, sino del uso de la violencia y del mundo imaginario de la religión. En el precapitalismo el excedente quedaba retenido y estancado en su valor de uso por falta de un mercado de consumo y monetario que transformara los valores de uso en valores de cambio. El excedente económico capitalista requiere su conversión en dinero para expandir el mercado industrial, comercial y financiero. La religión del dinero destruía a comunidad de la aldea rusa.
La sexualidad y el ser de los personajes de Dostoievski se refugian en poliedros del crimen y la redención divina. Están sujetos a la predestinación. La culpabilidad de ellos se vuelve homogénea al fatalismo del Ser culpable de todo y por todos. La revolución social de 1905 a 1914 será la respuesta real política a la fatalidad mística del derrumbe zarista.
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