¿El transcurso de las Totalidades
sociales en la historia sería, tal vez, un flujo de acontecimientos en un
momento actual de estas totalidades, que
habrían de modificar los elementos de su sincronía en diacronías de nuevas
formaciones complejas de producción, autoridad y democracia?
Las dinámicas de las contradicciones sociales son las causas que alteran las combinaciones
de los elementos institucionales sincrónicos de dominio de un todo social
complejo, temporal y contradictorio en las relaciones sociales de supervivencia.
La sincronía del Todo se deforma en las asimetrías de temporalidades de rezago de
partes del Todo ante las necesidades totales de la sociedad en su momento
actual. Un Todo social se rezaga ante el inmovilismo conservador de las
minorías, frente a la solución mayoritaria
de los conflictos sociales, derivado de causas económicas e institucionales de
poder político, ante los antagonismos de las relaciones sociales de producción y
distribución de la riqueza, desigualmente distribuida entre mayoría social carente
de propiedad y minoría dirigente propietaria.
La minoría social dominante es la que detenta la
hegemonía mediante la conversión de sus
intereses en intereses generales a través de su ideología predominante. Una clase
dirigente se sirve de la Unidad Centralizada del Estado para imponer la concepción ideológica de la minoría dirigente.
La ideología de predominio vuelve a
los individuos seres invisibles ante los
efectos de desorganización de los dominados por la ideología dominante. La
invisibilidad de los necesitados que acceden a ser dominados, ante las
reivindicaciones económicas y políticas que marcan relaciones sociales
contradictorias.
La invisibilidad de los conflictos de los
individuos esconden la visibilidad de
las contradicciones de las partes económica, política e ideológica del Todo
social. El orden ideológico de centralidad del poder político dominante da
invisibilidad a los conflictos sociales de mayorías sobre minorías. Los
elementos sociales diacrónicos rupturistas del orden político y económico se distancian de la realidad mediante la
reacción hegemónica de los intereses del
bloque dominante, instalado en las relaciones de vigilancia y castigo.
Las diacronías rupturistas de las instituciones
de poder social serían la simbología mítica del Ulises de Homero por el
universo del mandato irracional de los dioses, y el destino oculto y fatalista
de los hombres, sometidos a la vigilancia de los dioses.
La promesa teleológica de redención del
sufrimiento infrahumano se convierte en la sumisión del individuo a su necesidad
de sobrevivir. La contradicción que se
origina en la desigualdad económica y en el orden rígido del poder
centralizador del Estado viene a ser un destino que se debe soportar pasiva o
críticamente.
El simbolismo histórico de Ulises
habría de servir de acicate contra el delirio ideológico de sumisión al destino mítico
predeterminado. Delirio mítico en tanto búsqueda
de felicidad del héroe en su permanencia heroica en el mundo de los dioses y los hombres. A pesar de
la oposición de los dioses con máscaras de oro, los hombres se habrán de
enfrentar al destino que le ha sido determinado.
Mitología griega, como cualquier
ideología, oculta la conflictividad real del orden desigual de nobles y
esclavos. La conflictividad con la aristocracia por la búsqueda y obtención de la representatividad política de los
intereses sociales de los dominados ante los dominantes en los poderes del
Estado. La aventura de la historia social da la expresión la sociabilidad de la
representación política de los intereses de la mayoría. Ulises
aristócrata, perdido en su
individualidad de navegante, en la tripulación de una nave, que ha de divisar
un pasado histórico carente de valor colectivo. Mitología del final ineludible
de la lucha agónica del individuo social frente a las condiciones de dominio,
cuyo ocaso habrán de determinar sus posibilidades existenciales de continuidad.
La existencia individual se da en
las condiciones de su supervivencia colectiva. Las relaciones de compromiso quedan
en el esfuerzo colectivo de la aventura por las vicisitudes de la historia de
las relaciones de dominio. El individuo al hacerse una conciencia de totalidad
salta por sobre la desventura mágica de vivir fuera de la fragilidad de los individuos de cristal. El individuo de cristal siempre está en la
nave de la oscuridad del mito o en la deslumbrante nada de su destino.
¿Cómo saltar por sobre la Nada
invidente hasta hallar la esencia del individuo colectivo, como progreso existencial en el devenir de la
historia?.
Si se está inmerso en la oscuridad repetida
del lenguaje- mantra, que desvía la irracionalidad del individuo sacrificado,
cómo no admitir la huida hacia atrás del relato de la historia, contado por un
loco lleno de furia y terror. O el mito del destino pertenece a las
manifestaciones oníricas del desvíos del impulso psíquico a lo simbólico, que
oculta la angustia de los conflictos fundamentales
de la sociedad o el escapismo idealista
de una esencia humana, que pertenece al juego de la Nada y el Tiempo.
¿El devenir del tiempo nos entrega
el relato de la pasividad de un sujeto
perdido en el laberinto de su miedo comunitario? El laberinto de las hojas de
Otoño y el pelo encanecido son el resultado de tiempo vivido. La existencia al
final da constancia del devenir del flujo del río del tiempo. Una existencia equivalente al paseo del invidente ajeno al flujo de
la vida, a su precipicio oculto de temporalidad, Hambre del tiempo necesario
para cumplir el viaje imaginario de retorno a Ítaca. Ser el primer término de
una sucesión infinita de acontecimientos en el país de los cíclopes, donde el monstruo
Polifemo secuestra a Ulises y sus compañero en la caverna de la realidad
absoluta del mal. Cuando la tragedia de la historia parece concluir devorando a los griegos. Ulises emborracha
al monstruo y le quita su único ojo, con lo que logra escapar con el resto de
sus compañeros. La redención del héroe a través de la droga, ¿no nos
permite ejemplarizar en el juego de existir mediante la droga que detiene el
flujo temporal de la visión única de nuestra experiencia apresada en los
conflictos existenciales?. Polifemo es la visión única de la existencia
apresada en la caverna de la droga y los símbolos oníricos míticos. Los
símbolos que relatan la liberación del individuo apresado por la docilidad del
juego de los vigilantes y su castigo. Los vigilan para castigarlos.
El niño que se descubre por primera vez en un espejo sabrá por siempre que su yo es una cosa vigilada por otro que se oculta detrás
de él y no se ve en la imagen del
espejo. Polifemo se oculta detrás del espejo. Un dios unidireccional que
cosifica la libertad de saberse un ser reflejado en el mundo de los vigilantes.
Quien descubre a los vigilantes sabrá de su soledad, pero también de su
decisión de existir con la responsabilidad de su ser único. Inquieta una
pregunta, ¿quién nos lleva ante el espejo?. ¿El azar o la necesidad?. ¿Nos encontramos frente al espejo de nuestro yo en la medida que somos parte de
una totalidad de juegos de placer y dolor?. ¿ O son las circunstancias aciagas las
que determinan la certeza de que somos un yo que se forma a través del castigo
y la vigilancia? La imagen de una escalera que asciende a un descansillo donde
hay un espejo, por donde se debe pasar para saber del miedo al ojo de Polifemo.
Resumen de una historia. El miedo es una sensación fría de advertencia a la
vida. El vigilante y el vigilado reflejados en el fondo de un espejo social, donde se dirimen los conflictos de un
Estado de unidad totalizadora. En ella está el conjunto de seres atrapados en una sociedad mercantil
de compradores y vendedores de mercancías, en la que se incluye la mercancía humana
como fuerza de trabajo. Propietarios de dinero y vendedores de trabajo.
Al final está el espejo que nos
devuelve la imagen de la frustración de solidaridad económica y social por la
usurpación legal de los recursos de producción y la desigual distribución de salarios
y ganancias. Los significantes vacíos de la invidencia de lo que se debe ver y
no se ve relacionan el dominio de supremacía con su significado oculto de
cinismo y crueldad.
En la metáfora pura del ocultamiento de la
realidad desaparece la relación de lo real y lo imaginario. La desaparición de
la realidad y su ocultación por los imaginarios ideológicos arrastra el significado real a la ambigüedad de
las cajas sonoras del lenguaje vacío. Sonoridad de cajas musicales en los
imaginarios que quedan definidos por el ocultamiento de la verdadera realidad en su
antagonismos de dominio y sumisión. La metáfora pura de una sociedad de dominio
de minorías organizadas sobre mayorías desorganizadas.
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