domingo, 18 de marzo de 2018


Título: Los abandonados ocultos.
Personajes:
Antón Cotos.
Antonia  Bleno.
Carmen Reino.
Ocón.
Grupo Obsceno.

Wilhem

Acto Primero.

El escenario una  sala con algunos muebles viejos. En el foro, una alta puerta metálica de dos hojas. A la derecha, puerta de salida al exterior. A la izquierda una ventana que da un pequeño jardín
De cara al público y próximo al proscenio, Antón Cotos sentado. La cabeza cubierta con un sobrero de fieltro negro. Sujeta en las manos un gato blanco disecado.

Antonia Olano lo observa apoyada en la puerta metálica.

Antón Cotos.- ( Se levanta del sillón y observa cuidadosamente  la habitación. Mira por la ventana)
Ya estamos a fines de Junio.(Pausa) Las golondrinas persiguen en sus revuelos a los insectos. ¿Cómo no evocar la filosofía de Darwin?.( Pausa) En una tarde aburrida como ésta que sugiere ternura, observo la depredación  y la constancia de que sobreviven los aptos para el crimen.
( Silencio)

Antonia Bleno.- ( Molesta) Las golondrinas no son asesinas. A los actos de los animales, no se imputan moralidad.

Antón Cotos.- Sin embargo, escucho chillidos en el ambiente. Algo ocurre en el mundo del cielo.( Pausa) Allá arriba hay dioses. ( Pausa)  La exaltación del humanismo no impide la cena de los dominantes a cuenta de los dominados.

Antonia Bleno.- ( Cambiando de tema) ¿ Sigues escuchando las pisadas desconocidas en tu cuarto?.

Antón Cotos.- No. (Pausa) Quizá no vuelvan a molestarme. Ellos deberán descansar.

Antonia  Bleno.- Ellos no duermen. Desde el quicio de las puertas, nos miran el fondo de la conciencia. ( Bajo el tono de la voz). No duermen. (Pausa) No duermen. De niña, ellos me rompían las flores de papel. Las rasgaban riendo. Luego tañían las campanas y ellos aullaban bajo mi balcón. Mi madre se escondía en un rincón y rezaba a las ánimas. Me cansa esta espera de utopías y hastío.

Antón Cotos.-  Hoy estás desesperanzada.  Hay que sublevarse contra el dominio del pasado.
( Silencio)
Antonia Bleno.- Acabaré enferma mental y envejecida prematuramente.

Antón Cotos.-  Junio. En algún lugar habrán instalado una noria de madera, pintada con rosas blancas. Los niños pasean en ella jubilosos en el peligro. ( Pausa) ¿ Te acuerdas de nuestros paseos a la orilla del río a la espera del amanecer?. ( No espera la respuesta) El ruido del agua contra las orillas y las primeras luces rosas entre el ramaje de los álamos.

Antonia Bleno.- ( Masculla) Lo dejamos morir. ( Silencio) Me exige que le devuelva la vida y que lo saque de su soledad.( Silencio) Lo matamos sin escrúpulos. La crueldad lleva a la locura. ¿ Le dimos una libertad que no era la suya?.

Antón Cotos.- ( Molesto) No me siento responsable de esa historia tuya. Fui más víctima que verdugo. En aquel sitio había que huir o entregarse a la degradación.

Antonia Bleno.- ( Gritando) Misericordia con los débiles. Sabíamos que acababa una vida y no queríamos presenciar su  extinción. La angustia que provocaba su presencia nos hizo huir de ella.

Antón Cotos.- ( Besa en la mejilla a Antonia Bleno) Antonia, aquello está distante. Hoy es un día del mes de Junio, dentro de unos momentos estallarán los cohetes  y será el inicio de las fiestas. Veremos a la gente contenta y olvidada del presente. Olerá a mastranzo, el Ayuntamiento con la fachada iluminada de bombillas multicolores, los amigos esperando en la puerta de la taberna. Hoy es Junio y andaré sin muletas.

Antonia Bleno.- ( Autoritaria) Enciende la luz eléctrica. Anochece. ( Se dirige a una jaula donde hay un canario y la cubre con un hule marrón)

( En el escenario queda iluminado con franjas de ocres.)

Antón Cotos.- ( Saca la cabeza por la ventana) Hay una pareja apretujada contra la tapia. ¿ Les grito?. Si huye, me quedaré más solo. ( Saca la cabeza) ¡ Qué sigan copulando!. Será el inicio de un recuerdo esplendente. Están fuera. Los otros son ajenos a  la comunicación. No logran verme. Los espío y ellos no me distinguen de la cal del muro.

Antonia Bleno.- ( Coge un espejo de mano y se observa cuidadosamente. Se peina.). Mi palidez quizá augure los síntoma de una enfermad. La piel agrietada. Un rápido alhzeimer  genético. Un muro que se desmorona. Nadie lucha contra su destino. Antes era Dios y ahora la genética. La mano del pasado araña mi piel. ( Aproxima la cara al espejo) Espejito, espejito,
¿ tendrá la princesa un encuentro prematuro con la muerte?. (Pausa) La respuesta será al final donde todo será luz  y logres contemplarte en ella.

Antón Cotos.- ( Escuchando ruidos en el exterior) Ya se aleja la pareja de amantes.

Antonia Olano.- Grítales que se queden para satisfacer  tus obsesiones de mirón.

(Antón Cotos se arrodilla gimiendo).

Antonia Bleno.- ( Indiferente) Nadie. ¿No te extraña tanto silencio?. Nadie fue atento. Nadie nos felicita en Navidad y en los cumpleaños. Una vez alguien nos  escribió el siguiente texto: espero que os  encontréis como las esculturas griegas: tersos y esperanzados con los dioses del Olimpo. Quien lo escribió nos odiaba.

( Silencio. Suena una campanilla en el exterior)

Antón Cotos.- ( Asombrado) ¡ Quién llama!.

Antonia Bleno.-  Algún día tendrá que suceder. Abre la puerta.
( Vuelve a oírse la campanilla).

Antonia Bleno.- Abre la puerta de una vez, Antón.

Antón Cotos.- No lo haré.

Antonia Bleno.-  Abriré yo.

Antón Cotos.- ( Malhumorado) Haz lo que se te apetezca.
( Antonia Bleno sale y se le escucha abrir la puerta. Antón Cotos escucha atentamente)

La voz de Antonia Bleno.- Pase usted, lo esperamos.

Antón Cotos.- ( Murmura varias veces) El gato también sabe llamar.

( Entra Antonia Bleno. Cierra la puerta. Reclina la cabeza en la hoja. Antón Cotos vuelve a acuclillarse).

Antón Cotos.- ¿ Aún esperas?.

Antonia Bleno.- Sí, espero.

Antón Cotos.-  Los ángeles cayeron arracimados y despertaron a los creyentes. No despertaron a los héroes.

Antonia Bleno.- ¿ Lo recuerdas?. Era joven y bello.

Antón Cotos.- ( Rezongando y sin convencimiento) No lo recuerdo. Los hambrientos firmaron la paz de los justos. Los valles está llenos de cadáveres y también las inhóspitas montañas. A todos los cubre la gran lápida de los sucesos heroicos. También el horror del olvido.

( Música militar.)

Voz en off.- Los pueblos de Europa, ayer en lucha fraticida, acuerdan la paz. Pueblos que dejaron la espada por el pan. Ayer lucharon y sacrificaron a sus hijos. Hoy no. No volverán a luchar el hermano, el camarada, el amigo. Haremos de la guerra, la paz No habrá perdón, habrá democracia. La generosidad será infinita con los equivocados, pero los bárbaros, los ajenos, serán apartados.

Antonia Bleno.- ( Se apoya en la espalda de Antón Cotos) La multitud grita en las calles. Se abraza y besa. Babeaba. Los niños de las alcantarillas salían al aire de las calles. Desde los campanarios las palomas volaban blancas. Los ojos de las mujeres esperaban la noche.

Antón Cotos.- ( Le acaricia las piernas) Los vencedores de la guerra.

Antonia Bleno.- Y escondidos en los camiones los mutilados, los ciegos, los enfermos mentales, hileras de víctimas que no esperan de los himnos su salvación.

Voz en off.- El invasor rechazado, el ejército de los ángeles venció a los herejes. En el corazón industrial del imperio, los obreros bolcheviques fueron aniquilados. Vuelve la luz donde había oscuridad. La victoria depende del sacrificio de la clase media.

( Largo silencio. Antonia y Antón se distancian.)

Antonia Bleno.-  Chist. Chist.

Antón Cotos.- ¿ A quién tememos?.

Antonia Bleno.- A los recuerdos. De las voces que nos advierten de la inutilidad de las pasiones.

Antón Cotos.- De los recuerdos... Aún existe en mi la estación de ferrocarril donde lo despedí. Fue al anochecer. Tuve que ir a despedirlo.

Antonia Bleno.- ( Molesta con las palabras de Antón) ¡ Cuántos deseos hay en el aire!. Los oídos reciben las canciones de los jóvenes que se bañan en el río.

Antón Cotos.- Llegamos con antelación. La vía férrea sin tren. Un perro que olfatea un papel que envolvió un bocadillo. Expectantes miradas detrás de los cristales de las ventanas.

El tren llegó. Murmullos. Maletas. Ruidos de botas. Gente anónima. Banderas y música. Agitó las manos y se fue.

Antonia Bleno.- ¿ Se fue nuestro hijo?.
Antón Cotos.- ( Bajo) Sí.

Antonia Bleno.- Enfermedad, sufrimiento y silencio. ¿ Cómo era nuestro hijo?. ( Se asoma por la ventana). Una luz mística en el magnolio.
Antón Cotos.- No nos despedios efusivamente. ¿ Por qué?. ¿ Él no lo quería?. Debí abrazarlo y despedirlo con desesperación, pero me quedé pasivo. Él se escondía detrás de su máscara, fumando un cigarrillo.

Antonia Bleno.- No lo quisiste.

Antón Cotos.- ( Mira la hora en su reloj de bolsillo). Pasó la tarde.

Antonia Bleno.- La gente está en la feria. Se olvidan de ellos mismos. Estallan los cohetes.

Antón Cotos.- Nos iremos con ellos.

Antonia Bleno.- No. Tal vez llamen a la puerta. Esperaremos esa llamada.

Antón Cotos.- Los cohetes cubriendo la oscuridad de color amarillo, azul, verde...

Antonia Bleno.- La llamada en la puerta y nos avisarán de que el hijo ha vuelto.

Antón Cotos.- ( Se tapa los oídos con las manos) No llegará.( Pausa) Se lo llevaron al infierno. Invocaron la seguridad del país, el peligro que implica la cobardía. Prometieron una guerra breve y pocas bajas de los nuestros.

Antonia Bleno.- Llamarán pronto a la puerta.

Antón Cotos.- ( Gime apretándose el vientre) No vendrá nadie.

Antonia Bleno.- Nosotros tendremos la recompensa de los que sufren volviendo a tener a nuestro hijo.

Voz en off.- Sentaos. Sed obedientes. Aún están los amos vigilando y los excluidos trabajan. Yo soy la voz que os consuela de los vigilantes, os oculto, las manos de barro, os ofrezco la paz del silencio, en mí no tendréis oscuridad. La impiedad no os consumirá. Podéis esperar mientras haya una puerta que se abra a la tensión de la desesperanza.

Antonia Bleno.- Debimos esconderlo.

Antón Cotos.- Lo entregamos. La ley es más fuerte que la sangre.

Antonia Bleno.- Padres realistas. Un hijo para la pira de las razones de Estado.
Antón Cotos.- Padres .

Antonia Bleno.- Patriotas.

Antón Cotos.- Integrados en el pueblo nación.

Antonia Bleno.- Ahora nos escondemos detrás de las paredes de esta casa.

Antón Cotos.- Nos marcaron el corazón con el hierro del miedo a la inseguridad. Los precavidos llevan la marca de la seguridad.

Antonia Bleno.- Predicamos en las asociaciones de padres nacionalistas, leyendo en la Biblia las palabras sagradas de Dios al pueblo elegido. Me avergüenza todavía mis palabras consoladoras, me aterran las miradas de los que confiaron en nosotros.

Antón Cotos.- Creían en cualquier mensaje que les garantizara la vuelta de sus hijos. Movían los labios aprendiendo a retener las palabras. Descubrir el consuelo.

Antonia Bleno.- La voz de los predicadores del conformismo. Encubrimos el crimen.

Antón Cotos.- Los zapatos rotos, la fiebre, la tuberculosis. Leíamos la prensa que auguraba la inminente victoria.

Antonia Bleno.- Ellos creaban la verdad con palabras falsas e imágenes trucadas.

Antón Cotos.- Esperamos que él llegara y llamara a la puerta.

Antonia Bleno.- Él llegará.

Antón Cotos.-  ( Bajo) Él llegará.

Antonia Bleno.- Los sacerdotes del orden nos dirán que lo conservemos en la memoria, en la liturgia del tiempo nuevo, que nos sintamos orgullosos del sacrificio por la comunidad.

Antón Cotos.- Cada vez me siento más cansado de todo. Nuestro hijo...Una piedra colgada al cuello y la realidad desaparece.

Antonia Bleno.- Si no hablamos de él, nos suicidaremos.

Antón Cotos.- Supongo que el deterioro de la enfermedad nos llevará pronto al silencio.

Antonia Bleno.- ( Despreciativa) No aguanto  tus sandeces. Me resulta estúpido que vendas tu decadencia para atenuar la culpa.


Antón Cotos.- ¿ Quién se acuerda de los apestados?.

Antonia Bleno.- ( Alto) De nosotros depende su memoria.

(Antonia acaricia el gato disecado. Luego saca de un armario una lamparita votiva, la enciende y la coloca en la palma de su mano izquierda.)
Alguien vendrá por el jardín para llamar a nuestra puerta.

( Se hace la oscuridad en el escenario).

















































Acto segundo.



El mismo lugar; con las siguientes innovaciones: un caballo de cartón, una silla de enea en la que se sienta un muñeco del tamaño de una persona con la cara cubierta con un pañuelo de seda. Cuando se desprenda el velo aparecerá el  rostro de un joven subnormal.
Entra Antón Cotos. Viste de frac. Pasea de izquierda a derecha del escenario. Parece confundido y nervioso. Se detiene ante el muñeco y acaricia el velo  retirando y acercando la mano rápidamente. Luego se acerca a la mesa que está preparada para comer tres personas.

Antón Cotos.-  ¡Qué gran día para la felicidad!. La vajilla de lujo esmaltada con ramilletes de violetas y mariposas. (Pausa) ¡ Oh, falta el candelabro!.
( Sale y vuelve con un candelabro de cuatro brazos encendido).
¡ Las luces de la suerte!. Atraviesan las sombras parpadeando con alas de mariposas.

Voz de Antonia Bleno.- Antón, ¿ limpiaron el tejado de hierbajos?. En esta casa vieja, las tejas están quebradas y permiten que entre la lluvia a los cuartos.

Antón Cotos.- ( Alto) Ayer estuvo un albañil haciéndolo.

Voz de Antonia Bleno.- ¿Le pagaste y le invitaste a una copa de aguardiente?.

Antón Cotos.- Sí. Rompió algunas tejas.

Voz de Antonia Bleno.-  Este año no calará el agua
.
Antón Cotos.- ( Lejano y recordando un episodio) ¡ Vendrán todos cantando!. Traerán a  los niños con regalos colgados en lacitos verdes. Pequeñas cajas de mazapán, osos panda de juguete que tocan el tambor mientras mueven la cabeza. Una niña con una muñeca, carita de china y manos menuditas. ( Pausa) Los recuerdos son pendientes de oro que se perdieron en un campo de avena y amapolas.( Pausa) Hiedra en la tapia y margaritas de gráciles pétalos amarillos que se mueven con la brisa.(Pausa) Los días de fiesta de la familia. ¡ Qué contentos hasta que alguien tira de las culpas y todo se altera! La culpa y su castigo. ( Silencio)

( Entra Antonia Bleno. Maquillada. Viste un vestido largo azul, estampado con flores rosas, zapatos de altos tacones. Mira fijamente a Antón Cotos).
Antón Cotos.- Aquel día me pusiste triste mientras; te reías de mí. Hoy nos reconciliaremos en el rincón del parque donde las golondrinas esperan el alba. Cuando los niños comiencen a cantar, nos besaremos.

(Antonia Bleno abre la ventana para que entre una luz blanca).

Antonia Bleno.- ¡ Qué extraño! No llegan los invitados. ( A Antón Cotos)
¿Te avisaron de algún suceso desagradable?. No creo que vayan a dejarnos solos en un día como éste.

Antón Cotos.-  ¿ Nos equivocamos de día?. El tiempo nos confunde con su monotonía. Los días se vuelven iguales. Lentos y parecidos.

Antonia Bleno.. ( Riendo) Vendrán. Nadie se pierde una fiesta como las nuestras. Las organizamos para que los invitados se sientan completamente felices.( Pausa) Si alguno hubiera fallecido, sus hijos nos hubieran enviado la esquela funeraria. ( Escuchando) Escucho el claxon de sus automóviles. Los ladridos de los perros en los huertos los anuncian. (Pausa) ¿ Los escuchas, Antón?.

Antón Cotos.- ( Mintiendo)  Los escucho. Ellos emiten sonidos inconfundibles.

Antonia Bleno.- ( Se sienta desanimada) No preciso el año en que vivimos. ¿ Qué año es?. ¿El año de 1898, de 1910 o el 2004?. Sólo un sádico inventó para la vida el calendario. El tiempo es homogéneo y fluido, sin tantos cortes fluye y nos arrastra indiferente a nuestros gritos de desconsuelo. Florece y se marchita la flor, la luz  se queda en los cristales y desaparece. Cuando abro un libro, me encuentro con la flor que dejé abierta en él. El perfume del libro evoca un día silencioso de otoño.

Antón Cotos.- Te torturas con palabras bonitas. También hay tiempo en las latas que se arrojan al contenedor de basura. La putrefacción de la materia es el mejor detalle del tiempo oculto. La basura que se acumula en los vertederos municipales. Dentro de ellos hay miserables que rebuscan algo que se venda o que se coma. También están las gaviotas y los pájaros buscando desperdicios.

Antonia Bleno. Cállate. No soporto tu vulgaridad de chuleta.
( Breve silencio). Hoy es el cumpleaños de nuestro hijos y vamos a celebrarlo a lo grande. ( Señala el muñeco) Ese es nuestro hijo y a él le dedicaremos las risas y los regalos. ( Sonriendo) A él, no le interesan nuestras conversaciones estúpidas. ¿ Entiendes?.
( Antón Cotos corre  tropezando y jadeando alrededor del muñeco)

Antón Cotos.- Borracho y silencioso, el muñeco se distancia de los recuerdos. No clama por una vida comprensible. No desea. No espera la resurrección de su espíritu. Fue arrojado por un dios a algún lugar donde no transcurre el tiempo. ( Se detiene y grita) Nuestro hijo es el muñeco que sacamos cada año del armario ropero. Un tótem que adoramos. ( Cae al suelo rendido por el esfuerzo)

Antonia Bleno.- ( Abraza el muñeco y llora) No le hagas caso, hijo. Ese hombre es un mal padre.

Antón Cotos.- ( Suplica) Antonia, míralo de cerca. Es un muñeco.

Antonia Bleno.-  (Canta) Ayer llegó su última carta de amor,
Venía de lejos, hierba seca pegada en el sobre.
Venía del cielo, de paisajes bermejos,
Llegaba de su corazón al mío.

( Breve silencio)

Un día de verano llegó de vuelta el héroe. La gente agitaba los sombreros como si fueran mariposas en campos de amapolas.

Antón Cotos.- ( Contagiado del entusiasmo de Antonia)
Las mujeres ofrecían sus cuerpos al héroe, al mártir, al hijo que transformaba el sufrimiento en justicia. Ante él, el destino aciago descubre su desvergüenza. El héroe entre los desamparados.

Antonia Bleno.- ( Retira el pañuelo que cubre la cara del muñeco).
¡ Hijo, qué cansada me encuentro!. ( Lo besa)¡Tú, qué llevas llorando tanto tiempo!. ( Lo abraza) ¿ A qué huele tu  cuerpo?. ( Cubre la boca del muñeco con la mano) No lo digas. No lo digas. Lo sé. Llevas llorando bajo la tierra, que escucho tu delirio de topo que intenta llegar a la superficie y cuando la encuentra se reconoce ciego.

( Canta)  A un niño un día de lluvia

se le mojó su caballo de cartón.

Lloró de la mañana a la noche

Y el cartón se secó.
A un niño muy pequeño,
El viento le ofreció un vilano
Que luego rompió.

Antón Cotos.- ( Gritando) No soporto más. No lo soporto. ¿ No te das cuenta que lloras porque estás borracha?.

Antonia Bleno.- Ninguno de los dos prestamos atención a tus insultos.
Antón Cotos.- Tuvimos un hijo que terminó alcohólico. No fue nunca un ángel. Nunca lo fue. Un neurótico que me odiaba a pesar  de ayudarlo en cuanto podía.

Antonia Bleno.- Fuiste un mal padre. Un día lo llevaste a una casa de fulanas para que te demostrase que era un hombre y no un afeminado. Las putas se rieron de los dos, del padre y del hijo.

Antón Cotos.- (Se tapa los oídos) El me despreciaba y yo procuré vengarme de él.

Antonia Bleno.- ( Deja de acariciar al muñeco y observa a Antón Cotos) Los hombres acabados violentan la moralidad y la inocencia de los adolescentes.
( Antón Cotos corre hacia el muñeco y lo agarra por la espalda levantándolo)

Antón Cotos.- Está viejo y roto, ¿ para qué adorar una basura?.Cabeza, tronco, brazos y piernas sujetos con alambres. Conjunto descoyuntado para los lamedores de piezas de museo. Sólo tu irracionalidad pretende hallar sentido en estos restos. ( Fuerte) No hay nada en él que merezca que lo mantengamos en el ropero.

Antonia Bleno.- Le tienes miedo a la presencia de tu sangre. Eres un animal despavorido ante el testimonio de su fiereza.

Antón Cotos.- Aunque me hagas sufrir, no lo resucitarás. Los demás, los invitados, no llegarán.

Antonia Bleno.- Ven y bésalo. Sufre sabiendo que lo odias. Bésalo. Sufre y muy pronto llorará de espanto. ( Le hace gestos con la mano para que se acerque)

Antón Cotos.- No iré.

Antonia Bleno.- Tienes que ser perdonado.

Antón Cotos.- No iré.

Antonia Bleno.- Ahora te está riendo.

(Antón Cotos se acerca la muñeco y lo besa. Luego retrocede intimidado.)
( Largo silencio. Los dos personajes se abrazan agotados).

Antonia Bleno.- Cada vez nos cansa más esta ceremonia.

Antón Cotos.- La repetimos para sabernos juntos.

Antonia Bleno.- A pesa de las mentiras.

Antón Cotos.- Sí. Las mentiras permitieran camuflar la indiferencia.
( En el exterior se escuchan ruidos de zapatos sobre la tierra del jardín, claxon de automóviles, voces  de gente que se busca. Los personajes quedan sorprendidos, se miran sin entender qué sucede.)

Antonia Bleno.- ( Bajo) ¿ Quienes vienen?.

Antón Cotos.- Los invitados.

Antonia Bleno.- Lo que representamos es una mentira. No hay invitados. Nadie puede venir a esta comedia.

( Antón Cotos escucha desde la ventana).

Antón Cotos.- Hay niños que gritan. Una de las voces me parece que es de una niña.

Antonia Bleno.- ( Se asoma a la ventana) Son ellos. No es mentira. Los familiares llegar para festejar el cumpleaños de nuestro hijo.

Antón Cotos.- ¡El cumpleaños de un muñeco!. ( Coge al muñeco por las axilas y lo asoma por la ventana empujando a Antonia Bleno) ( Bajo) Es un muñeco. Todo es una mentira. Los milagros no existen. ( Al muñeco) ¿ Tú los escuchas?.

Antonia Bleno.- Míralo. Ahora también él es feliz.

Antón Cotos.- El milagro que trastoca la realidad, que detiene su curso implacable de basurero de la historia. Los ángeles tocan sus añafiles.
( Suenan golpes en la puerta. Los personajes escuchan. Largo silencio).

Antonia Bleno.- Ya no se escuchan.

Antón Cotos.- ¿ Se han ido?.

Antonia Bleno.- Ha vuelto el silencio.

Antón Cotos.- ¿ Se han ido por otro camino?. ¿ Se han despistado?.
( Los dos  simultáneamente  se acercan a la ventana escuchando)

Antonia Bleno.- ¿Oyes?.

Antón Cotos.- No.

Antonia Bleno.- ( Se retira de la ventana) No hay otro camino para llegar hasta aquí. ¿ Quieres que grite para cerciorarnos de que se fueron?.

Antón Cotos.- ( Grita) ¿ Nos dejáis solos?.

Antonia Bleno.- ( Recogiendo los platos de la mesa). Nos olvidaron. Nuestro mundo ha desaparecido de la memoria de los que padecieron con él. Tal vez hayan muerto hasta los pájaros de nuestro tiempo.

Antón Cotos.- A veces sucede que los vecinos celebran fiestas el mismo día.
( Simuladamente Antonia Bleno deja caer un plato. El ruido sobresalta a Antón Cotos).

Antonia Bleno.- No era la gente que  esperamos. Conozco la voz de los amigos. Me parecieron desconocidos que se acercaron confundidos a la puerta. En las callejas  se enredan las pláticas del diablo.

Antón Cotos.- ( También recoge la mesa). Los vasos vacíos y el vino intacto en la botella. La sobriedad me deja sin confusiones, atento a la bienvenida de la nada.
Antonia Bleno.- ( Sienta el muñeco caído en el suelo) Sangra por la nariz.
( Lo limpia con el pañuelo) Otra vez defraudamos a nuestro hijo. Lo subimos a la ilusión, pero después lo dejamos caer al suelo. Somos demasiados encantadores de serpientes. No sabemos resistir la tentación de verlo reír, aunque sea mediante mentiras.

Antón Cotos.- ( Escuchando) ¡ Un rumos de alas en las ramas de los árboles!. ¿ Volverán ellos de nuevo?. Hablan de algo que se refiere al hijo.

Antonia Bleno.- ¿ De qué van hablar?.

Antón Cotos.- No olvides que conocen el secreto.

Antonia Bleno.- ( Despreciativa) Nos abandonaron sin que les importáramos.

Antón Cotos.- Volverán. Regresarán sus risas.

Antonia Bleno.- No sucederá. Ya no me importa. La desesperanza consuela también. Si nadie nos consuela, bastará con abrir los ojos dentro de las sombras y ansiar la muerte.

Antón Cotos.- ( Se sienta) Los día se vuelven largos en verano. Se asoma la luz por las rendijas de la persiana, se alarga por la habitación, obliga a que  nos esforcemos en permanecer lúcidos. Cada ruido sobrecoge si  se espera la llegada de alguien que nos confirme una desgracia presentida.

Antonia Bleno.- La edad nos obliga a ir desasiéndonos de las ilusiones de amor.

Antón Cotos.- ¡ El amor!. Presentir que alguien desea permanecer contigo desde el alba hasta la noche. La edad te deja caer en las calles por donde ya nuca pasa la mirada amorosa de otro . Ningunos ojos se detendrán en los tuyos, ninguna voz te despertará avisándote de que una mujer espera las caricias. (Observa sus manos). Venas abultadas y pecas que ennegrecen.

Antonia Bleno.- Y el suicidio...

Antón Cotos.- No estoy preparado.

Antonia Bleno.-  ¡ Bah!. Barbitúricos y alcohol.

Antón Cotos.-( Burlón) No lo haré, porque  estoy persuadido de que transmigraré al cuerpo de un búho en mi próxima existencia. Una ave rapaz que caza en la noche; ojos redondos esperando a sus presas en la oscuridad. El suicidio baja la calidad de la emigración del alma.

Antonia Bleno.-( Seria) Las excusas de los cobardes. Estamos construidos de tiempo y por tanto el sentido de nosotros es la muerte. Nos dignifica descubrir la esencia de la existencia en un tiempo finito. Nos abocamos a la muerte y con  ella a la nada.

Antón Cotos.- Me sobrecoge tu seguridad. ¿ No temes la noche eterna?.

Antonia Bleno.- Temo no darle finalidad al presente. Convertirme en un objeto permanente en un rincón. Soy libre si tengo capacidad de decidir  cuál es la finalidad de mi existencia. El suicidio se decide como una anticipación de la desaparición.

Antón Cotos.- ( Cogiendo el muñeco de la cabeza para enfrentarlo a Antonia Bleno)  Pregúntale a él por la muerte. Él sabe  del asunto demasiado. Nos acompaña con su silencio desde hace años. ¿ Recuerdas cómo murió?.

Antonia Bleno.- (Ensimismada. La mano derecha apoyada en la sien, un rictus triste, los ojos cerrados.)  Contemplar desde fuera la indiferencia de nuestro hijosu indiferencia era asentir a su dolor de ser ausente de la esperanza. (Pausa) Nosotros somos los culpables de haber convertido su vida en una ceremonia de la espera a la nada.

Antón Cotos.- ¿ Olvidas quién era él?.

Antonia Bleno.- ( Abatida) No. Su final se me escurre entre los dedos igual que el agua. Se sentaba a fumar mirando por la ventana. Era parco. Monosílabos. Buscaba algo de nosotros, pero no se lo dimos y después se iba decepcionado. Mi hubiera comunicarle que ansiaba aligerarlo de los problemas que lo envolvían. Antes de verlo abandonar la caso, debí apretarle la mano. Prometerle que estaba junto a él en la desgracia, pero ni lo besé ni le prometí.( Pausa) Como si fuera una desnaturalizada lo observaba si  atreverme a que se acercar a mí.

(Antón Cotos moja una mano en agua y la asperja sobre la cabeza de Antonia Bleno).

Antón Cotos.- ( Admonitorio) De la sangre de la mujer a la de su hijo. Ahora asperjo en la cabeza de una mujer estéril.

Antonia Bleno.- Te consuela zaherirme.

Antón Cotos.- ¿ Podemos separarnos?. ( Pausa) No. Tú me domesticaste según tus intenciones de dominio.

Antonia Bleno.- ( Despreciativa) Me deseaste como a una cosa.

Antón Cotos.- En la juventud el macho empuja para perpetuarse. Lograr la vida en el coito.

Antonia Bleno.- Todavía brillan tus ojos de deseo. Poseer a otro es reducirlo a una cosa obediente. Jadeos sexuales al unísono.
.
Antón Cotos.- El macho empuja dirigido por instinto de perpetuación. No es libre. El amor perpetúa la esperanza de que el otro continuará con tu imagen en el mundo.

Antonia Bleno.- Excesivamente retórico en tus explicaciones sexuales.
( Hiriente) Se come, se jode y se muere. Eso es todo.

Antón Cotos.- Tu brutalidad te encanalla.

Antonia Bleno.- ¿ Exiges escucharme decir que antes éramos gusanos y ahora mariposas?.

Antón Cotos.- Mariposas volando cerca de la red del cazador de insectos lepidópteros.
Antonia Bleno.- ¿Quién es el cazador de mariposas la razón o el sentimiento?.

Antón Cotos.- ¿ Es utópico afirmar que la vida se carga de finalidad moral?. Ese  no ha sido tu mensaje. Por eso me propones el suicidio ahora. También desvanecimientos de la libertad razonada. Luego te quedas con montones de palabras y el vértigo de la memoria que nos entrega un presente que acumula fragmentos de culpabilidad. La finalidad prometida en una sociedad sojuzgada por el sexo y las obligaciones de vender su tiempo por un salario. Despojados de nosotros mismos, nos acogemos a la familia y a la mujer que es la naturaleza humanizada en la sexualidad. La llegada del hijo hace del padre un héroe.

Antonia Bleno.- ( Cantando) Mariposas macho, mariposas hembras.
( Largo silencio) Me voy a dormir.

Antón Cotos.- Ya no esperas ni a la medianoche.

Antonia Bleno.- Me aburro. Hoy ya no vendrán. Tal vez mañana.

Antón Cotos.- Sí, mañana.

Antonia Bleno.- Aunque mañana sea el último día. (Pausa) Los muros de esta casa serán derruidos y talados los árboles del jardín. ( Sale).

( Antón Cotos se acerca a la mesa, muerde un trozo de pan. Se echa un vaso de vino y bebe.)

Antón Cotos.- Los hombres purificados se sentaron en la tierra formando un círculo. Hablaron de la resurrección de los oprimidos  por obra de la comunidad de bienes y la ética de la fraternidad. La gente pasaba y les entregaba los bienes que poseían sentándose alrededor de ellos. La multitud fue creciendo y llego hasta la orilla del mar. Al final del día, los hombres santos hablaron de la fraternidad de la violencia contra los que usan el poder de la muerte y exigieron la deposición de los que fraccionan a la sociedad en poseedores y desposeídos. La fraternidad era la comunidad de bienes y la revolución. Bebieron el mismo vino y comieron el mismo pan del sacrificio. Al llegar la mañana se dispersaron, pero cada hombre sabía que tenía que cortar con el hacha de raíz el mal. Llevaban la marca de la esperanza en el corazón. ( Se levanta y con las manos en alto da vueltas hasta que un traspié lo hace caer al suelo.)
( Fuerte) ¿ Alguien me ayudará?. ¿ Alguno me verá en la noche?.















Acto Tercero


En la escena, una grada de tres escalones que acaban en una superficie estrecha y rectangular ubicada a la derecha del escenario. Antón Cotos y Antonia Bleno duermen en los escalones.

Golpes en la puerta de entrada. Ésta se abre permitiendo la penetración un halo de luz  ocre que atraviesa la oscuridad.
Entra Carmen Reino, treinta años de edad, alta y delgada. Se dirige cautamente al proscenio, mira a los espectadores y  les da la espalda. Observa a Antón Cotos y con un pañuelo le seca el sudor de la frente. Sale de escena y al cabo de unos momentos entra con una maleta. La abre  y extrae sucesivamente la cabeza el tronco y las extremidades del muñeco del acto primero.

Carmen Reino.- La cabeza del príncipe. Los brazos. Las piernas. El tronco. Hay que recomponerlo. ( Une las piezas del muñeco hasta que queda formado. Luego saca un traje con el que lo viste.) ¿ Te falta el corazón príncipe?. Un corazón de lata o quizá de viento. ( Lo peina). ¿ Te acuerdas de mí?. Todo mi esfuerzo en atraer la mirada de los otros es para que no me olviden. La tristeza me atenaza viendo que lo cotidiano cambia sin mi intervención. Reduciéndome a un espectador mudo que huye perplejo entre un laberinto de extraños. Perro tú, muñeco, me acompañas de continuo expresando la continuidad de lo conocido. La tristeza del niño que perdió la mano de la madre que lo sujetaba al atravesar la calle. ( Le limpia la nariz.) No llores, pequeño. No te anticipes a los sucesos. Tienes que mantenerte silencioso y esperar que ellos despierten de su sueño. Ya sabes que el dolor nos libera. ¿ Cómo íbamos a realizarnos sin las brutales acometidas del pesadumbre?. Tú no has visto al diablo. ( Besa apasionadamente la boca del muñeco.) También eres mi amante. Duermes conmigo y yo peino tus largos cabellos rubios. Amante fiel. No nos traicionamos. ( Como si hubiera escuchado la respuesta de la muñeco) Muy cierto. Cierto. Naturalmente que debería contar contigo y que tus consejos me fueran útiles. Pero contigo, a veces, me porto como una mujer vulgar. ( Vuelve a escucharlo) ¡ Qué tienes hambre!. Pobrecito, es natural. Hemos estado andando tanto tiempo. No te preocupes. Te daré de comer. ( Pone el muñeco pegado a uno de sus pechos). Chupa. ( Breve silencio) No te duermas. Bueno, duérmete. Duérmete, querida mío. (  Se sienta en la grada). Duérmete. (  Lo deja en la grada y de puntillas se acerca a Antonia Bleno). ¿ Te alegrarás de encontrarme?. Seguro, a ti te agradan las visitas. La gente que te consuele.

( Antonia Bleno se despierta bruscamente. Se sobresalta ante la presencia de Carmen Reino.)

Antonia Bleno.- ¿ Quién eres?.

Carmen Reino.- Me envían para consolarte.

Antonia Bleno.- ( Se levanta y lame la cara de Carmen Reino).¿ Tú eres la persona que me envían para que me ayude a suicidarme?
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Carmen Reino.- Sí.

Antonia Bleno.- Me escucharon. Tuvieron piedad de mí.

Carmen Reino.- Sí.

( Antón Cotos se despereza descubriendo la presencia de Carmen Reino)

Antón Cotos.- ¡ Mi prima Carmen!. ¿ Qué haces aquí?. Me dijeron que te habías ido a Sudamérica con un apuesto marinero.  Carmen Reino.- No soy tu prima. Vine para que Antonia se suicide.

Antón Cotos.- Tú eres mi prima. Yo te compraba helados  en los jardines del parque. Un día te hallé abierta de piernas en la hierba y con alguien encima. Menuda mujer.

Antonia Bleno.- Ésta no es tu prima. La confundes con otra mujer.

Antón Cotos.-  Te gustaba clavarle agujas a las muñecas de trapo.

Antonia Bleno.- No insistas. No es tu prima.

Antón Cotos.- A lo mejor no es mi prima.  Mi prima dejó que sacaran los huesos de sus padres de la sepultura por falta de pago y los arrojaran al osario.

Antonia Bleno.- Eso me sucedió a mí.

Antón Cotos.- A ti no. Defiendes a esta mujer. Ella dejó la calavera de su madre en el osario.

( Carmen Reino acuna el muñeco)
Carmen Reino.-  Me resulta imposible atender a la vez tantas preocupaciones. El niño me somete. ¡ Qué sería de él sin mis cuidados!. Llora mucho. Me aturde, pero aguanto hasta que se cansa de llorar.

Antonia Bleno.- ( Habla bajo con Carmen Reino) ¿ Cuándo sucederá?
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Antón Cotos.- ¿ De qué habláis?.

Antonia Bleno.- Ella tiene que ayudarme.

Carmen Reino.- Mi niño es todo. Lo amo.

Antonia Bleno.- ¿ Cuándo será?.

Antón Cotos.- Seguros que le levantas el vestido y le lames el sexo.

Carmen Reino.- ( Le sonríe a Antón Cotos )  ¿ Tú no me has pagado para que te ayude a suicidarte?
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Antón Cotos.- No sé a que te refieres.

Antonia Bleno.- ( A Carmen Reino) No te preocupes por él. ( Acaricia el pelo del muñeco) ¿ De quién fue su pelo?. ¿ De una homosexual acuchillado en la plaza?.

Carmen Reino.- Verdad, qué es bonito.

Antonia Bleno.- Sí. La cabeza es el niño que falleció de tifus.

Carmen Reino.- A aquel niño le llevaron flores con rocío.

Antón Cotos.- (  A Antonia Bleno) Está loca.

Carmen Reino.- ( Pone el muñeco en las manos de Antonia Bleno)  Apriétalo en tus brazos. Juega con él. Sé que te atrae. Es un niño que no se hace mayor. No envejecerá. No se asusta de nadie. Cuando le muestras un espejo sonríe. Conseguí preservarlo del deterioro.

Antonia Bleno.- ( Lo mece) No está asustado. Me parece el retrato de un niño que se descubre un álbum de fotografías. Duerme niño. Te quedarás fijo en la fotografía, nunca serás lluvia que resbale por los cristales del balcón.
Carmen Reina.- Bésalo, levantarás una brisa de murmullos en tu desconsuelo.
( Largo silencio. Antonia Bleno besa la cara del muñeco).

Antonia Bleno.- ¡ Qué tersura de piel!.

Antón Cotos.- ( Se arrastra por la grada y muerde el brazo de Antonia Bleno) ¿ Te has vuelto loca?.

Antonia Bleno.- Sí.

Carmen Reino.- Muérdelo. No gritará.

Antonia Bleno.- No lo haré. Nunca se muerde a un niño.

Carmen Reino.- Él te querrá igual.

Antón Cotos.-  ( Despectivo) Os odio por lesbianas.

( Carmen Reino se echa encima de Antonia Bleno y las dos ruedan por las gradas entre risas.)

Antonia Bleno.- ( Como si la reconociera) ¿Cuándo has llegado?.

Carmen Reino.- Nunca me he ido de tu corazón.

Antonia Bleno.- He estado esperándote siempre. Si mi hijo murió, mi único consuelo será tu presencia.

Carmen Reino.- ( Se pone de pie y saca un tubo de cristal del bolsillo). Este es el veneno que te ayudará a salir del tiempo.

Antón Cotos.- ( A Antonia Bleno) ¿ Le pagaste para que te ayude a suicidarte?.( Miente) No quieres esperar la vuelta de nuestro hijo.

Antonia Bleno.- No vendrá. Ya sé que estoy sola. No aguantaré la ceremonia de la espera. Asomarme por la ventana a ver si llega una persona que no existe.

Antón Cotos.- El milagro sucede si tenemos fe. Basta con no escarbar en la desilusión.

Antonia Bleno.- Se acabó mi espera. Tú haz lo que te convenga.
Antón Cotos.- Me quedaré esperando a mi hijo.

Carmen Reino.- No sabes desaparecer.

Antón Cotos.- No.

Antonia Bleno.- ( Abatida) La espera de los otros. Se perdieron en el fondo del pasado. Un tropel de gente sin billete de vuelta. Lo han ido sepultando en el cementerio vecino. Hay monumentos erosionados por la lluvia y el viento.(Pausa) Yo soy una mujer sin fecundidad. Sólo me queda la memoria  de mi hijo con su cuerpo fragmentado que se une por azar en el sueño. No hay coherencia en mí, ningún mecanismo mental que dé discernimiento a mi pasado. Un paisaje de estatuas que se deshacen erosionadas. En tanta desolación, el pánico resbala por mi cuerpo como luz  de mediodía en la arena.

Carmen Reino.- ( A Antón Cotos) Los fornicadores no recapacitáis en la destrucción de la vida. Una verga enhiesta en la vagina de una hembra adormecida por el placer. Das asco el egoísmo del macho.

Antonia Bleno.- Cuando me desnudo, me contempló igual que una vaso de cristal en una superficie lisa e inclinada. ( A Carmen Reina) Tú me entregas la despedida del cielo y de las flores, de la mirada que se cruzan con los espejos, del frío del metal del insomnio.

Carmen Reino.- ( A Antonia Bleno)  Recibí tu carta para que te auxiliara. Aquí me encuentro. Basta que bebas un poco de veneno y te hallarás ajena a la preocupación y la tortura del fracaso. Ya no punzará el mal tu corazón de víctima.

Antonia Bleno.-( Abraza a Carmen Reino) Tu ternura me conmueve.

Carmen Reino.- Yo soy una mujer y te entiendo.

Antonia Bleno.- ( La besa en la boca) Tus labios están fríos.

Carmen Reino.- Las despedidas entristecen.

Antonia Bleno.- He presenciado multitud de ellas. Unas temporales y otras para siempre. La gente se va y duele.

Carmen Reino.- Hay en ti el rastro emocional de una niña triste.
Antonia Bleno.- Como el de un grillo dentro de una jaula hecha con alfileres y corchos. Los gritos buscan el placer emitiendo sonidos agudos y repetidos. (Pausa) De niña miraba las revistas ilustradas con bellas mujeres, cabellos recogidos en la nuca, sombreros de alas flexibles, ojos oscuros que expresaban la seguridad del placer.

Antón Cotos.- Seguir con la cháchara. Pero en el basurero acaban las revistas y las mondas de naranja.

Carmen Reino.- ( A Antón Cotos) Tal vulgar. No te acerques a ella.

Antón Cotos.- Lesbiana y cómplice en suicidios.

Carmen Reino.- Cuentas con mi indiferencia.

Antonia Bleno.- No hay nadie fuera. Nunca vendrán a visitarnos. Detrás de mí no hay nadie.

Antón Cotos.-( A Carmen Reino) Te recreas con los chillidos de ella.

Carmen Reino.- ¡ Qué molesto!.Nunca entenderás tu vulgaridad de astuto perseguidor.

Antón Cotos.- A Carmen Reino) Droguera expende veneno a la gente.

Carmen Reino.- ( Con actitud seductora se acerca a Antón Cotos) ¿Te gusto?. Los hombres cambiáis con facilidad. Nada de sentimientos. Sólo el deseo de poseer un cuerpo. ( Riendo) La mayoría de las veces jadeando la impotencia que degrada al macho a la compasión. El impotente ni endereza ni eyacula. La hombría se apaga. Ahora a arrastrarse con intenciones penitenciales.

Antón Cotos.- ( Le introduce la mano entre las piernas) No estoy acabado.

Antonia Bleno.- ( Grita) Basta estúpido. ¿ Que pretendes demostrar?.

Carmen Reino.- (Riendo) Qué aún es fuerte.

Antonia Bleno.- Resultas grosero y simple.

Antón Cotos.- ( Avergonzado) Me provocó.
Carmen Reino.- ( Coge la mano de Antón Cotos) Agarrar, detener la corriente de las cosas, controlar con la violencia. La mano de un hombre quiere las presa para ofrecerla a su virilidad.

Antonia Bleno.- Mi hijo era un adolescente y lo mataron. Nadie gritó cuando cayó mortalmente herido. Era uno más.  Un desconocido entre los desconocidos. Nos lo entregaron como una amapola ajada.

Carmen Reino.- Mírate en mis ojos. En ellos está la paz. Son como un espejo y en los ojos no hay memoria. Muestran el presente absoluto.

Antonia Bleno.- ¿ La muerte?.

Carmen Reino.- Si. En ellos un reloj marca el tiempo sin sonido.

Antonia Bleno.- Unos ojos que  no invitan a jugar.

Carmen Reino.- Tenemos que jugar a no  ser felices. ( Se quita el cinturón de tela del vestido y le entrega un cabo) ¡Tira!.

Antonia Bleno.- ( Tirando) ¿ Me invitas a tu fiesta?.

Carmen Reino.- En la calle y en la plaza.
( Corren por el escenario con el cinturón tenso entre las manos).

Antonia Bleno.- Venid, corred, es la noche de San Juan.

Carmen Reino.- Venid, corred, qué viene la hierba, las mariposas, la flor del cantueso y las abejas.

Antonia Bleno.- Pero si llegáis más lejos, os encontraréis con los hospitales  y los drogadictos  que esperan la metadona.

Carmen Reino.- La noche de San Bartolomé.

Antonia Bleno.- La violencia de los creyentes del poder absoluto y  de la religión de Estado.

Carmen Reino.- La sangre que brota de los cuerpos echados en el suelo de las calles. Esquinas con asesinos y víctimas. Esta es la historia del poder absoluto y de la completa aniquilación.

( Cansadas se recuestan en el suelo).

Antón Cotos.- ( Lascivo) ¿ Juego con vosotras?.

Carmen Reino.- ¿ Y al final del juego que harás?.

Antón Cotos.- Dormir y callar.

( Carmen Reino corre hasta donde se encuentra el muñeco)

Carmen Reino.- Malhumorada) Nos tiene envidia. Es un niño que también juega. Hoy está castigado. Por enseñar el culo estás castigada a no jugar. Le daré una cucharada de aceite de ricino. Igual que hacía Mussoline con los simpatizantes del socialismo.

Antonia Bleno.- No lo amenaces. Los muñecos son ingenuos y simples.

Carmen Reino.- Bueno que llore sin lágrimas como los payasos de circo.

( Sonidos de un muñeco que llora.) ¡ La muñeca llora!.

Antonia Bleno.- ( Cansada del juego) Dame el veneno.

( Largo silencio).

Antón Cotos.- ¡ Cobarde!.

Carmen Reino.- ( Alto) ¡ Calla, estúpido!. ( Le ofrece el frasco de veneno) Aquí lo tienes.

Antón Cotos.-  (  A Antonia Bleno)¡ Cobarde!.

Antonia Bleno.- ( Mientras mira el frasco de veneno) Aquí está el terror completo y salvador. No volverá la desesperanza a apoderarse de mí. Ni inquisidores, ni interrogadores. La muerte libera. Ya nadie grita.

Carmen Reino.- Mi muñeco está conforme con tu decisión.

( Las dos se acurrucan y se cubren con una sábana blanca. Una mariposa de metal atraviesa el escenario y cae a los pies de Antón Cotos. Entra en escena  Ocón. Un hombre de aventajada estatura, enjuto y vestido con un traje oscuro.).

Ocón.-  Very good.
Antón Cotos.- ¿ Quién es usted?
.
Ocón.- Me llaman Ocón.

Antón Cotos.- Un nombre extraño.

Ocón.- Si.

Antón Cotos.- Últimamente entra gente extraña en mi casa.

Ocón.- Los sueños y la realidad se mezclan. Tal vez  usted esté soñando.

Antón Cotos.- Tal vez entregué mi óbolo al barquero.

Ocón.- Seguramente.

Antón Cotos.- ¿Y usted es el barquero que me lleve por el río de la muerte?.

Ocón.- En su sueño sucede. En su jardín hay mirlos que se esconden en el   olmo.

Antón Cotos.- No los veo. Salgo poco al jardín.

Ocón.- ( Sin darle importancia al contenido de sus palabras) Claro, usted espera que su hijo vuelva del reino de los muertos. Los mirlos saltan y picotean el césped. Pronto se quedará sin hierba. Debía dispararles. ( Saca del bolsillo superior de la chaqueta un cigarrillo). Es marihuana. Ayuda a soportar el tedio de la tarde. La droga es un ideología atrás en estos períodos confusos y hundidos en el disimulo. No formamos nuestras vidas y por eso nos está permitido destruirlas.( Mira a Antón cotos fijamente) Los excrementos se mezclan con los narcisos.( Mira por la ventana) Me gusta el romanticismo. Inventa ideales con la caducidad de las hojas. Las alamedas amarillas y la lluvia cayendo en la estatua de Verlain. Tal vez una bella mujer con un quitasol y al lado de un ciprés.  Los pasos en la arena no se escuchan. ( Sonríe) Los amantes se apresan en las estaciones. Los románticos rechazan la vulgaridad del cálculo económico. Eran anticapitalistas. ( Pausa)  Cuando las masas sociales se vuelven románticas, aspiran a cambiar lo prosaico del salario y el beneficio. Los románticos detestaban la industrialización y las masas desarrapadas. Todos nos descuartizamos en las emociones. (Pausa) Yo aprendí a rebelarme y expeler escupitajos en los símbolos.( Escupe en el suelo) Blasfemo contra la vulgaridad de instituir algo místico encima de la esclavitud. ( Irónico) Coronas de laurel a los anarquistas.

Antón Cotos.- El anarquista sospecha de las masas por su conciencia  de la explotación de las masas por la ideología. La masa sufre la represión sublimándola en símbolos.

Ocón.- Usted no parece torpe. Recibió el mensaje igualitario.

Antón Cotos.- No lo crea. Soy un pequeño que sufre los desmanes de los déspotas.

Ocón.-  Hay instantes  en que se queman los retratos de familia. Se pasa de oprobio familiar a la represión organizada.
La magia nos consuela de la rebelión quimérica. Nos aletarga. El anarquista, al contrario, fustiga a los perezosos. Actúa en el presente.

Antón Cotos.- Yo soy un padre al que asesinaron a su hijo. No salgo del drama de su extinción y mi mujer se está hundiendo en la locura.
( Señala la sábana que cubre a Antonia Bleno y Carmen Reino). Ahora duerme. No sé si ha muerto por envenenamiento.

Ocón.- No se preocupe. El mundo tiene un orden que se escapa a la voluntad. Nos arrastra si no tenemos capacidad de acertar con las contradicciones reales de poder. Si hijo murió de forma infame, porque la vida de un marginado cuesta un dólar diario. El asesinato es un proceso desvalorizado.

Antón Cotos.- La memoria de la ofensa consuela.

Ocón.- Nos vuelve seres de luz.

Antón Cotos.- Seres sin luminosidad que desaparecen en la noche.

Ocón.- La noche es de la venganza. Los gritos de los torturados se inician al anochecer. Los verdugos asesinan primero a los que tienen conciencia de la revolución y luego a los insensibles. Esta es una sociedad que exalta el ocultamiento del genocidio con su aparato de propaganda. ( Pausa) ¿ Su hijo fue torturado?.

Antón Cotos.- Desapareció. Un día lo despedí en la estación de ferrocarril y nunca volvió a casa. ( Pausa) Mi mujer me culpa de su desaparición, porque obedecí la mandato de entregarlo. ( Reflexivo) Creía en la justicia.

Ocón.- El mandato redime del miedo, ¿verdad?. Luego el difuso mutismo de los que naufragaron en las fosas comunes.
Antón Cotos.- ¿ Cómo iba saberlo?. Estoy habitado a acatar.

Ocón.- Se obedece al amo por el castigo. La araña- Estado teje para apresar. Se constituye para demoler a sus adversarios. Los ciudadanos fueron despojados de las armas y de la propiedad de las herramientas, desde entonces se  tolera la servidumbre y la explotación económica.  
 
( Ambos personajes suben a la parte superior de la grada. Se enlazan por la cintura.)

Antón Cotos.- ( A una audiencia imaginaria). No lo observáis, pero hubo un época que por usar una multicopista y distribuir octavillas denunciando la ilegitimidad de la dictadura, te castigaban con años de cárcel.

Ocón.- El dios-dictador se hallaba en los oídos de los confidentes y en las  su cuadrillas de torturadores.

Antón Cotos.- El dios no desfallecía. Había una ventana iluminada en su palacio y desde ella acechaba.Ocón .- Vestía uniforme. En los muros estaba su retrato victorioso.

Antonio Cotos.
Ocón.-     ( A la vez)            La voz que atronaba sus mensaje intimidatorios. Los días del miedo. Los días de esconderse por pensar y amar. La voz de los asesinos era  lo que primero llegaba y lo último que quedaba. La voz del dictador que amedrentaba con la única finalidad de la sumisión concluyente. Se musitaba el descontento.

Antonio cotos.- Asesinaron a mi hijo.

Ocón.-.  ( Retórico) El hijo de este sujeto mediocre, sin culpa para la penalización. El castigo cambia al hombre en un animal que lame la mano del amo. Al fin y al cabo, todo consistía en que los ciudadanos fueran sumisos y produjeran dinero para una minoría ávida en la acumulación de capital.

Antón Cotos.- La prensa intoxicaba las virtudes patrióticas del dictador.
Ocón.- La flauta mágica era masona. La multitud sufría y se consolaba de no ser castigado. La multitud trabajaba y copulaba produciendo riqueza y ciudadanos integrados. ( Burlón) Opresión y asentimiento.
Antón Cotos.- Los pretorianos protegían al emperador déspota conciliando y orando con actos de crueldad monótona a los sucesores y  exigiendo la vulnerabilidad para el emperador déspota.
( Se mueven de izquierda a derecha enlazados)

Antón Cotos

Ocón.-     ( A la vez)      ¡Atrás!. ¡ Atrás! El dictador os mira. El dolor somete y la represión mantiene a la multitud  disciplinada. Los fieles reunidos  en las plazas de los palacios levantaban el brazo derecho y gritaban consignas para que fueran exterminados los disidentes. ( Muy bajo) Arañas buscando en la red sus presas. ¿ Qué fue lo último que dijo el gran padre de la venganza?. La agonía es demasiado larga. La historia oral  del drama de la guerra civil fue olvidándose y los jóvenes se refugiaron en los parajes de la indiferencia. Es ley que la historia se olvide igual que la belleza.

Antón Cotos.- Los dominadores vocearon: volved a vuestras casas y reflexionar que el sueño nos pertenece. En el sentimiento no se halla el santuario de la libertad. Ahora comprenderéis mi sabiduría de viejo cansino que soporta la prensión inextinguible del peso del hijo muerto. ¿ Hasta cuando el sufrimiento perdura?.

Ocón.- Un hijo no tiene plazo de caducidad. ( Furioso) ¡ Todos  al pudridero!. ( Imitando la actitud verbal de alguien autoritario)  Yo soy el destino y te exijo que sobrevivas en el agujero donde habitan los roedores de libros donde escriben los nombres de los muertos.
( Directamente a Antón Cotos) ¿ Qué prefieres la tortura o el pragmatismo?.  Olvida la posibilidad de que la naturaleza se humanice.

Antón Cotos.- ( Rápido) Un hombre investigó la relación del crimen y la avaricia.

Ocón.- ( Idem) Y dijo que los trabajadores son la supresión del Estado y de la lucha de clases.

Antón Cotos.- ( Idem) La víctima será olvidada por los herederos de la memoria histórica. Nombres carcomidos por las polillas.

Ocón.- ( Idem) El número es el azar. El olvido un río que  disminuye de caudal. La vida y la muerte en el borde cortante del pacto de dominio político.

( Antón Cotos se detiene y se sienta en la plataforma)

Antón Cotos.- ( Se distancia de Ocón) No sigo representado la ruina de mi vida.
Ocón.- ( Le grita) Semilla podrida. Retrete negro. Gato maullante.

Antón Cotos.- No sigo.

( Se escuchan los gemidos de Antonia Bleno).

Ocón.- Una mujer gime.

( Ocón baja por la grada y acaricia la cabeza de Antonia Bleno bajo la sábana).

Ocón.- Gime por ti.

Antón Cotos.- ( Baja la grada) ¿No se bebió el veneno?.

Ocón.- Llora por su soledad.

Antón Cotos.- Llora por mi hijo asesinado.

Ocón. – Levanta la sábana y mírala.

Antón Cotos.- No. Me aturde su expresión. Su mirada va adquiriendo la expresión del enfermo mental. Casi estoy seguro que ha dejado de entenderme.

Ocón.- ( Le grita) Intenta salir de ese laberinto tuyo de absurdo y miedo.
Antón Cotos.- Ya no llora. ( Escucha) Está dormida.

Ocón.- Llora.

Antón Cotos.- Duerme.

Ocón.- Compruébalo.

Antón Cotos.- Duerme.

Ocón.- Llora.

Antón Cotos.- No le debe haber hecho efecto el veneno.

Ocón.- Mereces mi desprecio. No quieres que despierte, porque te reprocharía tus cobardías.

Antón Cotos.- Me abrumas con tus reproches. La despertaré.
( La saca de debajo de la sábana y la sienta en sus rodillas Antonia Bleno está inconsciente. ) Sigue sumida en el sueño. Quizá buscando al hijo en la muerte.
¿De dónde provienen sus alucinaciones de inmortalidad?. Nada nos testimonia que vayamos de la muerte a la vida.

Ocón.- El sufrimiento crea su ideología. Allí donde sufrimos situamos un duplicado imaginario de la vida.

Antón Cotos.- Ese maravilloso lugar que se va verificar la realidad. Pero ya conocemos que los condenados de la tierra no se salvan por la oración, sino por la violencia.

Ocón.- Hay nuevas alucinaciones, que no se basan en la presunción de la resurrección escatológica. La ciencia extrema el misterio de la longevidad y  la individualidad de la propiedad causa la crueldad de la seguridad. Las creencias de tener patrimonio económico y transmitirlo al grupo que se pertenece como clase confiere significado de ultratumba al  imaginario simbólico de la perpetuación biológica.

Antón Cotos.- Cloacas para los controladores sociales.

Ocón.- Sí.

Antón Cotos.- Ante esta mujer que duerme, me exalta la ternura.
Ocón.- Le cantaremos.

Antón  Cotos
Ocón.-           ( Cantan desafinando )

Duerme Antonia, por tus sienes va el rumor, el brote de la flor,
El hijo viene cargado de mastranzo,
De risas blancas, solitario y esculpido por la niebla.
No despiertes. La ira de los vivos asesina y miente.

( Ocón se desnuda de cintura para arriba y se flagela en silencio con un cordel).
Ocón.- Los desposeídos anuncian una rebelión de siglos. Un nuevo orden del trabajo y la fatiga. ( Deja de flagelarse) ¿ Acaso soy la bestia que acarrea los gritos de los escondidos?.

Antón Cotos.- La despertarás.

Ocón.- ( Postura arrogante) Yo he venido al mundo para anunciar el equilibrio de fuerzas excluyentes. Cruel y sentimental. Contradictorio en una ideología que actúa sobre los dominados para que soporten una ideología que contradice su vida real y afirma su esclavitud. Facciones de una bestia en las esculturas griegas. Introducido en la fuerza de la manipulación pretendo hallar la razón que justifique la inexistencia del hombre libre.
 
Antón Cotos.- ( Canta) Ocón es  el esclavo que manumitieron para que llegara al mercado y en él se vendiera. Tiempo por dinero. Salario por adulación a su comprador. Levántate a ti mismo y hallarás la  brutalidad del negrero.

Ocón.-( Imperativo) Desnúdala. ( Antón  Cotos desnuda a Antonia Bleno) Tú echaste semen en su vagina.  Reproduciste la vida que ahora ella lamenta haber perdido. Fornica otra vez con ella. Conviértete en un animal en celo.

Antón Cotos.- ( La vuelve a vestir)  Soy un animal viejo.

Ocón.- Estúpido, el placer proviene del juego. Te volverás un viejo que camina por las calles de ciudades desconocidas. Delante de ti está la destrucción.
Antón Cotos.- ( Evadiéndose) ¿ Has visto la plaga de cigarras que se comen los pájaros?.

Ocón.- Me resultas oscuro. Tu resignación te lleva al silencio de los que esperan que se les pare el corazón en una habitación provista de un televisor.

(Carmen Reino sale de debajo de la sábana. Inmediatamente se abalanza al cuerpo de Antonia Bleno.)

Carmen Reino .- ( a Antón Cotos) Apártate miserable.( La contempla y la peina). Sepárate de su cuerpo. La mujer siempre es un objeto para el hombre- amo. ( Pausa) Ya es libre. Abandonó los fantasmas de la memoria. Saltó al abismo que la separa de los excrementos. No despiertes, no vuelvas al mundo. Los de afuera aguardan para encadenarte a sus pasiones.

Ocón.- Esta mujer argumenta demasiado.

Carmen Reina.- ¿ Y tú quién eres?

Ocón.- Un personaje que se engancha al cuerpo lleno de los desesperanzados.  ( Se dirige a Antón Cotos) Tenemos que irnos de aquí. Decídete. ( Silencio)  ¿ No entiendes que este mundo se acaba?

Antón Cotos.- ( Se acerca a Ocón y lo mira de frente) Todos rehuyen enfrentarse con su responsabilidad. (  Riendo) Un prisionero que lleva pintura reflectante en su pecho ante un pelotón de ejecución ya decidió morir antes de ser fusilado. Esa es su grandeza. No grita ni suda.

Ocón.- ¡Bah!. ( Los sujeta por la espalda) Irás empujado por la fuerza ajena. No tendrás elucubraciones de dignidad. No hay moral que redima, ni belleza que conduzca a la contemplación ideal.

Antón Cotos.- El crimen lleva de la sociedad a la barbarie.

Ocón.- ( Lo empuja) Los gritos de rabia  ponen en evidencia el maquillaje de los conformistas. La desnudez elimina los juegos de la razón. ( Fuerte) Grita. Grita. Los hombres olvidan sus crímenes, ningún gran asesino de masas fue juzgado. Sólo los hombrecitos moralistas se imaginan que deben expiar sus pecados.( Pausa) Antes me he flagelado para implicarme en tu tipo de sufrimiento. Convertirme en un esclavo que  está conforme y resignado con la brutalidad. No me afligirá tu muerte, patearé tu cuerpo putrefacto. Echaré polvo en tus labios. Yo acepto el riesgo de la impiedad.
( Volviendo el rostro y mordiendo a Antón Cotos en la mejilla) Yo soy la herida que posibilita el mundo.( Ocón  ríe)

Antón Cotos.-  Naturalmente, el Nazareno en la cruz de los libertadores.

Resultas un perfecto guardián de los campos de exterminio.

Ocón.- ( Enfurecido lo empuja y lo deja caer en el suelo) Me voy. Dentro de unos momentos llamarán a tu puerta y te matarán en una orgía fría como el acero de una espada. Esposado y herido escucharás las risas de los violentos.

Antón Cotos.- ¿ A quién te refieres?.

Ocón.- Otros va a entrar en la pesadilla del siervo culpable.

Antón Cotos.- ¿ Por qué?.

Ocón.- Este es el mundo real. Violento y sin historia. Antes de irme, me fue encomendado jugar contigo entre la comedia y la tragedia.

Antón Cotos.- No quiero participar en él.

Ocón.- No puedes elegir. Jugarás. ( Dibuja un círculo a su alrededor y luego gira en él. Se le cae una moneda, entonces se detiene y la levanta con las manos unidas por encima de su cabeza). La mariposa del oro vuela por encima de la cabeza de Ocón. La moneda y el mercado. (Pausa) El deseo, la moneda y el mercado. ( Grita a Antón Cotos) ¡ Cógela!. Hay más verdad en la moneda que en todos los monumentos que levantaron los jerarcas  del capital monopolista. ( Antón Cotos quiere tomarla y Ocón lo evita) Antón, la moneda eres tú mismo  y también la máquina productora de deseos.

Antón Cotos.- ( Se desespera) Tú juego es repulsivo.

Ocón.- No. Es el juego del dinero, el hombre y el mercado.  ( Vuelve a intentar arrebatármela).

Antón Cotos.- ( Fuerte) No.

Ocón.- ¿ No quieres ser un  liberador?. Las masas esperan el nuevo orden basado en el dinero y la familia. El dinero y el precio de mercado constituyen el gran grito integrador  que devuelve la individualidad  legal y restituye el orden de las castas. ( Se dirige al proscenio para mostrarla a los espectadores) La sangre del imperio. La moneda une la civilizaciones, el mercado trafica con los productos y los ciudadanos. Seréis libres si encontráis el precio de la supervivencia. Nadie se escapa del  civilizador   del dinero y el mercado.

Antón Cotos.- ¡ Qué magnifica ideología  que articula el deseo con la sumisión al precio!.  Elige quien tiene capacidad de compra.

Ocón.- Los elegidos seleccionan, porque atesoraran dinero. La divinidad  es un privilegio de los poseen la moneda que compra asalariados. De la barbarie a la civilización de los poseedores de existencias ajenas. Aristocracia del orden financiero. Tendréis el cielo de la poderosa droga, si sois capaces de reconciliar la ideología en sangre de esclavos. ( Se da la vuelta y sale del círculo) Antón, el dinero desnuda la relación  de la moneda y el precio del trabajador.( Pausa)  Un  grito de angustia no es revolucionario. ( Juega echando la moneda arriba y recogiéndola)
Mi amigo, atormentado, el dinero determina el final del espacio interior en el que un hombre idealiza la elección política entre necesidad y libertad.

Antón Cotos.- Debo resistirme a tu seducción. Detrás de tus palabras está el asesinato y el presente interminable que reproduce la carencia de felicidad.

Ocón.- Si tuvieras potencia para llegar hasta mí, mirarías arriba encontrándote con la experiencia del dominio que emana de la ignorancia.
( Pausa) La fuerza que se infiltra en la porosidad de los seres es la del dinero.( Pausa) El nacionalismo, la religión, el derecho que yunta al siervo con el señor, son  relaciones simbólicas canceladas ante la moneda que se intercambia comprando al hombre, circulando anónima en un espacio autoritario, homogéneo e intemporal. Los gestos del rebelde y las palabras del poeta, cápsulas ávidas de contenido real.  ( Le acerca la moneda con el brazo extendido) A todos nos repugnan los excrementos evacuados , pero si miramos la taza del water los identificamos como nuestros.( Vuelve a arrojar la moneda) Esa moneda es lo que queremos ser: la mercancía que adquiere la propiedad.
(Antón Cotos alarga el brazo, pero no toca la moneda) ¿ Temes carecer de emociones que  se sobrepongan al egoísmo?. 
¿ Quiénes son los otros que nos esperan con su sufrimiento?. No hay otros. En la pendiente de la marginalidad está la carencia de no ser comprado. En las pesadillas florecen imágenes que entremezclan el poder y el sadismo de su destrucción: caminar infatigable del esquizofrénico.

Antón Cotos.- ( Coge con fuerza  el brazo de  Ocón)  Para ti, sólo el Uno es libre. El Uno con fuerza para castigar y sin que haya ley que lo sujete. La ley que se dan los hombres conjuntamente para evitar la absoluta corrupción del Uno.

Ocón.- ( Empuja a Antón Cotos) Me aburres. El sentido de la vida está en la violencia de una minoría por medio de la moneda y el mercado. No hay más. ( Sarcástico) ¿ No es suficiente esto?. La voluntad que exige la sustitución del déspota por la democracia ya está en el juego de la moneda y en el mercado. ( Pausa) Todo concreto, aunque es probable que  entre el hombre y la realidad esté el cansancio del privilegiado ante la rebelión metafísica. ( Sale del círculo para flagelar a Antón Cotos) ¡ Pobre Antón, su señor providente  lo castiga por culpas imaginarias!. ¡ Muerdes sus testículos!. ¿ Por qué darle significado moral a la desgracia?. ¿ No es suficiente con que obedezcas y recibas la casa en la que vives, el pan, la mujer y los medicamentos, a cambio de entregar tu existencia?.
 ( Pausa) Antón Cotos se lamenta de que la rebelión no sea  fin para la multitud. ( Vuelve al círculo) No resulta mezquino concebir la rebelión como una profecía que debe destruya la armonía del desamor absolutamente loco y cruel. ( Sale del círculo y lo mete dentro y lo apoya contra su cuerpo)  Flagelado y sin ánimo de recuperar a tu familia. Nada hay en ti que no sea abatimiento y tristeza.

Antón Cotos.- ( Bajo) Si ya no hay luz, los sumisos lamerán las manos ensangrentadas de los que usan la espada para someter.

Ocón.- Tras tu muerte, no hay resurrección ya que no dejaste a tu hijo en el mundo. No queda memoria de ti, ya que como el pájaro en la noche volarás sin encontrar el alba. No fuiste perdonado.  

Antón Cotos.-  Llévame hasta donde está Antonia. ( Ocón lo carga a la espalda y lo deja caer al lado de Antonia Bleno). Si acaso hay una fiesta en alguna parte, invítame a esperar a los invitados. No me importa que llamen y no entren a darnos noticias de nuestro hijo.

Ocón.- ( Observando por la ventana) ¡ Un cielo con nubes esmaltadas de rojo y azul!. ¡ Un cielo bello y vacío!. ( Vuelve a lanzar la moneda) La mariposa vuela en búsqueda del déspota. ( A Antón Cotos)  La búsqueda de lo sagrado llegó a ser la materialización de la existencia  en el dinero y en los decretos déspota. ( Sale)

(  Una luz blanca y enfocada envuelve a Antón Cotos y Antonia Bleno como si fuera un sudario).



















Acto Tercero


 A la izquierda, un armario con puertas de cristal donde se hayan inmóviles  Antón Cotos, Antonia Bleno, Carmen Reino y Ocón.
A la derecha, alta caja metálica verde donde se acurrucan los  tres personajes del grupo Obsceno. Están unidos por una correa elástica alrededor de la cintura, que los atrae y repele. Cuando se encuentre juntos, el espectador debe sentir la presencia de una forma amorfa y oscura. Cuando  cada uno de los personajes del grupo hable, éste será iluminado mientras los otros permanecen en penumbras y las cabezas gachas en tanto babean.
Vestidos con  camisetas blancas y  pantalones vaqueros ajustados que resaltan testículos y penes.
Wilhem  es un hombre joven, demacrado, tose con frecuencia, viste un pantalón militar, camisita y un chaleco antibalas. Se expresa de manera irónica y descreída.
Cuando Wilhem entre en  el escenario habrá una iluminación proveniente  de varios focos detrás del plástico.  Mira a los personajes dentro del armario y al Grupo Obsceno.

Wilhem.- ( Por los personajes del armario) La estructura reaccionaria de la familia. El triángulo del padre, la madre y los fantasmas oníricos de los deseos inhibidos.  ( Por el grupo Obsceno)  Aquí, los desechos del asfalto. Nadie los conduce a la rebeldía. Comen basura e infectan de sida a las rameras. Si el poder militar los requiere, los vestirán de militares y los llevarán al escenario belicista del mundo de la miseria bombardeado con plutonio empobrecido. Ignoran  que son en la historia resignados e indiferentes; desconocen la lucha política de clases, la teoría de la violencia mito contra el opresor. Intuyen que  no hay moralidad en las maniobras de los plutócratas. Ricos protegidos por mercenarios. Los detesto por adocenados y me fascina su inconsciencia y su agresividad potencial.
 
Grupo Obsceno.- ( Sin salir de la caja) ¡ Preservativos contra el sida!. Droga para el frío y el hambre.

Wilhem.- La peste de las pandemias los diezman y en sus ojos no  se abre la luz del miedo a la enfermedad incontrolada.
Grupo Obsceno.- ¡Para no coger el sida! Bonos de comida y lugares donde dormir sin padecer frío.

Wilhem.- Exigen caridad, pero no descubren que los mandatarios la usan para someter y abaratar la mano de obra.( Los personajes del armario ponen las manos contra las puertas de cristal. Wilhem se acerca a ellos.)
Sin duda queréis volver a presentarnos vuestros pecados y culpas. La clase media goza con las palabras y la redención. Quisiera salir de  la existencia cargada de una ética escatológica. La caída y la redención, sus miserias como entrada en la pureza de la raza, la nación o la mística de un dios que les paga sus sufrimientos neuróticos. Nos fuimos amados y obedecimos, fuimos fieles y nos agachamos esperando la protección del Estado.( Pausa) Nadie evita que la clase media se introduzca en la ideología de la sumisión exigiendo que la protejan por hallarse entre los plutócratas y los asalariados.( Sonriendo) El espacio de este escenario  está abierto a la libertad de expresión y a la crueldad  sin finalidad. Cada cual se implica en la vida, la muerte y la resurrección. En las pesadillas se desplazan y concentran los elementos oníricos para que el instinto y su represión estén dentro del eterno retorno de la simetría agónica.

Grupo Obsceno.-  ( A Wilhem ) ¿ Vendes cocaína para esnifar?.

Wilhem.- ( Alto) No. ( A los personajes del armario) Podéis volver a representar. ( Se sienta en los escalones de la grada. La puerta de cristal del armario se abre lentamente, empujada por Carmen Reino. Wilhem se apresura a ayudarla a bajar del armario).( Irónico) Señora.

Carmen Reino.- ( Tocándose las mejillas) Estas facciones mías, exclusivamente preparadas para ocultar la miseria de la insatisfacción sexual. ( A Wilhem)  Los signos de la mujer insatisfecha, que  se realiza asegurando su estabilidad económica y sacrificando el sexo. La represión del deseo y el disimulo del adulterio componen unas facciones que destaquen la ingenuidad  la elección de la mentira.( Pausa) Mi padre era un zorro en un gallinero. Mis ataques de histeria sexual los solucionaba  encerrándome en una habitación durante días hasta que sometía mi deseo reprimidos a su poder autoritario.( Pausa) Me volví perversa e intente mediante la mentira y la violencia  para castigar. Nadie se  escaparía de la culpa y su expiación. (Pausa) Vivir castigando. ( Pausa) Yo estoy aquí. Salgo de esta vitrina para repetir el pánico de la insatisfacción y su sustitución por la agresividad. ( Grita) Yo soy Carmen Reino.
( Bajo)  Mi padre me apodó la loca, porque me resistí a que mi cuerpo se convirtiera en un reloj de arena. Era un maldito hombrecillo cargado con las llaves de la despensa. ( Burlona) El hambre domestica la fiereza.
 ( Silencio) ¿ Quién llegó?. ¿ Tal vez el amante para abrazarme en los sitios oscuros?.  ( Pausa) Los perros husmean en la basura y los envidio por esa libertad. ¿ Qué autoridad  represora hace que envidie al animal?. Sobreviven ajenos a la clase social, a la dote, al embarazo, a la existencia instintiva.(Pausa) Yo soy  Carmen Reino, un desgarro de la desesperación en una mujer reprimida por los intereses materiales y sexuales del autoritario patriarca. ( Gira sobre sí misma.)  Odiaba el sexo y nos prevenía de sus nefastas consecuencias. Yo ansiaba un falo enorme. Enhiesto para atravesarme sin miramientos mis entrañas calientes. Odiaba la continencia pegajosa de las noches de verano. Apretaba los mulos para masturbarme. La pasión insatisfecha crea monstruos tan rápidamente como piojos en costura. En la carne propia se masturba la imaginación. Abstinencia y crimen y visiones religiosas. La multitud, la masa de  gente reprimida se busca con la mirada, fluye y se adhiere al deseo.

Wilhem.-  En las cárceles se le azotaba  y se introduce en las heridas ortigas en tanto una voz adolescente persuade que el sexo es la bestialidad sin freno.

Carmen Reino.- ¡ Benditos animales!.  ( Se dirige al proscenio) ¿ Por qué nos castigan si el deseo de ser amados es tan breve?.
( Se vuelve de espaldas y se dirige al armario.) Ellos están ahí. Testimonios  de calamidades. ( Provocativa  muestra sus piernas) ¿ Aún incito al macho?. ¡ Qué tremendo será conformarse con la inapetencia del anciano!. ( Baila) El viento me roza. Irse con los adolescentes que se desnudan mirándose fascinados.
( Antón Cotos sale del armario con una rosa roja en la mano.)

Antón Cotos.- ( Le ofrece la rosa) ¿No huele?. ¿Una rosa sin aroma?. Dentro del armario se marchitó.

Carmen Reino.- ( La coge con extremado cuidado)  No importa. Una rosa es una rosa. Está dentro de nuestra cabeza como un instante de amor.
 ( Arranca los pétalos de la rosa) Dentro está su ovario. Su resistencia ante los exterminadores.

Antón Cotos.- Carmen, no te fuerces en esperar. ( Recoge los pétalos del suelo) Nos devuelven al infierno para que reiniciemos la destrucción y el mutilamiento de las estatuas clasificadas y restauradas en los museos arqueológicos. ( Carmen Reinolo golpea en la cara) ¿ No deseas escucharme?.

Carmen Reina.- Detesto a los sofistas.
( Sale del armario Ocón.)

Ocón.- ( Se dirige a Wilhem) ¿ Que quiere de mí?

Wilhem.- El testimonio de un fabulador de coartadas.

Ocón.- Usted está fuera. No pertenece a la situación que nosotros vivimos. ( Se acerca a Carmen Reino y Antón Cotos) Yo estuve en la playa de ellos  y en su arena dejé los movimientos de mi mano. Imité el ritmo del oleaje. Continuo movimiento y que aleja y vuelve  arrastrando las piedras del fondo del mar. Las olas se levantan furiosas y se estrellan en la playa.

Antón Cotos.- ( Irritado)  Me molesta que simplifiques con analogías el destino del hombre. Carecemos de energía para reiniciar la ilusión y la resistencia contra los enemigos. Olvidamos y nos echamos en tierra con el cansancio del buey viejo.

Ocón.- ( Protesta gesticulando) No. Hay que ser audaz para ascender hasta la cima  y desde allí gritar esperando el eco. No deseamos perecer, aunque viajemos atormentados por el tiempo. Iniciar la vida es una pirueta del ansia de inmortalidad. Detesto el conformismo, la renuncia a enfrentarse al  salto desde la soledad al olvido. ( Pausa) A la blancura de la nada.

Carmen Reino.- Eres un curandero. Te engañas y nos confundes con tus ideas repetitivas. ¿ No te cansas de mentir?. Careces de porvenir a pesar de tu grandilocuencia de mercader. Vomita tu consuelo vitalista. Nada hay fuera de la mirada asustada y furtiva del animal cazado mientras duerme.
( Da arcadas) Acepto mi destrucción como el vómito maloliente de un borracho en la calle.

Antón Cotos.- ( Sube la grada de la plataforma. Imitando la entonación de Ocón) Yo os digo que vamos de la anarquía del capitalismo competitivo al  fundamentalismo .La integración en unas pocas organizaciones de producción y de manipulación de la demanda de deseos. ¿ Te gusta la imitación que hago de tu prédica?.

( Ocón ofendido lo sujeta de los brazos y lo echa al suelo.)

Ocón.- Simplezas de un necio.

Antón Cotos.- ( Se revuelve mordiendo los tobillos de Ocón)  Vuelvo a sufrir por tu causa. No repetirás conmigo el juego paternalista del fundamentalismo del destino inevitable. ( Pausa ) Si tengo ocasión, te asesinaré.

Ocón.- Tu locura imagina la venganza. Me asesinarías y te proclamarías fundador de una secta que anunciase la fraternidad. La propiedad social de los medios de producción, la negación de la alineación del hombre mercancía y la desaparición del Estado represor del instinto.
( Sarcástico) Los burócratas planifican , porque se convirtieron en dirigentes.

Antón Cotos.- Ocón,¿ no entiendes que aislados en este lugar pretendemos darle significado trascendente a la locura que nos envuelve pegajosa de actos repetitivos, manías persecutorias, palabras de sujetos ocultos que observan la sociedad detrás de la celosía mística del instante?
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Carmen Reino.- ( Le grita a Antón Cotos) No necesito lecciones de psicoanálisis.( Se acerca a él mientras le habla) Nunca saldré curada comprendiendo mis represiones. Vivo de mis síntomas neuróticos. Los gritos, las mentiras, la angustia que exige la presencia trascendente de una voluntaria autoritaria, me satisfacen. ¿ Qué haría yo con una mente capaz de analizar el temor?. Me gustaría echarme con un hombre joven al suelo y dejarme de trabar represiones, impulsos de suicidio y homicidio. No es posible. ( A Ocón) ¿ Me recuerdas?.

Ocón.- No.

Carmen Reina.- ( A Antón Cotos) ¿ Me deseas?.

Antón Cotos.- No.

Carmen Reino.- ( Alargando el cuello) Nadie está conmigo, pero vivo.
Ocón.- Ayer encontraron a un sujeto que llevaba seis meses muerto en su sillón. No lo echaron de menos. Un topo en su madriguera.
( Carmen Reino, precavida, se acerca a la caja metálica donde se encuentra el grupo Obsceno. Se retira de inmediato asustada). ¡ Pero quiénes son!
.
Ocón.- Ellos.

Carmen Reino.- ( Sin entenderlo) ¡ Ellos!.

Ocón.- ( Por el Grupo Obsceno) Comen basura. Son los residuos de la putrefacción social. Sobre ellos se teorizó la actuación de la clase sujeto aniquiladora de la desigualad social. 
Carmen Reino.- ( Asombrada) ¡Ellos son los proletarios!
.
Ocón.- Los testimonios degradados de la lucha de clases. Ya obedecen como osos amaestrados.  ( a Carmen Reino) Acarícialos. No te causarán daño. ( Ella acaricia las cabezas del Grupo Obsceno) Exigían la revolución económica y sexual, pero escarban en los basureros. Pordiosean a las empresas farmacéuticas medicinas y se dejan apresar en los talleres clandestinos de ropas de marca en Asia. No hay posibilidad de que escapen de la pobreza absoluta. Los lugares donde habitan quedarán vacíos.  ( El Grupo Obsceno ríe a carcajadas). Me compadezco de su mansedumbre.
 ( Se suena los mocos)

Carmen Reino.- ( Se asoma a la caja) Alguno tiene las uñas fuertes y largas.

Ocón.- ( Ocón les arroja dinero a la caja) ¡Tomadlo y comprar un día más de vida!. ( El Grupo Obsceno gruñe). Quieren dinero para seguir gruñendo.

Antón Cotos.- ( Mirando a Grupo Obsceno) Le das un préstamos para que compren cosas que ellos no producen. Financieramente los préstamos a los países pobres es muy arriesgado, no devuelven el préstamo ni sus intereses.  ( Al Grupo Obsceno) Cuando no de devolváis el préstamos a los acreedores, ¿ qué haréis?. ( Pausa)  Se echaran al suelo muriendo en las callejuelas de la ciudades.

Carmen Reino.- ( Hipócrita) Los perros callejeros me dan pena. Sobre todo los días de frío. Los perros te miran fijamente esperando que los salves de su hambre y cansancio.

Ocón.- ( Pensativo) Pretendieron que su miseria se convirtiera en la negación de la sociedad de clases. Ellos como clase que impulsara una sociedad que transcurriera  de la necesidad a la libertad. ( El Grupo Obsceno gruñe. Ocón les escupe).

( El  Grupo Obsceno sale de la caja metálica y de forma torpe y ruidosa se aproxima al armario donde se encuentra Antonia Bleno. La  examinan a través del cristal de las puertas. Abren el armario. Sacan el cuerpo de ella y lo colocan sobre sus cabezas. Avanzan por la escena. La luz los ilumina formando sombras que se alargan por las gradas. )

Grupo Obsceno.- ( Canta) Está po-drida, po-drida, po-drida. Huele a basu-ra.  ) Está po-drida, po-drida, po-drida. Huele a basu-ra.  ( Lentamente dejan el cuerpo de Antonia Bleno en la plataforma de la grada. Uno del grupo coge por la cintura a Antón Cotos y lo echa encima de Antonia Bleno) Era su mu-jer, mu-jer  con hi-jo, mu-jer sin hi-jo.

( Carmen Reina jadea sexualmente. Ocón le arroja monedas al Grupo Obsceno. Oscuridad. Al escenario vuelve la luz. Ocón y Carmen Reina están en el armario y el Grupo Obsceno en la caja metálica. En la plataforma Antón Cotos y Antonia Bleno actúan como si fueran personajes de un sueño. Wilhem  se acerca a ellos).

Antonia Bleno.- Hasta última hora has dejado pendiente el equipaje.

Antón Cotos.- No me preocupa llevar rota a ninguna parte. Los viajeros como nosotros nos basta con una bolsa de viaje. Lo indispensable.

Antonia Bleno.- Me molesta tu suficiencia. ¡ No necesitamos maletas!.
Me parece sorprendente que mis manos estén frías. ( Se palpa el rostro) Carezco de tacto.
Antón Cotos.- ( La abraza) ¿ Y si estuvieras muerta?.

Antonia Bleno.- ( Queda en silencio) Si estuviera muerta, esto sería una actuación de fantasmas.

Antón Cotos.- Cristo resucitaba a los muertos y los devolvía la mundo sin interrogarlos sobre lo que harían después.

Antonia Bleno.- (Distraída) Sí, es cierto. ( Olfatea) El aire huele a mar.

Antón Cotos.- Sí, es cierto. El viento trae el olor del mar.

Antonia Bleno.- No me ilusiona el mar. De niña me encantaba nadar y dejarme caer en la arena de la playa chorreando de agua. Pero después olvidé el mar. Tal vez me repugne su suciedad y los pescados que flotan podridos.

Antón Cotos.- ( Sonriendo). ¡El mar huele a podrido!.  Tendríamos que escribir esta frase en las paredes. El mar y la tierra están acabados.

( Antonia Bleno acaba de arreglar la maleta se dirige a la salida. Duda por donde está la salida  y se vuelve inquisitiva a Antón Cotos).

Antón Cotos.- No hay puertas.

Antonia Bleno.- ¿ Has eliminado las puertas a propósito?. ¿ Pretendes impedirme que me vaya?.

Antón Cotos.- Te has suicidado. Nunca saldrás de este espacio.

( Ocón abre de una patada las puertas del armario)

Ocón.-  ( Desde el armario) Señora, ese individuo miente. Usted está viva. El Grupo Obsceno la ha sacado del infierno.

Wilhem.-  ( A los dos) ¿ Qué buscan ustedes?. ¿ Acaso no ser olvidados?.  Las escenas de sus vidas se  yuxtaponen pretendiendo llegar a un final, pero rebotan al inicio.¿ No los entienden?. Precisamente, estoy aquí buscando darles significado coherente a la vida. Llevo un rato observando sus actos y me inquieta presentir la inutilidad de sus intenciones. ¡ Cuánta faena entender donde no hay quien escuche! ( Los personajes no se percatan de la admoniciones de Wilhem. Éste vuelve a echarse en la grada.)

Ocón.- ( Desde el armario) Aunque la despedida esconde la semilla del olvido, quien huye presiente el retorno. La soledad nos hiere por no volver la mirada al pasado. Antonia Bleno, tiene que entender  que la resurrección se integra en el perdón. Todos nos dejan algo de esterilidad  en el corazón.
( Pausa) No calle. Su hijo fue martirizado, pero usted no fue valiente para mantener su recuerdo.

Wilhem.- ( Murmura) Todos nos dejan  inertes, fríos, eriales por los que se eleva la tierra. Los que nos dejan, no participan de la pesadumbre. Los que se quedan junto a nosotros o bien son perdedores o bien están muertos. ( Sonriendo) La gran pregunta sería si necesitamos vivir moralmente o por instinto depredador. Antonia Bleno huyó del presente. Prepara una maleta con vestidos negros.

Antón Cotos.- ( Sin percibir la conversación de Ocón ni de Wilhem) Me encuentro preparado. ( Coge por el brazo de Antonia Bleno)
¿ Preparada?.

Antonia Bleno.- ( Cariñosa) ¡ Estoy muerto!. ( Se coge a su brazo. Comienzan andar en círculo.)

Ocón.- Malditos los que huyen.

Wilhem.- El gran festín de los comensales de desmemoria. Festín  que preside a la decadencia. ( Escéptico)  Casi con certeza la inmoralidad nunca deja de ser actual. ¡ Cualquier tiempo pasado fue peor!.

Ocón.- Dan vueltas sobre ellos mismos sin percatarse que ella se suicidó  y que él lo sabe. Esclavos atados. Él lleva años aplacando la neurosis de su mujer. La peste de los sentimientos.

Wilhem.- ( Agitando las manos) El zumbido de los insectos en una charca. Debéis despertar en el mundo, en su crueldad, para soportar la indiferencia de los desesperados. La salvación se derrama por las grietas del engaño.

( Antón Cotos y Antonia Bleno se detienen. Wilhem y el Grupo Obsceno sube a la superficie de la grada.  Levantan el cuerpo de Antonia Bleno y lo vuelven a colocar en el armario mientras Antón Cotos se lamenta y Ocón aplaude.

Uno del grupo obsceno.- Está rígida.

Dos grupo obsceno.- Un vehículo desguazado.

Tres del grupo Obsceno. Su frío se me pegó a la espalda.
 
( Ocón sale del armario.)

Carmen Reino.- ( Grita) ¡ Los herejes!. ¡ Los herejes a la hoguera!.

Grupo Obsceno.- ¡ Cállate!.

( Carmen Reino atemorizada se esconde).

Grupo Obsceno.- ( Grita) ¡Wilhem!.

Wilhem.-  ( Al Grupo Obsceno) ¡Callad!. (Pausa) No obedecen.

Ocón.- ( Se acerca a Antón Cotos) ¡ Mírame!. Vuelve la cara. Despierta. Tus mentiras serán juzgadas. Tu falsedad concluye. Tu cobardía no admite olvido.

Antón Cotos.- ¿ Dónde se recluye el que no tolera la mentira  y la represión?. ( Mira a Ocón) Tu rostro es repulsivo. Igual que un animal viejo y desengañado te acercas provisto de la impiedad y la dureza. Tú descubriste que no hay dios que haga del sufrimiento un trasmundo  que atraviese sin mancharse del poder del dinero.

Ocón.- ¡ Tú te ofendes!. Tú que por miedo entregaste a tu hijo a los esbirros del golpe militar.

Antón Cotos.- Con esa difamación habéis conseguido que Antonia me odiara.( Pausa) Quise esconder a mi hijo y lo envié al extranjero, pero en el  tren lo detuvieron y ya nunca volví a saber de él.( Pausa) Se lo tragaron las cloacas de los cuarteles de seguridad nacional. Lo torturaron y luego arrojaron su cadáver desde un avión al mar.( Breve silencio) Antonia y yo nunca tuvimos noticias de su paradero. (Pausa) Intentando averiguar, por los viajeros que volvían del infierno represivo, si lo habían visto. Acechábamos un golpe en la puerta por si alguien nos dijera que estaba vivo.

Ocón.- El perdón a los verdugos y a sus colaboradores lo concede el seráfico perdón del olvido. Las heridas sociales se cierran pactando el consenso de una transición ordenada a un orden democrático. Tu hijo existe en ti. Una vez que hayas muerto nada quedará. ( Socarrón) La cobardía es parte del consuelo de los insisten en proclamar un orden nuevo, sin recuerdos penosos
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( Ocón desnuda a Antón Cotos.)

Ocón.- Acabe el desgarro de la mente.( Lo acaricia) El cuerpo desnudo nos trae la impasibilidad de la víctima. La ideología aúna la estética y la ética. Entre la justicia y la naturaleza, siempre la naturaleza.  Los humanistas mitificaron la belleza y orden que restituyen el destino del héroe con el fin que se ejemplifique a los ciudadanos de los peligros del desorden demagógico.

Antón Cotos.- ( A Antón Cotos) Me rememoras unos labios besados por  bocas viejas. En ti, la naturaleza es un envoltorio de basura.

Ocón.- ( Riendo) La astucia del fuerte es su grandeza.

Antón Cotos.- ( Sin convencimiento)  Mejor la libertad del suicida  que la esclavitud. La rebelión de Antonia la vuelve persona.

Ocón.- ( Ceremoniosos) En el hombre está la locura de la piedra y la felicidad de la arcilla. La crueldad y el amor se juntan a la muerte y a la sumisión. El olvido no es una huella a investigar, sino la termita que corroe  la impunidad de la clase social que impone violentamente sus intereses.
( Introduce su mano izquierda en la boca de uno de los miembros del Grupo Obsceno) No se descubren formas de organización que reduzcan el autoritarismo a la supervivencia de los grupos sociales a extinguir. Las medidas autoritarias del Estado sacrifican las mayorías a la avaricia de la  ideológía.

( Antón Cotos sin responder y vuelve al armario. Cierra suavemente las puertas.)

Wilhem.-  ( A Ocón) Tus frases no evitan la desolación de la esperanza. Para ti se necesita la violencia burocrática para escapar del caos.

Carmen Reino.- ( Grita desde el armario) Putas, maricones. ( Pausa) Carniceros de mujeres. ¿ De qué lugar provenir para sentiros ajenos al sufrimiento. ( A Wilhem) Te seduce la rebelión de los pobres y quisieras que su desorden destruyera el fatalismo de los miserables y el orgullo de los poderosos. ( Se ríe  palpando sus senos). (  A Ocón) Matas sin identificarte con la victima. La muerte se organiza como un proceso  tecnológico. ( Sale del armario. Se acerca a Ocón) Los músculos, las piernas, la lengua, las uñas, las palabras organizan el exterminio. Nada nos asemeja a la equidad, sino que sólo hay sumisos y sádicos que rebuscan en la basura de la propaganda.

Ocón.- ( Molesto) Eso lo sé. Eso lo sé. Ese es el proceso del animal aislado de su manada.

Carmen Reino.- La disculpa de una voz en la luz fría del escéptico. El largo reguero de exculpaciones del torturador. ¡ Oh, cuanta felicidad  de las estatuas de mármol!. La sangre empapa las camas, mancha las paredes de los edificios ocultos en las zonas de seguridad.
Ocón.- ( Rebatiéndola) El estiércol alimenta a la lombriz y a la semilla de trigo.


Wilhem.- El altar está iluminado por las ofrendas votivas. Las orantes deliran esperan la voz de dios que les indique el aspecto de sus enemigos.

Carmen Reina.- ( Grita) ¡ Pero la humanidad de la esclava alimenta la inhumanidad del tirano¡.

Ocón.- Impides mi sosegado juicio con tus gritos.
Carmen Reina.- ( Despreciativa) ¡ Un sosegado razonamiento!. Puro cinismo y mala fe.

Ocón.- ( A Wilhem) Si te inclinas por la violencia, podrías  lapidar a esta mujer chillona y alcahueta.

(Wilhem palmea. El Grupo Obsceno  arroja piedras a Carmen Reino. Ésta recibe acuclillándose los impactos en silencio.)

Ocón.- ¡ Extraordinario!. Soportas la tortura silenciosa y resignada.
¡ Heroica mujer!. Nos muestras que el martirio te eleva fuera del envilecimiento y la perversión. El dolor se vuelve moral.
( El Grupo Obsceno ríe dentro de la caja).

Carmen Reino.- ( Se rehace) ¿ Quiénes son los de la caja?
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Wilhem.- Los expropiados de la tierra y el trabajo huyen a refugiarse en los suburbios.

Carmen Reino.- Rebozan de excrementos.

Ocón.- ( Pensativo ¿ Obedecerán siempre?.

Wilhem.- Nadie tiene un seguro contra el desorden.

Ocón.- Si se conciencian de la herejía como fuerza entonces todo es imprevisible. No hay equilibrios definitivos.

Grupo Obsceno.- ( Voces graves) ¡ Ocón!.

Carmen Reina.- ( Al Grupo Obsceno) Él prescinde de vosotros. Miradlo bien. Se halla fuera de la miseria.

Grupo Obsceno.- ( Voces graves) ¡ Ocón!.

( El Grupo Obsceno sale de la caja.)

Carmen Reina.- ( Al Grupo Obsceno). ( Por Ocón) ¡ Miradlo!. ¿ Quién es Ocón?. ¿ Lo ignoráis?. Ocón es la fuerza que mutila y vacía las relaciones humanas de todo fin que no sea la dependencia del dinero. Fuera de su dominio sólo está el absoluto de la marginación. Vosotros sois los marginados, niños que trabajan desde los ocho años y cadáveres a los treinta.
( El Grupo Obsceno se mueve gruñendo. Wilhem aplaude. Ocón se atemoriza mientras el Gupo Obsceno sale de la caja metálica.)

Uno del Grupo Obsceno.- Los niños en las canteras rompen piedras con mazas, se prostituyen en la calles y si se duermen los agentes de seguridad los asesinan  para  extirparles los órganos y venderlos a los enfermos ricos.
Dos del Grupo Obsceno.- No hay niños, ni viejos, ni familia. La pobreza roe con las ratas. Los milicos dan golpes de estado contra el hambre.

Tres del Grupo Obsceno.- La peste de vigilantes que se coloca la máscara de juez y del ejecutor.

Uno del Grupo Obsceno.- ( Le enseña el brazo desnudo a Ocón y se lo muerde) Estoy hecho de la materia de los hombres.

Dos del  grupo Obsceno.- ( A Ocón)¡ Puto barrigudo!.

( Wilhem azuza al Grupo Obsceno contra Ocón)

Wilhem.- El tiempo de la revolución llegó.

( Ocón sube a la plataforma y desde ella  apostrofa al Grupo Obsceno)

Ocón.- Os digo que el destino de la barbarie no me alcanzará. Nunca impidieron las revoluciones que volvieran los que poseen el saber y la riqueza. Las revoluciones acaban reclamando la vuelta de los señores. No hay lugar para la redención de los miserables, sino por obra de los vómitos satisfechos de los señores. Habrá reacción contra la revolución.

Wilhem.- ( Sarcástico) Sólo violencia. Gente que muere de necesidad y gente que busca armas para defenderse. No importa la duración del proceso. La duración de la vida es un producto de lujo. Ningún desesperado cuenta los años que le quedan de vida. Sólo el poderoso cuenta los años que le quedan y tiembla de temor pensando la riqueza que deja. (Pausa) La violencia del revolucionario es el movimiento destructivo. Sólo un impulso que niega y destruye sin finalidad.

( Carmen Reina ríe y jalea)
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Ocón.- ( Al Grupo Obsceno) Sois la violencia sin salida estable.

Wilhem.- Sólo la violencia contra la desigualdad.

( Carmen Reina ríe y jalea. Ocón se sienta pensativo en la tarima.)

Ocón.- Yo me encontró el mundo. Me adapté a él como si fuera mi piel. No inventé la crueldad en este agujero. ¿ Porqué habría de ser culpable?. Este infierno ya pertenecía a otros.

Wilhem .- Eres cobarde.

Ocón.- Soy sensato.

Wilhem.- ( Le coloca una navaja en la garganta)  Te falta la grandeza del desposeído. Detrás de la muerte, no hay nada. Detrás de la vida,  la miseria. Si aprieto el filo de la navaja sobre tu cuello, saltará la sangre  y en  minutos te convertirás en excrementos de perros.

Ocón.- ¡ Cuánta vulgaridad!. ¡ Execrables expresiones de la negación de la sublimidad!.

Wilhem Grita: mimesis varias veces mientras busca cuatro caretas de cartón que reproducen la cara de Ocón.  Luego se las coloca a los componentes del Grupo Obsceno y a él mismo. Carmen Reina entra en el armario satisfecha y contoneándose)
.
Uno del Grupo Obsceno.- ( A Ocón)
Mira mis manos agrietadas, Manos de mujer preñada, Manos de asesino que despierta.

Dos del Grupo Obsceno.-   ( A Ocón)
                                 
                                          De niño quise castrarme y ahorcarme.
                                          Quise convertirme en una niña
                                          Y luego en un cadáver.
                                           Así vencería el incesto
                                           Y el miedo a la culpa.

Tres del Grupo Obsceno.- ( A Ocón)
La gente se reprimía luchando entre.
Eran delatores, sádicos, mendigos
que se anudaban mal la corbata.
Buscaban las mujeres los cadáveres
de sus maridos fusilados
y por ese motivo las marcaban
contándoles con una navaja las mejillas.
Grupo Obsceno.-   ( A Ocón).
Mundo sin escape real,
Sólo agachar la espalda,
Hacer crecer el odio
Mientras se escuchan gritos de orgasmo.
Wilhem.-   Más fuerte, más alto. Es el canto de los sometidos, de los enfermos, de los resucitados por la revolución.

( El Grupo Obsceno vuelve a cantar la última estrofa).

Ocón.- ( Asustado por la agresividad del Grupo Obsceno). Después de la Segunda Guerra Mundial se aflojó la represión. La socialdemocracia controló el Estado por elecciones democráticas. Se fue distribuyendo el crecimiento de productividad entre los trabajadores. Llegaron las viviendas subvencionadas, el crédito, los automóviles, el empleo fijo, los sindicatos medidores entre trabajadores y empresas. Los anticonceptivos liberaron a la mujer de la procreación forzada por la violencia de hombres que no querían. La democracia integró la ideología del consumo en las masas de ciudadanos.

Uno del Grupo Obsceno.- ( Agresivo) Ocón nos dio la vivienda.

Dos del Grupo Obsceno.- ( Agresivo) Ocón nos dio el trabajo y la familia.

Tres del Grupo Obsceno.- ( Agresivo) Ocón nos integró en el mercado y en la segura venta de nuestro trabajo. Ya eran tiempos sin banderas, ni cantos triunfales. Los asesinos envejecían, se cansaron de reprimir con tribunales de orden público.

Grupo Obsceno.-              Todos salimos a la calle sin hambre.
                                           Agradecidos al nuevo orden.
                                          Tiramos pedazos de pan duro a la calle
                                           Para mostrar a los extranjeros
                                           Que habíamos logrado ser como ellos.  
                                           Películas americanas y whisky.
                                           ¡Qué tiempos, señor, qué tiempos!.

( El Grupo Obsceno gira alrededor de Ocón repitiendo la última canción dos veces.)

Uno del Grupo Obsceno.- Y el señor del pan y el rezo nos bendice.

Grupo Obsceno.-                Ocón, el poder, está dentro de nosotros.
                                            Nos integró en su sangre y en su pensamiento.
                                            Si me quiero expresar, él se expresa por mi.
                                            Si me acuesto con una mujer o un hombre,
                                            Ocón saca su verga. 
                                            Dicen los filósofos que estamos
                                            Integrados y que ya dejamos de ser
  La negación del poder
    que nos somete  y exprime.
Dos del Grupo Obsceno.-   Ocón el poseedor.
                                            Ocón tiene las armas, los relojes,
                                             las herramientas.
                                             Los  canales de televisión, los periódicos,
                                             Los vigilantes, la pornografía y las profecías.


Grupo Obsceno ¿ De dónde vino Ocón?.  ( Bailan) De la ciudad Estado, de las cursilerías de Versalles, de la guillotina de Robespiere,  de los códigos napoleónicos, de la industria textil, de los ferrocarriles, de la electricidad y el automóvil, del petróleo,  los automóviles, de las armas y de la bomba nuclear.

Ocón.- ( Grita) Yo soy Ciro el Grande y el culo solar.

Tres del Grupo Obsceno.- Maldito sea el que interrogue a  la efigie.

Dos del Grupo Obsceno.- Y la efigie hizo rey a Edipo.

Wilhem.- ¡ Ánimo!. Más palabras. Agitad el espíritu de las palabras. En ellas está el banquete de la revolución.

Uno del Grupo Obsceno.- Todo llega del desequilibrio al milagro. Si no existe el milagro, la vida  sirve como una máquina de repetición clónica.

Wilhem.- Estamos al servicio de que el milagro interrumpa la monotonía de la existencia. Un día de fiesta es un día para la subversión.

Uno del Grupo Obsceno.- Deambulamos por la basura se adhiere al cuerpo.  Su olor fétido está en el agua y el cuerpo.

Dos del Grupo Obsceno.- Sólo el olor o la cárcel.
Tres del Grupo Obsceno.- La pena de muerte y el ansia de que se cumpla el plazo de ejecución.

Uno y dos del Grupo Obsceno.- Ocón les prepara la diversión a los aburridos y a los cansados.

Uno y tres del Grupo Obsceno.- Y el dios se transformó en bestia para escarbar en el excremento de voluntad libre
.
Dos y tres del Grupo Obsceno.- Comenzando las reencarnaciones  de los hombres casta, que se convierten en sacerdotes. Las casta de los puros  y la casta de excremento. ¿ Qué sería de los parias si fueran capaces de descubrir en su miseria la conciencia de la rebelión?

Wilhem.- ¿ Qué sería de los parias si fueran capaces de descubrir en su miseria la conciencia de la rebelión?. No descanséis. No os detengáis en el desánimo: La clase- casta espera que os detengáis en la inercia de la conciencia falseada.
Grupo Obsceno.- ( Más agitado)
No aceptaremos los decretos leyes,
Los tribunales de justicia de clase,
las cárceles ni la humillación
De las botas militares.

Ocón.- ( Gritando) Os anuncio que después de la orgía seréis ahorcados. Lo esclavos no hallarán debilidad ni arrepentimiento en el imperativo del castigo de los dominadores.

Dos del Grupo Obsceno.- ¿ Ni cuando se encuentren bajo tierra?.

Ocón.- Caerá el castigo del orden contra los usurpadores de la legalidad.
Uno del Grupo Obsceno.- Entonces....( Todos ríen) Entonces Ocón no lo verá. ( Todos ríen)

Wilhem.- ( A Ocón) Ignoras la caducidad de la realidad  social y de sus valores. La tierra sobre la que pensamos y actuamos se reseca y el movimiento de las contradicciones levanta tal polvareda, que si desaparece  se descubre una sociedad involucionista, paisaje sucio, el vagido inconfundible de una época autoritaria. Los testimonios del criminal y la víctima se debilitan y se vuelven de manipulación.
El criminal y su víctima se inician de nuevo en cada época en un escenario de  experiencias históricas horadadas por el olvido. Ocón, los fines morales caducan con la generación que hereda el mundo. Olvidamos. ( Pausa) Olvidamos tanto, que necesitamos vernos continuamente  reflejados en los espejos para asegurarnos de que existimos.

Grupo Obsceno.- ( Cantan)   No tenemos fecha,
                                               No tenemos espejos.

Wilhem.- ( Al Grupo Obsceno) No habéis nacido para juzgar el tiempo y el reflejo del espejo. Estáis vueltos a una pared. ( Pausa) Ocón, ¿ no debería llegar el final para ti y tus ideas?. Tu síntesis de la necesidad y la libertad como apropiación de la producción de máquinas y hombres será destruida por las defecaciones de los automatismos de la tecnologías productivas de máquinas, dinero  y asalariado.( Vulgar)  Tu ano se dilata y  defeca tal miseria y opresión que sólo el hongo nuclear lo supera. (  Le coge la barbilla) Si me miras, verás la determinación de aniquilarte con la facilidad del que corta un tallo herbáceo. ¿ Lo entiendes?. ( Pausa) Sin duda ni pesar. No te contemplo como una persona, sino a una clase al que se debe eliminar. (Se levanta desperezándose) Excesivas palabras. ( Suspira) Los actos no necesitan filosofía.
( Se retira de Ocón y se abraza al Grupo Obsceno. Cuchichean entre ellos. Todos vuelve la cara simultáneamente a Ocón. No debe olvidarse que mantienen las caretas con las facciones de Ocón, de forma que hay un solo rostro común
Comienzan a aproximarse con actitud hostil a Ocón. Éste grita asustado y se arrastra por el suelo de la plataforma.
Wilhem busca en los cajones del armario y extrae una figura de cartón y papel del cuerpo de Ocón que posee una base de madera que la mantiene eréctil. La sitúa al lado de Ocón. El Grupo Obsceno obliga con violencia a que Ocón se levante y se coloque al lado de la figura. Wilhem enciende una cerilla y prende fuego a la figura. El Grupo Obsceno se echa rápidamente atrás y se carcajea.
El escenario se ilumina con las llamas. Tenso silencio)









Acto Cuarto.


El mismo escenario del Acto Tercero, excepto que el armario está vacío, la puerta del garaje está abierta y da aparece una habitación con el suelo inclinado en la que sujeta con clavos una cama de alto barandal.
En las paredes, grandes fotografías estilo años 1930 de Ocón.
En la cama se encuentra dormida Carmen Reina.

Voz de altavoz.- Seréis libres para reclamar el asesinato y su utopía. La muerte del padre es un acto liberador de la culpa. El puto castigo y la puta burocracia. Ocón salió de los desclasados que pretendían anclarse en los tecnócratas del socialismo real que fabricaron armas y delatores. Se castigó la búsqueda del hombre colectivo y los revolucionarios fueron a convertirse en topos o en víctimas de purgas masivas. Otra vez la historia trajo miseria y muerte. Se descubrió la ley absoluta de la corrupción: la anulación imaginaria del Estado por las profecías del pacto social.

( Entra en escena Antón Cotos. Su edad ha cambiado, ahora es más joven como si se hubiera hecho una operación de cirugía estética. Se acerca a la cama donde Carmen Reina y la zarandea.)

Antón Cotos.- ( Repitiendo mecánicamente un discurso memorizado)
( Soberbio) ¡ Mirad!. ¿ Quién soy yo?. ¿ Quién soy yo?.  Vosotros no queréis la verdad , sólo necesitáis el destino. ( Mira por la ventana) Llueve en la calle, las acacias chorrean agua por los troncos, la gente pasa y se ignora, los vigilantes  espían  y denuncian. Cada uno está en su pequeña vida y no se preocupa de las obsesiones neuróticas de la vida exterior represiva. Yo soy alguien que señala el origen de su sufrimiento. Como se dice ahora, soy un individuo amargado y solitario. Mi rencor está abierto veinticuatro horas, igual que los grandes mercados, las farmacias y las comisarías. ( Pausa) No me entrego a las fantasías de la felicidad.
( Renuente) Vosotros, amantes de los sueños no me esperéis en fiestas fiesta de cumpleaños. Nada hay mío. Nada guardo de mis sentimientos. Distantes y oscuros están mis emociones. Todo está vigilado, enrejado y por las rejas salían los dedos de los prisioneros.
( Grita) Antón, el  cobarde, entrego a su hijo a la tortura de los represores. ( Bajo) Pero mis estremecimientos estaban podridos por el recelo. Cuando en una sociedad se establece el régimen del terror, se desaparece la persona y se  impone pánico a la delación.
( Grita) Antón disimula el infortunio del instinto de conservación. Esa liturgia del miedo, de lograr sensatez para darse la muerte triturando somníferos combinados con whisky. ( Levanta la cabeza par observar el techo de la habitación) Ningún Ser extraordinario nos contempla.

( Entra Ocón. Su cara está seccionada en dos mitades simétricos. Cojea al andar.)

Antón Cotos.- ( A Ocón) ¿ Aún hay algún problema irresuelto?.

Ocón.- No. ( Pausa) Sin embargo, la angustia nos une. En ella se unifica el esfuerzo y la pasividad ( Sonriendo) La mística de los iconoclastas y la exaltación del pragmatismo juntos. ( Antón Cotos le entrega un espejo) No me miraré. Los monstruos se buscan en las manchas que aparecen en las paredes encaladas, en el tacto consolados de sus manos que palpan la posibilidad de que brote la flor en la cal.

Antón Cotos.-  Eres repulsivo y maniático.

Ocón.- ( Cojeando se sienta en la grada) La perfección es propaganda. Sólo el dinero es  perfecto, ya que recoge la medida social de lo que eres  por la negación de la compasión. En el dinero está la embriaguez del domino sobre las personas y los objetos. ( Lo mira con desdén) Las dudas monetarias motivan la culpabilidad y la exigencia de castigo legal. El genocidio es la operación mágica de fuerzas organizadas contra una nueva visión del mundo.( Pausa ) Tú eres una marioneta que simula la vida persistiendo en su obsesión del foco luminoso. ( Sonriendo) Te desgastas como una máquina que se usa hasta convertirla en chatarra. No. Tú  reivindicas la repetición de la carga traumática y la prótesis de la realidad como síntoma sedativo.
( Aprensivo mira los retratos del Grupo Obsceno)  Ahora están dentro de nosotros. Tienen los instrumentos aprensivos para perpetuarse en los sentimientos y el lenguaje. Yo ya soy un predicador del capitalismo decimonónico. Pero ellos son el símbolo degradado que se identifica con el olor a muerte y basura del monopolio.( Pausa)Asesinan sin apelar a  la legitimidad.

Antón Cotos.- Prometieron los golpistas protección a los obedientes y castigo a los subversivos y a los indiferentes.

Ocón.- (Medita con los ojos cerrados). El Grupo Obsceno te aplasta pretendiendo que conozcas que la barbarie es liberación. ( Se acerca y  golpea a Anantón Cotos) El dolor físico invalida el ideología. Si resistimos el castigos físico no hallamos las palabras que nos expliquen la trascendencia. ( Vuelve a golpearlo) ¿ Dónde está el desagüe de tu terror?
¿ La culpa que te hunde?. El pesadumbre despoja de la memoria. Uno es la ofrenda al mismo tiempo que  chilla. ( Pausa) Ya no posees  que te atemoricen como prenda de los ejecutores. ( Vuelve a golpearlo)
¿ Dónde de se hunde la resistencia del prisionero? Sólo se  sobrevive, porque se trata de predecir por donde alcanzará el golpe siguiente.
 ( Silencio) El Grupo Obsceno se mueve y asesina como grupo. No hay un torturador, sino  el conjunto que se arracima como las uvas. Ninguno de ellos es garante de los otros. Los que no integran en el poder legitimado por la astucia, se retornan a mugrientos poseídos por el delirio de la paranoia.

Antón Cotos.- Los asesinos  ilustres no serán castigados.
Nunca serán castigados. Los grandes asesinos de la política y el dinero mueren en sus camas y en  sus exequias  desfilan colas de gente que llevan en mente la huella de plomo de la sumisión. ( Carme Reina Gime en la cama).

Ocón.- ( A Antón Cotos) ¿ La sustituyes por Antonia?.¿ Por la instigadora del suicidio de tu mujer? Te vuelves perverso.

( El Grupo Obsceno vuelve a entrar en escena. Wilhem les silba).

Ocón.- Acercaos a mí. Yo soy vuestra carne. ( El Grupo se  le acerca con movimientos torpes) ¿ Me recordáis? ( Largo silencio) Ya no me recordáis. En vosotros sólo hay presente. Sujetadme. Hermanos sujetadme.( el Grupo Obsceno lo sujeta) ¡ Besad mi rostro deforme!.( El Grupo Obsceno lo besa)

Uno del Grupo Obsceno.- ¡ Está frío!.

Dos del Grupo Obsceno.- Una estatua de museo.

Tres del Grupo Obsceno.- Igual que las latas que echan en el basurero.
( El Grupo Obsceno se echa al suelo y lo ofrece la espalda a Ocón).

Ocón.- ¿ Queréis que suba encima de vuestras espaldas?.

Uno del Grupo Obsceno.- En la espalda común.

Ocón .- ( Se sube a la espalda del Grupo.)¡Qué placer encima!.

Uno del Grupo Obsceno.- Tenemos dudas sobre la verdad de nuestra realidad.

Dos del Grupo Obsceno.- El calor y el olor de la violación.
Tres del grupo Obsceno.- Olemos a basura.

Grupo Obsceno.- El calor, el olor, los excrementos de latas oxidadas en el estercolero. Fuera de la basura, los edificios están  vigilados por los servicios de seguridad.

Uno del Grupo Obsceno.- Nos castigarán si llegamos a las avenidas del centro de la ciudad. Allí donde se recuerda y se ama.

Ocón.- Sois la clase social del futuro. Olvidaos de los agravios de clase. Ya no hay clases sociales, el capitalismo monopolista ha reducido a todo el mundo a asalariado. La misma ideología está dentro de los que duermen en el centro de la ciudad y en su basurero.

Grupo Obsceno.- ( Avanzando de rodillas con Ocón encima por el escenario)   No iremos a los hoteles ni al parque donde juegan los niños de ojos azules y mujeres altas y delgadas.

Ocón.- ¡ No hay ideologías!. Sólo movimiento de masas engañadas por los mensajes publicitarios. ( a Antón Cotos) Mírame subido en la cima del mundo.

( Carmen Reino se levanta de la cama semidesnuda. Su cuerpo es joven y bello.)

Carmen Reino.- Ocón, el salvador. El ungido que asciende al Gólgota político. ( Le ofrece el pecho desnudo. Ocón chupetea) El amaestrador de animalitos dóciles se entretiene tirando con los dientes del pezón. ( El Grupo  Obsceno se excita acercándose hasta Carmen Reina.) El amaestrador de animalitos chupa extasiado. ( El Grupo Obsceno se acerca más) Saltan los perritos sabios de feria, los monos que acarician sus penes untados de jabón.( Empuja bruscamente a Ocón). Te rechazo por incitador a la delación ( Comienza a andar pavoneándose) Soy la mujer más bella. La cintura  elástica y delgada, las caderas meandros, los senos frutas duras, el sexo húmedo espera la penetración.

Grupo Obsceno.- La puta de la barraca de feria.

Carmen Reina.- ( Golpea a uno del Grupo obsceno con la mano)  La mujer recuperó la libertad de su cuerpo. No lo entrega a la familia patriarcal, ni se inhibe con la intención de procrear. Su sexualidad no pertenece al poder autoritario.
Grupo Obsceno.-  Ocón con la verga entre las manos. Maquillado de mancebo y por sus mejillas caen lágrimas  de cocodrilo. Los espectadores de la barraca aplauden. El marica de Ocón seguido por los menesterosos, los tullidos, los leprosos y los cocainómanos. ( El Grupo obsceno aplaude)

Carmen Reino.- La belleza es el semen universal que se derrama de la lámpara del universo.

Grupo Obsceno.- ( Babeando) Ocón no se ve en el escenario. ¿ Dónde hay un espejo que le devuelve su identidad? Un espejo donde se reflejen los monstruos que acercan los cuerpos abandonados en el estercoleros. ( El Grupo Obsceno levanta sus piernas al unísono). Los deformes suben  tratando llegar al escenario de la lucha del poder. ( Repiten el movimiento de las piernas hasta que caen cansados al suelo).

Carmen Reino.- Hay que acosar hasta que el delirio se vuelva real.
( Pronuncia rápido) Mujeres de medio pelo, las beneficiadas por el patrimonio patriarcal, las que echan aceite por el culo, negreros que se reconcilian de viejos con la igualdad, very good, very, estaciones de metro con emigrantes echados en los andenes, very good, very, very.

Antón Cotos.- ¿ Nunca pararemos en este divertimiento del disimulo?.

Ocón.- ¿ Por qué? ¿ Tiene la vida otra razón suprema que el juego y el delirio de la tiranía?. El poder y el dolor llegan de nuestros actos, de estos juegos que manifiestan la completa ruina de la esquizofrenia del capital monopolista. No hay grupos de ángeles que nos devuelvan la inocencia de una sociedad primitiva. No hay juicio final en que te arrodilles y solicites perdón a un Ser que se oculta y prevé la predestinación de los santos. Los asesinos no necesitan ninguna justificación para situar el cañón de su pistola en la nuca.

Carmen Reina.- ( Se abraza a Antón Cotos) Yo lo protejo. Yo lo amo.

Ocón.- ( Aburrido) La mujer que elige entregarse a un cobarde abunda en las novelas. Aquí nos jugamos no al amor, sino si la crueldad nos lleva a la santidad. La desigualdad, la enfermedad, la miseria de los depauperados incumbe a los organizados en grupos violentos  y a la magnífica representación de la simulación de la igualdad y la justicia en la realidad que delira creando dioses donde yacen los asesinos.

Antón Cotos.- Tu lengua es provocativa.
Ocón.- Yo no quiero a la gente. Mi lengua incita a la destrucción. La moralidad es debilidad. ( Por el Grupo Obsceno) Están reducidos a la desinformación, a la manipulación de mensajes interesados en mantenerlos esclavos de su baba. Nunca buscarán ya un poder políticos que los vuelva  revolucionarios.

Antón Cotos.-  Ni culpa, ni arrepentimiento, ni salvación. La muerte no significa nada para la tierra.

Carmen Reino. –( Por Ocón) ¡Perro con sarna!
.
Ocón.- Volver a comenzar con la culpa irredenta. La ley de punto final de los fariseos al genocidio de los dictadores.

Antón Cotos.- Y el asesino de mi hijo convertirá en perdón necesario los crímenes de los genocidas.

Ocón.- Ya no oculta el crimen, se le convierte en algo necesario contra el desorden. Los angustiados como tú se encierran en apartamentos esperando morir cuando un drogadicto derribe su puerta intentando hallar dinero para la dosis.

Antón Cotos.- ( Se acerca al Grupo Obsceno y lo observa) ¿ Y si ellos ya tienen una conciencia que diferencia el mal como un acto violento de los poseedores?.

Ocón.- Me quemaron en imagen y ahora me respetan. Se olvidan de sus actos.
( El Grupo Obsceno se excita).

Uno del Grupo Obsceno.- ( A Ocón) Eres la peste, los agujeros donde se sepulta la necesidad de modificar  por la pasión el orden establecido.

Dos del Grupo Obsceno.- ¡Sifilítico!.

Tres del Grupo Obsceno.-¡ Podrido!.¡ Llagado, ojerosos, verga floja!.

( El Grupo Obsceno se dirige a Ocón).

Grupo Obsceno.- Dame el arma que use para asesinarte. Ya no hay eternidad, ni imágenes que despierte la piedad.

Ocón.- ( Se aleja del Grupo Obsceno) Os daré una limosna. Y vosotros diréis que dios se la pague. Los ricos se salvan por la plegarias de los necesarios y por sus donaciones a los representantes de la humildad religiosa.

Carme Reina.- ( Busca una botella y bebe. Luego espurrea el licor en las bocas abiertas del grupo Obsceno. ) Bebed y luego borracho estrangular a Ocón. ( El Grupo Obsceno le arrebata la botella y bebe).

(La luz de escena decrece hasta la oscuridad. Luego se escuchan gritos. Cuando vuelve la luz  Ocón está empalado y colocado encima de una mesa de disección. Antón Cotos está en escena, el Grupo Obsceno y Carmen Reino.)

Carmen Reino.- ( Se mira en los ojos del Grupo Obsceno) No logro verme en vuestros ojos. Me parece estúpido que vuestra fealdad me justifique. A Ocón le habéis metido el palo en el culo. ( Coloca la mano en las mejillas de uno de los componentes del Grupo Obsceno) Los años os han dejado grietas en la piel, aunque no debéis ser mayores.

Uno del Grupo Obsceno.- Échate encima de nosotros. Nos iguala el asesinato de Ocón. ¿ No escuchas el zumbido de un abejorro? Nosotros niños y adultos. No tenemos mentiras que esconder. Nada que dejar en testamento. Nos violaron  en las calles pandillas de jóvenes mayores que nosotros. En las calles hay droga y violaciones.

Carmen Reina.- ( Los ilumina con el resplandor de un espejo). ¡ Miraos!. Es la hora que desaparezcáis de la historia. Gente en harapos, fieles asesinos eventuales  al mejor postor del orden.

( El Grupo Obsceno avanza al resplandor del espejo)

Uno del Grupo Obsceno.- ¿ Nos va a tragar ese resplandor?.

Carmen Reina.- Sí.

Dos del Grupo  Obsceno.- No es más final. Me gusta ese túnel de luz.

Tres del Grupo Obsceno.- Me gusto en ese resplandor.

Carmen Reino.- Comeos los testículos de Ocón y luego hundiros en la orgía.

( El Grupo Obsceno se acerca al cadáver de Ocón y devora sus testículos)
Carmen Reino.- ( Se echa encima del Grupo Obsceno) Comeos sus testículos y luego me devoráis a mí.

(  Antón Cotos la sujeta)

Carmen Reino.- Noche de sacrificio.

Carmen Reino.- ( Grita) Llegar a la muerte sin la pesadumbre de la culpa.
El sexo me lleva al sacrificio que se arrastra sin esperar la sumisión. El  dominio del cuerpo que se sacrifica al placer colectivo.
( Antón Cotos cubre el cuerpo desnudo de Ocón mientras el Grupo Obsceno chilla. Luego  abraza a Carmen Reino y se echan en el suelo)

Carmen Reino.- Seré fiel a tus mentiras. A ese hijo que entregaste a los torturadores para que no fijaran en ti.

Antón Cotos.- Seré consecuente con tus mentiras.

Carmen Reino.- ( Por el Grupo Obsceno) ¿ Escuchas cómo se lamentan?. No seáis fieles a la mentira. Escuchad los gritos de odio que llegan de los países abandonados al hambre y a la guerra. Las bestias de la guerra tecnológica os arrojan la bombas, pero vuestra miseria es tan grande que resucitaréis por la fe.

Antón Cotos.- Tenemos que tranquilizadnos. Olvidar la sangre de mi hijo.No resucitará jamás. Tú indujiste a Antonia al suicidio y lograste liberarme de sus acusaciones..

Carmen Reino.- ( Besándolo) Mi esperanza despertará en tus labios.

( El Grupo Obsceno iluminado)

Grupo Obsceno.- ¿ Cómo nos organizaremos?.

Uno del grupo Obsceno.- El sufrimiento se constituye en religión violenta.

Dos del Grupo Obsceno.- Tenemos manos, oídos, cuerpos, nos levantaremos y colocaremos el dedo índice en el gatillo de una pistola.

Tres del Grupo Obsceno.- Nos caerá encima el diluvio.

Uno del Grupo Obsceno.- Tenemos la desesperación.
( La luz de escena decrece hasta la oscuridad y se ilumina el cuerpo yacente de Ocón)

FIN







      





    

                                        

                                            



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