viernes, 9 de enero de 2009

Palestina


El terror de todo ser vivo es el de la muerte. Está ahí, pero no se nos revela con su verdadero ser. La muerte es una acumulación de tiempo degradado. El tiempo nos asedia con las honduras y las superficies de la codidianidad de la memoria histórica. Aún nos queda, la niña de Wietnam que fue quemada por una bomba de napalm. El horror de su desesperación se acurrucó en el corazón de las multitudes. La muertes de civiles, mujeres, niños, mayores, en la guerra de Irak mostró de nuevo, los efectos de la tecnología de guerra sobre las masas de la sociedad civil.

Palestina es la utilización de un ejército del siglo XXI sobre los más pobres de la tierra. Aquellos, cuya única producción es la de los efectos consuntivos de la delgadez extrema, y la mirada brillante y obsesiva de los que encuentran la muerte en su debilidad. La historia es simple, cotidiana: Unos soldados encontraron refugiados a unos niños en un edificio y les dijeron que se quedaran allí. Los niños se quedaron. Desconocían la guerra de los misiles y los bombardeos aéreos, la destrucción de cualquier refugio, también ignoraban la perversión de utilizar la información como estrategia de destrucción.El concepto político-militar del siglo XXI es la utilización de los medios de destrucción masivos sobre las masas sociales indefensas.Los fines bélicos persiguen el criterio de eficiencia/ coste de la tecnología de guerra.
La historia de esta política de medios a fines se ha confirmado en los testimonios de las víctimas, el 4 de enero soldados de infantería israelíes evacuaron a 110 palestinos, la mitad de ellos niños, a un inmueble en Zeitun y les advirtieron de que permanecieran dentro del edificio. Veinticuatro horas más tarde, fuerzas israelíes bombardearon repetidamente el inmueble, matando a aproximadamente treinta personas que se alojaban en él. Los civiles-niños, en las guerras del siglo XXI, son un objetivo de muerte para debilitar la posibilidad de que los niños tomen la memoria de la historia. Ya en la vieja historia de la revolución China, el filósofo Lu Shü pedía que se sacara a los niños de la voracidad de la guerra y de la destrucción de la cultura."Salvad a los niños", fue su grito revolucionario. Con el asesinato de los niños, la sociedad deja de reproducirse o se logra que esta reproducción sea muy lenta demográficamente. Los pobres de la tierra desparecen con las pandemias, las hambrunas y los crímenes internacionales de guerra. Posiblemente, en este final de capitalismo financiero, desaparezcan millones de personas para refundar un nuevo sistema que se abra en lo desconocido de la utopía de la salvación. También, en una réplica autoritaria que se convierta en la eficacia de eliminar la justicia con la exterminación demográfica, cultural y económica de los pueblos del tercer mundo. Padecimiento exterminativo de los parias de la tierra, de los pobres de los campos de refugiados en la frontera de Pakistán o en los campos de refugiados de Palestina.

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